P. P.

Hace más de dos mil años que sobre su cima se asentaron los primeros pobladores de nuestra ciudad. El monte de O Castro es el germen de Vigo y desde sus laderas el asentamiento castrexo se fue extendiendo hasta convertirse en una villa y ésta en a urbe actual.

Los restos castrenses se pueden visitar en el Paseo del Cronista Xosé María Álvarez Blázquez. El poblado, datado entre los siglos II y III a.C., se puede visitar y se ha musealizado: se han recreado tres viviendas y puesto en valor el resto de construcciones (hasta 45) para facilitar su observación. En su entorno se ha colocado un conjunto de figuras negras y planas que representan a sus antiguos habitantes en diversas facetas: guerreros, recolectores, cazadores, mujeres criando niños... Estas esculturas están dispersas en la zona verde que une la entrada al Castro frente al Concello con el yacimiento.

En la corona del monte se conserva la fortaleza de O Castro, construida en el siglo XVII y que llegó a contar con tres recintos defensivos. En la actualidad solo se conservan dos: el primitivo castillo y la segunda muralla, ambos convertidos en zonas ajardinadas.

La fortaleza original se ha convertido en un fantástico mirador de la ría, abarcando desde las Islas Cíes a la ensenada de Rande. Un estanque domina el centro del antiguo castillo y sus baluartes se han convertido en terrazas abiertas desde las que contemplar el impresionante paisaje. La panorámica que ofrecen la Punta del Diamante y el saliente de Coia es la más retratada por los cientos de cruceristas que desembarcan en nuestra ciudad. 

La segunda muralla es recorrida por un sendero que ofrece un agradable paseo con excepcionales vistas y bajo enormes árboles. O Castro es un hermoso y amplio jardín en el que nos encontramos gran variedad de especies, tanto foráneas como autóctonas, entre las que destacan los pinos, cedros y camelias.

Convertido en un gran parque -el mayor espacio verde del centro de la ciudad- también reúne dotaciones de ocio para el disfrute de pequeños y mayores. Así el antiguo depósito de aguas forma parte hoy de las instalaciones de la Casa da Xuventude. Alberga multitud de actividades para jóvenes, desde talleres de hiphop, manualidades o internet hasta conciertos. En su entorno se sitúan un circuito cerrado para bicicletas, donde los más pequeños aprenden a patinar o darle a los pedales; una pista de skate y un half, donde los jóvenes desafían a la gravedad; un parque biosaludable, donde los mayores se ejercitan; un área deportiva para quienes acuden a ponerse en forma al Castro; y dos parques infantiles, uno con atracciones hasta 12 años y otro hasta 16.

Además, el parque rinde homenaje a personas o hechos históricos que marcaron la historia de la ciudad: el monumento dedicado a Martín Códax (trovador medieval que le cantó a las "ondas do mar de Vigo"); el que recuerda la batalla de Rande de 1702; la polémica Cruz de los Caídos en la Guerra Civil y el que honra a los 136 represaliados asesinados en O Castro durante la contienda y el franquismo.

O Castro, además de un gran reclamo turístico, sigue siendo el centro neurálgico de la ciudad, donde a cualquier hora, todos los días de la semana, se puede encontrar a gente paseando, haciendo ejercicio, admirando las vistas, descansando sobre la hierba... Un parque lleno de vida.