Sin almeja y berberecho a la vista

En toda Galicia se vendieron 743 toneladas menos que el año pasado, y más de 400 corresponden a la ría de Arousa

El conselleiro insiste en denunciar la “inacción” del Estado y anuncia nuevas líneas de ayuda

Siembra de almeja en Carril.

Siembra de almeja en Carril. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Arousa

A medida que avanza el año se confirma que la almeja y el berberecho han desaparecido casi por completo en las rías gallegas, siendo la de Arousa la más castigada por esta brutal pérdida de productividad marisquera.

La situación es tan desesperada que hace unos días se podía ver en la lonja de O Grove que se ponía a subasta un lote formado por una sola almeja fina, de 0,03 kilos.

Pobras resultados

Baste decir que hasta ayer –datos provisionales, pero muy ajustados a la realidad– se subastaron en toda Galicia 308 toneladas de almeja y berberecho, por valor de 5,4 millones de euros.

Muy lejos de las 1.961 toneladas de estas mismas especies que se vendieron en el mismo periodo de 2023, por importe de 15 millones de euros.

Una comparación que resulta aún más concluyente y preocupante en el caso de Arousa, que el año pasado por estas fechas había vendido 619 toneladas de berberecho y almeja japónica, fina, babosa, bicuda y rubia, con unos ingresos cercanos a los 9 millones de euros.

Y resulta que en lo que va del presente ejercicio debe conformarse con 210 toneladas y 3,5 millones de euros.

Es fruto de campañas francamente malas en todos los puertos, pues Cambados únicamente despachó desde enero 35 toneladas de japónica, Carril hizo lo propio con 80 –gracias a los parquistas– y O Grove va por las 43 toneladas de japónica.

Son, como queda dicho, resultados muy bajos, y aún así son los más altos de la ría, ya que Vilaxoán se queda en 13 toneladas de japónica, A Illa apenas supera las 7 toneladas y Vilanova vendió unos testimoniales 772 kilos.

Soluciones

Una vez más queda patente que la situación es crítica, de ahí que la Consellería do Mar y las cofradías de pescadores traten de encontrar soluciones consensuadas para aliviar la situación.

En ello abundó ayer, en sede parlamentaria, el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, quien volvió a criticar con dureza al Gobierno de España, toda vez que “sigue sin destinar ninguna ayuda al sector marisquero” y “ni siquiera aceptó la declaración de zona catastrófica que le hemos pedido”.

Esto supone que “mucho protestar en las manifestaciones, pero a la hora de la verdad el Estado no actúa y no pone dinero sobre la mesa, por lo que solo ayuda a aumentar la incerteza que rodea a las mariscadoras”.

Frente a lo cual, “desde la Xunta tenemos que remar sin contar con el apoyo del Ejecutivo estatal para encontrar soluciones adaptadas a la realidad de cada ría y cada zona de marisqueo”.

Marteilia

Una misión que se lleva a cabo en sintonía con el sector del mar y los centros de investigación gallegos para “que las soluciones adoptadas sean útiles y efectivas”, incluso buscando “especies más resilientes” –como sucede con las estirpes de berberecho resistentes a la Marteilia– y tratando de “diversificar la producción y mejorar la comercialización”.

Respecto a las explicaciones que ofreció ayer en el Parlamento en relación con el marisqueo, decir que el conselleiro volvió a insistir en el plan de la Xunta “dotado con 123 millones de euros para impulsar la competitividad y sostenibilidad del marisqueo”.

Una hoja de ruta que pasa por “estudiar las causas de la caída de producción y el impacto del cambio climático en las rías”.

Pero también por “regenerar los bancos marisqueros a corto y medio plazo”, además de “generar nuevas zonas de trabajo, fortaleciendo la vigilancia y la labor de los biólogos”.

