Un vigués, entre el medio millar de estafados con falsas subastas de coches

La organización, tras avisar a la víctima que había ganado la puja, le pedía ingresar el pago a una cuenta bancaria abierta tras usurpar la identidad de otros afectados

Una subasta de coches, en foto de archivo. // P.L.

Una subasta de coches, en foto de archivo. // P.L. / e. villanueva

Smishing, vishing, phising... Su pronunciación es compleja, al igual que su escritura, pero estos términos se han vuelto comunes para jueces, investigadores y, por supuesto, víctimas. Son las modalidades de estafas –fundamentalmente online– que más peso están ganando, pero no son las únicas. Y es que los grupos criminales están agudizando todavía más si cabe sus métodos para no levantar sospecha ente los perjudicados. Uno de los últimos casos tiene a un vigués, representado por el letrado Carlos Álvarez Estévez de la firma Compensator que ejerce también la acusación particular de otro centenar de víctimas, entre los afectados.

Macrocausa

Se trata de una macrocausa dirigida por los Juzgados Centrales de Instrucción de la Audiencia Nacional con medio millar de estafados y una cuantía defraudada superior a los 4 millones de euros a través de falsas subastas de vehículos.

Coches a bajo precio

El procedimiento se abrió hace aproximadamente un año con la detención de los tres supuestos cabecillas de la organización, investigados por delitos de estafa, usurpación de identidad y blanqueo de capitales. El complejo entramado buscaba, presuntamente, el engaño a las víctimas a través de la publicación en páginas web de falsos anuncios de subastas de coches a un precio bajo, lo que animaba a los compradores a participar de la puja.

50% del pago por anticipado

Así, simulando ser particulares o empresas, la red criminal anunciaba la subasta de un vehículo de segunda mano de cuyas fotos y documentación se habían apropiado previamente.

Una vez las víctimas caían en el engaño, los investigados les anunciaban que habían sido los ganadores de la subasta y que, previa entrega del vehículo, debían ingresar al menos el 50% del precio del mismo a cuentas bancarias mendaces.

Delito de usurpación

¿Cómo lograron abrir estas cuentas? Aquí entra el delito de usurpación. Presuntamente, y de manera simultánea, la organización usurpaba la identidad de otros afectados por la sustracción de sus DNI, llegando incluso a caracterizar a los miembros de la organización para conseguir parecidos con el titular y no levantar así sospechas entre las futuras víctimas del engaño.

También, siempre según se señala en la causa, operaban a través de mulas económicas, es decir, personas a las que por una cantidad de dinero les abrían cuentas bancarias permitiendo a la red criminal operar a través de ellas.

Facturas falsas del transporte

Así, los ganadores de la falsa subasta, transferían parte del precio del coche a las cuentas bancarias facilitadas por la organización, que llegaba incluso a remitirle a las víctimas facturas mendaces de la empresa de transporte que supuestamente se encargaría de llevarles el vehículo a su domicilio para hacerles creer que el mismo estaba en camino, si bien el encargo jamás llegaría.

Las cantidades estafadas eran retiradas en cajeros automáticos de España, Rumanía y Lituania, resultando más de 40 personas detenidas en Madrid por su supuesta vinculación en el entramado. Según la investigación, los tres cabecillas son ciudadanos extranjeros con larga duración en España.

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