¿Cómo repercute el cambio climático en la almeja y el mejillón?

El programa europeo "TransformAr" busca fórmulas para mantener la producción marisquera y acuícola

La intervención de Antonio Basanta en el foro de debate y trabajo en torno al proyecto "TransformAr", ayer, en Vilagarcía.

La intervención de Antonio Basanta en el foro de debate y trabajo en torno al proyecto "TransformAr", ayer, en Vilagarcía. / JAVIER TENIENTE

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Galicia sigue avanzando para adaptarse al cambio climático y activar la transformación social a través de “medidas basadas en la naturaleza, las tecnologías innovadoras, la concienciación y el cambio comportamental”.

Son algunos de los principios en los que se sustenta en Europa el programa “TransformAr”, que en Galicia se centra en el estudio de los sectores del cultivo de mejillón y del marisqueo a pie para determinar el impacto de las condiciones oceanográficas en la producción.

Mejillón y almeja

De este modo será posible –al menos esa es la intención–, conocer más y mejor a especies como el mejillón y la almeja para, a la postre, facilitar su desarrollo.

Esto permitirá evitar problemas como los que se repiten cada año con la recolección de la mejilla –la semilla del “oro negro” de batea– y el fracasado modelo de gestión de los bancos de libre marisqueo.

Todo pasa por acciones como monitorizar una batea en tiempo real o evaluar la evolución de los decrépitos bancos marisqueros de almeja, en este caso a través de un modelo matemático para explorar estrategias de gestión adaptadas.

Cetmar y CSIC

El proyecto está coordinado por el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar) y la Universidade de Vigo, con apoyo de la Fundación Empresa Universidade Galega (Feuga) y expertos del Instituto de Investigaciones Marinas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IIM-CSIC).

Este trabajo, con el que concretar y priorizar las acciones que se crea necesario acometer para recuperar la producción, también requiere de talleres como el llevado a cabo ayer en el Auditorio Municipal de Vilagarcía.

Antonio Basanta

Fue allí donde, en presencia del director xeral de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica, Antonio Basanta, se plantearon acciones de adaptación al cambio climático con las que favorecer a bateeiros y mariscadores.

Todo ello, hay que insistir, con este proyecto valorado en casi 12 millones de euros, a ejecutar en el periodo 2021-2025, que hace de Galicia una región pionera en estudiar y probar soluciones para que los sectores del cultivo de mejillón y del marisqueo a pie puedan afrontar el impacto de las condiciones oceanográficas y/o el cambio climático.

Conocimiento científico

Unas soluciones que son y serán fruto, tanto del conocimiento científico y del estudio de los efectos del cambio climático sobre el litoral, como del intercambio de impresiones con el propio sector del mar.

Cuestiones que conoce bien Antonio Basanta, de ahí que ayer quisiera resaltar la relevancia de la hoja de ruta que pretende trazar Galicia para “conseguir la mejor adaptación posible al cambio climático” en los sectores del marisqueo y la acuicultura.

Sectores estratégicos

Dos “motores económicos y sociales de la costa gallega” que el director xeral considera “estratégicos”, de ahí que recordara que con el mejillón y la almeja se facturaron el año pasado más de 230 millones de euros.

Por esta razón, pero también porque es consciente de los problemas que atraviesan los subsectores del mar, Basanta aboga por “trabajar todos juntos” para tratar de “encontrar soluciones que se puedan implementar para que el cultivo de estos moluscos responda de la mejor manera posible a las alteraciones que se manifiesten en el clima”.

Y cuando habla de “trabajar todos juntos” se refiere a administraciones, investigadores, productores y también a la sociedad, pues solo así se podrá “avanzar hacia un futuro más sostenible, en equilibrio con actividades socioeconómicas fundamentales para Galicia como la miticultura y el marisqueo”.

El Observatorio Costero

En su intervención de ayer en Vilagarcía, al abrigo del programa europeo “TransformAr”, Antonio Basanta hizo hincapié en la necesidad de seguir realizando estudios para disponer de “extensas series temporales de datos” con los que entender e interpretar las variaciones de parámetros como la salinidad o la temperatura del agua.

Lo cual se consigue en Galicia “gracias al Observatorio Costero de la Xunta, en el que colaboran la Consellería do Mar y la de Medio Ambiente”.

Un centro que “durante los últimos 15 años desempeñó un papel fundamental en la mejora de la gestión de emergencias en el mar, así como en el apoyo a la gestión de los recursos marinos y la preservación de los ecosistemas en el litoral”.

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