Plan en el que se incluyen los 4 millones de euros para ayudas extraordinarias y directas a los profesionales del sector y los 7 millones que, como se indicaba ayer en el Diario Oficial de Galicia, han sido consignados para los armadores y tripulantes afectados por la paralización da actividad extractiva en zonas como Os Lombos do Ulla, O Bohído y Cabío.

Ayudas para la paralización del libre marisqueo

No hay novedades en la concesión de ayudas para compensar a armadores y tripulantes por el cese del fracasado plan de gestión del libre marisqueo, ya que la concesión de ayudas se establece, como en años anteriores, de acuerdo con lo dispuesto por el Parlamento Europeo y lo establecido en el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura.

Esto supone, como indicaba ayer el Diario Oficial de Galicia, que se establecen ayudas en régimen de concurrencia competitiva a armadores, y no competitiva, para los tripulantes, siempre y cuando las embarcaciones figuren como activas en el Registro General de la Flota Pesquera y en el Registro de Buques Pesqueros de Galicia.

También es requisito que hubieran llevado a cabo actividad al menos 120 días durante los años 2022 y 2023.

En cuanto a los tripulantes, deben acreditar para recibir ayudas que han trabajado al menos 120 días durante los años 2022 y 2023 a bordo de una embarcación afectada por la paralización temporal.

La anecdótica subasta de lotes de una sola almeja

En relación con todo esto, y como se decía al principio, hay que aludir a la imagen vista el lunes en O Grove, tan curiosa como cargada de simbolismo.

Puede considerarse algo anecdótico, pero no deja de ser fiel reflejo de lo que sucede en las rías gallegas con la pérdida de productividad. Esa imagen era la de una sola almeja fina puesta a la venta en una caja, con su correspondiente guía.

Al lado, otra caja con tres unidades de esta misma especie, también provistas de guía. Eran 0,3 y 0,07 kilos de peso, respectivamente, listos para ser subastados.

Esto es tanto como decir que las almejas son tan escasas que ya se venden de una en una, aunque al final, como el lunes solo se subastaron un total de 2 kilos de fina, el comprador que primero paró la puja, en 38,75 euros el kilo, ya se la llevó toda junta, incluidas las unidades sueltas.

Pero lo sucedido, hay que insistir, invita a la reflexión, tal y como indican mariscadores y depuradores tras verse esas pobres subastas.

Almejas subastadas en lotes de uno y tres individuos.

Almejas subastadas en lotes de uno y tres individuos. / FdV

Ese mismo lunes la lonja grovense despachó solo 64 kilos más de japónica, el martes fueron 1,75 kilos de fina (a 41 euros) y 51 de japónica; y ayer se subastaron 1,97 y 54 kilos, respectivamente.

Del berberecho ya ni se habla, porque ha desaparecido. No fueron mejor las cosas en Cambados, donde las ventas se limitaron a 409 kilos de japónica, vendidos el lunes a un máximo de 18 euros el kilo.

Todos los polígonos bateeiros de la ría están abiertos

Todos los polígonos bateeiros de la ría de Arousa están operativos, lo cual confirma que las operaciones de vertido controlado de fecales realizadas el martes por la mañana en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Cambados no afectaron a la calidad del medio marino ni de sus productos, tal y como se avanzó en la edición digital de FARO DE VIGO esa misma tarde.

Lo cierto es que los dos polígonos mejilloneros que se cerraron cautelarmente, por ser los más próximos a la zona del vertido –realizado para afrontar una reparación de la EDAR– son perfectamente aptos para la extracción y comercialización de mejillón.

Sí están cerrados para la extracción otros catorce polígonos bateeiros gallegos, en este caso debido a un episodio tóxico primaveral que, en cualquier caso, está resultando mucho más suave de lo que se temía en un principio.

La mitad de los polígonos cerrados están en la ría de Pontevedra, donde a estas alturas únicamente se permite la extracción de mejillón en el Cangas B.

Los otros siete inoperativos son el Muros C, los vigueses Cangas F, G y H, el Baiona A y los Sada 1 y Sada 2.

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