El mal tiempo desluce y limita el regreso de la flota a las zonas de libre marisqueo

Los mariscadores de a flote en el reinicio del libre marisqueo en los bancos de O Bohído, ayer. |   //  I. ABELLA

Los mariscadores de a flote en el reinicio del libre marisqueo en los bancos de O Bohído, ayer. | // I. ABELLA / Manuel Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Después de un par de semanas de descanso los mariscadores de a flote volvieron, ayer, a las zonas comunes de la ría. Retomaban así la campaña de libre marisqueo gestionada por la Asociación de Rañeiros da Ría y avalada en la actualidad por cuatro de las doce cofradías arousanas.

Esa vuelta a la actividad no fue buena debido al mal tiempo reinante, ya que el temporal redujo a la mínima expresión los movimientos de la flota.

Cierto es que se despacharon algo más de trescientos barcos –que es un número muy bajo para una campaña de estas características–, 160 de ellos dispuestos a trabajar en los bancos de O Bohído, 76 que iban a hacerlo en los de Os Lombos do Ulla –desembocadura del río–, 15 para Cabío y 93 para las “otras “ zonas libres.

Una lancha de vigilancia y el punto de control en O Bohído, ayer.

Una lancha de vigilancia y el punto de control en O Bohído, ayer. / Iñaki Abella

Pero “una cosa es despachar las embarcaciones y otra es poder salir a trabajar”, explica el patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán cuando cifra en poco más de un centenar el número de naves que, en realidad, retomaron esta campaña.

La buena noticia, al menos, es que los mariscadores de a flote parecen no haber detectado una mortandad excesiva en el Ulla.

Descenso de salinidad

No hay que olvidar que esta posibilidad constituía uno de los principales motivos de preocupación para el sector, después de que en días previos parquistas de Carril y mariscadores de a pie alertaran de una significativa pérdida de bivalvos a causa del brusco descenso de la salinidad.

“La gente que fue a trabajar al río me dice que no hay mortandad, aunque sí alguna almeja babosa hinchada a causa del agua dulce; pero habrá que esperar a que en próximos días puedan acudir más barcos antes de sacar conclusiones”, reflexiona el patrón isleño, en representación de Rañeiros da Ría.

Precios “aceptables” y continuidad de la campaña

Lo hace antes de señalar que en O Bohído se trabajó ayer “como siempre”, aunque también con una escasa afluencia de “rañeiros”, y que los precios “parecen aceptables para esta época del año”.

Esto hace que, “en principio”, Rañeiros da Ría se disponga a seguir con la campaña como estaba previsto. Es decir, hasta finales de marzo y trabajando cuatro días a la semana, de lunes a jueves.

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Respecto a lo que dio de sí la actividad de los bivalvos en las lonjas arousanas, puede decirse que en la de O Grove se subastaron ayer 214 kilos de almeja babosa, que alcanzó un precio máximo de casi 22 euros por kilo, con un mínimo superior a los 19 euros.

En estas instalaciones también se colocaron en el mercado 252 kilos de almeja fina, ésta con un tope de 41 euros y un mínimo de 27 por kilogramo; mientras que la japónica (una tonelada) alcanzó los once euros y el berberecho (229 kilos) superó los 10 euros por kilogramo.

En Carril la almeja babosa cotizó ayer a topes de 19 euros, mientras que la fina se situó en los 31, la japónica, en 10,y el berberecho salió a máximos de 18 euros por kilogramo.

Por su parte, la almeja japónica y la rubia cotizaron ayer a 10 euros el kilo en la rula de A Illa, donde la babosa salió a 24, la fina se cotizó a 33 y el berberecho, a 19 euros el kilogramo.

Por último, decir que en Cambados se subastó el berberecho por encima de los siete euros, la japónica superó los diez, la fina rozó los treinta y la babosa salió a unos 18 euros, como precio tope.

Los valeiros dejan de capturar lamprea en Pontecesures

Aunque sea temporalmente, puesto que la campaña no termina hasta abril, puede decirse que el colectivo de valeiros ha dejado de pescar lamprea en aguas de Pontecesures.

Pesca de anguila en el Ulla, a la altura de Catoira. |   //  NOÉ PARGA

Pesca de lamprea en el Ulla. a la altura de Pontecesures. / Iñaki Abella

Lo hizo por varias razones. La principal es que, a pesar de la abundancia de capturas, las ventas estaban siendo pésimas, ya que con el cierre de la hostelería y los confinamientos a causa de la pandemia no tenían a quién vender sus capturas.

La otra causa es que si bien el gran caudal del Ulla favorece su remontada por parte del cartilaginoso pez, no es menos cierto que las intensas corrientes son una amenaza para los valeiros, además de arrastrar todo tipo de ramas y materiales que causan destrozos en las nasas.

Los pescadores de anguila pronostican que habrá abundancia, pero temen carecer de compradores

Los pescadores de las cofradías de Rianxo y Carril autorizados para capturar anguila en el Ulla largaron ayer sus aparejos.

“El tiempo es bueno para la anguila y las condiciones del río son idóneas; el problema va a estar en encontrar compradores”

Lo hicieron entre el puente interprovincial que une Catoira con Rianxo y el entorno de la isla de Sálvora y Carril.

Será hoy cuando levanten esas nasas y salgan de dudas, aunque ayer pronosticaban ya que puede ser “un año de abundancia”

Pesca de lamprea en el Ulla, a la altura de Pontecesures. |   // IÑAKI ABELLA

Pesca de anguila en el Ulla, a la altura de Catoira. / Noé Parga

De cualquier modo, ayer también volvían a dejar claro que no las tienen todas consigo y que temen que les suceda lo mismo que con la lamprea, es decir, que obtengan buenas capturas pero no encuentren a quién venderlas.

“No cabe duda de que el cierre de la hostelería nos perjudica muchísimo, ya que perdemos muchos clientes habituales, por eso tenemos miedo a que la anguila no tenga salida o que su precio sea excesivamente bajo”, reflexionaba uno de ellos mientras largaba las nasas a la altura de las Torres de Oeste (Catoira).

“El tiempo es bueno para la anguila y las condiciones del río son idóneas; el problema va a estar en encontrar compradores”, coincidía en señalar otro de los participantes en la campaña.

Esta campaña se prolongará hasta el 31 de octubre, fijándose entre 20 y 23 días de actividad al mes, con un máximo de 197 jornadas. Se autoriza la pesca de un máximo de 5.176 kilos de anguila a quince embarcaciones con 35 tripulantes a bordo, con un máximo de tres en cada una de ellas. El tamaño mínimo de las capturas –solo anguila amarilla– se mantiene en 20 centímetros.

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