Aunque, a petición del sector, la gestión del libre marisqueo es competencia directa del mismo, a través de una asociación de Rañeiros da Ría cuyos cimientos ya solo se sustentan en las cofradías de Vilanova, A Illa, Cambados y O Grove, la entidad sigue reclamando a la Xunta medidas contundentes con las que resucitar unas zonas comunes absolutamente aniquiladas.
Y no solo insiste en reivindicar esa implicación, sino que ridiculiza las acciones emprendidas hasta ahora.
Tanto es así que María José Martínez Vales, la patrona mayor de Vilanova, tacha de “cantos de sirena” las explicaciones ofrecidas al sector por la conselleira de Mar, Rosa Quintana, en la tarde del miércoles.
Como se detalló ayer en FARO DE VIGO, la representante autonómica explicó los trabajos de oxigenación del substrato y regeneración llevados a cabo, al igual que se comprometió a que los técnicos estudiarán la evolución de los bancos de libre marisqueo para tomar decisiones antes de que, en octubre, comience la campaña.
Pero nada de esto sirve a la patrona vilanovesa, quien lamenta “la inexistente voluntad de la Consellería do Mar para adoptar acciones y decisiones rigurosas, firmes y contundentes”.
Muy por el contrario “creemos que la Consellería, anclada en el permanente inmovilismo, no quiere ni tiene intención de poner fin a esta situación agónica que venimos padeciendo, a pesar de todo el esfuerzo del sector para revertir las cosas”.
Niega así que la Xunta trate de salir al rescate de los rañeiros y únicamente le reconoce “meros parcheos, con ‘proyectitos’ insuficientes y desganados que llevan implícito un lavado de imagen que, por su ineficacia y obsolescencia, incluso puede suponer un despilfarro para las arcas públicas”.
Supervivencia
Puesta a reclamar, María José Martínez Vales reivindica “las ayudas sustitutivas acordadas para la supervivencia del sector”.
En definitiva, que la patrona de Vilanova firma un escrito en el que exige a la Consellería do Mar medidas contundentes para evitar que “cientos de profesionales no tengan nada que llevar a sus casas” y conseguir “una renta digna”.
Un documento en el cual la vilanovesa se emplea a fondo en algunas frases o reflexiones, como cuando pide a Mar “que no se desdiga ahora de sus palabras como si aquello hubiera sido una ilusión de Walt Disney, prometiendo intangibles futuros de ‘un mundo feliz’, aventurando ayudas para las ‘calendas griegas’ a ver si, con suerte, pasa la tormenta de una triste y frustrante campaña que nos ha tocado vivir este año, sin afanarse lo más mínimo en buscar alternativas serias y factibles ante el cierre forzoso de los bancos por su improductividad”.
Es, para terminar, un capítulo más con el que aludir al agonizar del libre marisqueo, que pasó de ser una “gallina de huevos de oro” para el sector a convertirse en un auténtico lastre que ahora nadie sabe cómo sacarse de encima.
