Miradores en Vigo: los balcones con las mejores vistas al mar... y a la ciudad

La ciudad olívica cuenta con una red natural de fantásticos miradores que ofrecen una amplísima panorámica de la ría y del casco urbano desde las Cíes hasta Rande

Unos excursionistas disfrutan de las increíbles vistas desde el Monte Cepudo.

Unos excursionistas disfrutan de las increíbles vistas desde el Monte Cepudo. / Marta G. Brea

Si el mito fundacional de Roma hunde sus raíces en el monte Palatino y las colinas que resguardaban la histórica urbe, Vigo también presume de orígenes y vigías: la ciudad nació en el Monte de O Castro y, a su alrededor, otros seis gigantes la custodian, al igual que ocurre con la "ciudad eterna". Los gemelos Alba y Cepudo, A Guía y A Madroa protegen a la urbe olívica en sus flancos sur y norte.

A estas cumbres se suman otros promontorios más bajos en altura pero que en nada envidian a sus hermanas mayores: son O Maruxento, Os Pozos y O Castro.

Estos siete balcones ofrecen a vecinos y visitantes las mejores vistas al mar y a la ciudad olívica.

La ermita que corona el Monte Alba. / FdV

La ermita que corona el Monte Alba. / FdV

Alba y Cepudo

Los montes Alba y Cepudo, en Valadares, coronan el límite sur de Vigo, erigiéndose como picos gemelos a 500 metros sobre el nivel del mar. Las vistas que estos promontorios ofrecen sobre el Val do Fragoso y el Val Miñor deleitan a los visitantes, que aprovechan el buen tiempo para pasar el día una amplia zona de arbolado que abarca 40 hectáreas.

El Monte Alba, coronado por una pequeña capilla, que ocupa el lugar donde en la edad media se alzaba un castillo, tal como muestra el escudo nobiliario de su fachada. Pertenecía a la casa de Valladares y lo llamaba el Castillo del Alba. Pero siglos atrás ya se había establecido en esa cima un castro, aprovechando su estratégica y privilegiada ubicación.

A su lado se alza el Monte Cepudo, 20 metros más alto que él, alcanzando los 527 metros. Actualmente existe en él un concurrido restaurante-mirador con amplias cristaleras desde las que se divisa la ría de Vigo y las Islas Cíes. También hay una zona de mesas de piedra y fuentes para aquellos que prefieran las comidas campestres, así como una decena de esculturas diseminadas por el terreno situadas en puntos de gran belleza.

Desde él se tiene la mejor perspectiva del Alba y la ermita que lo corona. Además, por si inmejorable panorámica, son muchos quienes se acercan hasta allí para divisar los célebres fuegos artificiales de Bouzas.

Monte de Os Pozos, en Valladares

Monte de Os Pozos, en Valladares / FdV

Monte dos Pozos

A los pies de los gemelos que flanquean Vigo por el sur se halla el Monte dos Pozos, que se eleva 335 metros sobre el nivel del mar. Este parque forestal, ubicado en la parroquia de Valadares, abarca 11 hectáreas y tiene como uno de sus principales reclamos un lago artificial de 2.180 m2. Al otro lado de este lago se eleva un pequeño promontorio, al que se accede a través de un puente, que ofrece unas inmejorables vistas de la ría de Vigo.

Panorámica sobre la ría de Vigo desde el parque de O Maruxento, en Matamá.

Nieblas al fondo de la ría de Vigo, sobre Cíes. Panorámica desde el parque de O Maruxento, en Matamá. / Marta G. Brea

Maruxento

Un poco más al norte, ya en la parroquia de Matamá, otro excelso balcón sobre la ría acoge con los brazos abiertos al visitante. El "Outeiro de Dios", a 246 metros sobre el nivel del mar, cuenta con un banco en el que contemplar desde las Cíes hasta Rande.

Como antesala de este imponente mirador, que forma parte del parque forestal de O Maruxento (16,5 hectáreas), hay una hermosa laguna. Aunque su origen es artificial, este estanque ya está profusamente poblado por ranas, libélulas... e incluso una familia de patos.

Dos visitantes se hacen un selfi en el mirador de O Castro, en Vigo.

Dos visitantes se hacen un selfi en el mirador de O Castro, en Vigo. / Marta G. Brea

Castro

Hace más de dos mil años que sobre su cima se asentaron los primeros pobladores de nuestra ciudad. El monte de O Castro es el germen de Vigo y desde sus laderas el asentamiento castrexo se fue extendiendo hasta convertirse en una villa y ésta en a urbe actual.

En la corona del monte se conserva la fortaleza de O Castro, construida en el siglo XVII y que llegó a contar con tres recintos defensivos. En la actualidad solo se conservan dos: el primitivo castillo y la segunda muralla, ambos convertidos en zonas ajardinadas.

La fortaleza original se ha convertido en un fantástico mirador de la ría, abarcando desde las Islas Cíes a la ensenada de Rande. Un estanque domina el centro del antiguo castillo y sus baluartes se han convertido en terrazas abiertas desde las que contemplar el impresionante paisaje. La panorámica que ofrecen la Punta del Diamante y el saliente de Coia es la más retratada por los cientos de cruceristas que desembarcan en nuestra ciudad. 

Vista de la ermita de A Guía, en Teis.

Vista de la ermita de A Guía, en Teis. / Marta G. Brea

A Guía

Al igual que el Monte Alba, A Guía está coronada por una ermita. Esta, diseñada por el gran arquitecto Manuel Gómez Román, horna a Nuestra Señora de las Nieves. La construcción hace cima a 126 metros sobre el mar, y a ella se llega a través de una ruta de senderismo circular.

Las vistas desde semejante atalaya son simplemente impresionantes. Su posición privilegiada junto al mar hizo que, antiguamente, el monte de A Guía funcionase como un faro: era un punto de referencia para la navegación. También era un lugar de culto, ya que el monte era escenario de una romería en la que imploraba la ayuda del viento para que los barcos y sus marineros regresaran a casa lo antes posible. Hoy se sigue celebrando una romería, aunque con un carácter más festivo que de advocación.

Su faro es el segundo construido en Galicia; su origen se remonta a 1842, año en el que los comerciantes de Vigo, con la mediación del cónsul inglés, solicitan una luminaria en el fondo de la ría para orientar a los buques mercantes. Empezó a funcionar en 1844 y en 1914 se construyó el actual.

En la falda del monte se halla otro atractivo turístico para selfies e "instagramers": un bloque de piedra de más de dos metros que emula al cubo de Rubik.

Mirador de A Madroa, en Candeán, Vigo.

Mirador de A Madroa, en Candeán, Vigo. / Marta G. Brea

A Madroa

El Monte do Vixiador, con una superficie de 18,5 hectáreas, dispone de su propio balcón sobre la ría: el mirador de A Madroa se eleva hasta los 450 metros y ofrece una amplísima panorámica de la ría y de prácticamente todo el casco urbano de Vigo.

Este parque forestal es uno de los preferidos por las familias en verano, y dispone de una amplia área recreativa con mesas, churrasqueras, parque infantil... Además, alberga distintos caminos por los que realizar senderismo, trail running o ciclismo de montaña.

También cuenta con una ruta arqueológica señalizada y con paneles interpretativos al pie de varias mámoas y dólmenes, entre los que destaca la "Casa dos Mouros", y que constituyen una de las concentraciones megalíticas más importantes de Galicia y que gozan además de la consideración de BIC.