Mujeres fuera de serie

Teresa Táboas, la arquitecta que construye conciencia

Teresa Táboas ama la arquitectura y el territorio, pero más aún a quienes lo pueblan. Gallega nacida en México y afincada en Pontevedra legisló contra el abuso inmobiliario y ahora, desde la vicepresidencia de la Unión Internacional de Arquitectura, contribuye a impulsar el compromiso social, medioambiental y económico de los profesionales

Teresa Táboas, ante la sede del Colegio de Arquitectos de Galicia,  en Vigo.

Teresa Táboas, ante la sede del Colegio de Arquitectos de Galicia, en Vigo. / Alba Villar

Amaia Mauleón

Amaia Mauleón

Teresa pasea por Vigo admirando edificios, observando las sombras en las que se cobijan los mayores en las plazas, aplaudiendo la utilidad de una nueva rampa mecánica y lamentando el estado de algunos inmuebles.

No puede negar lo que es: una arquitecta de raza. Una mujer que cree firmemente en que los cambios son posibles y para la que ningún muro es lo suficientemente alto como para, por lo menos, no intentar escalarlo.

Teresa Táboas (Ciudad de México, 1961), doctora en Arquitectura, fue la primera mujer decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) y segunda mujer consejera, desde su creación en 1931, del Consejo Superior de Arquitectos Españoles. Fue la primera conselleira de Vivenda e Solo de Galicia y, en 2021, se convirtió en la primera española vicepresidenta de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) –el órgano de dirección que guía a los arquitectos de todo el mundo– cargo al que está totalmente entregada. Y sigue construyendo su camino con los mejores materiales.

Seguramente fue la educación amplia, igualitaria y abierta la que aseguró, ya en su niñez, esos sólidos cimientos. Hija de padres ourensanos (él de Beariz y ella de Carballiño) emigrantes en México, Teresa era la mayor de cuatro hermanos. “A los cuatro, hombres y mujeres, nos trataron por igual y nos dieron la oportunidad de estudiar lo que quisimos, lo cual no era lo habitual en todas las familias”, agradece.

  • ¿Quién soy?

    “Una arquitecta que desde mi Galicia intento mejorar la vida de las personas y que nunca pierdo la curiosidad ni las ganas de aprender”

Ella, confiesa, era una muy buena estudiante y con una enorme curiosidad por casi todo lo que le rodeaba y que conserva a día de hoy. “Me interesaban muchas cosas y buscaba el porqué de todas ellas. Primero quería ser bioquímica, pero la fascinación que me produjo, cuando tenía 11 años, descubrir el diseño de Brasilia de Oscar Niemeyer me convenció para elegir el camino de la arquitectura”, cuenta.

Pero, junto a su formación académica, fue la vida a caballo entre Ciudad de México y Galicia, pasando a menudo por Nueva York y Madrid, lo que le aportó “una perspectiva del mundo muy variada y configuró mi forma de ser”. Así, la pequeña Teresa iba y venía de un país a otro, de la enorme y avanzada ciudad de México al rural gallego, con total naturalidad y aprendía por el camino a valorar y respetar cada espacio con todo lo que le rodeaba.

Teresa, con su madre en México.

Teresa, con su madre en México. / Cedida

Estudió BUP y COU en el instituto Rosalía de Castro de Santiago y cursó la carrera en la Universidad de México. El proyecto final ya lo realizó en Galicia y su tesis –sobresaliente “cum laude”– fue dirigida por César Portela. “Disfruté mis estudios y desde el principio me pareció que era una profesión desde la que era realmente posible mejorar la vida de las personas; la técnica es importante, pero la parte humanista, la social, siempre fue la que más me interesó”, reflexiona.

Su primera incursión laboral fue en el estudio del prestigioso arquitecto pontevedrés, donde trabajó durante siete años “y aprendí muchísimo”. También trabajó como técnica en un Ayuntamiento.

La gallega nacida en México se casó y echó raíces en Pontevedra, “la ciudad en la que más años he vivido, ya van cuarenta”, y donde nacieron sus dos hijos, Máximo y Teresa.

Tras la experiencia adquirida junto a Portela, en 1990 se independizó y creó su propio estudio, que dio sus primeros pasos con solo dos delineantes y un aparejador. “La conciliación, como para casi todas las mujeres trabajadoras y sin sus padres cerca, fue compleja, pero vivir en una ciudad con un tamaño tan accesible como Pontevedra lo hizo posible”, explica.

En casa de Luis Barragán(arquitecto mexicano premio Pritzker), uno de sus grandes referentes. Junto a su hermano y su comadre, también arquitecta.

En casa de Luis Barragán(arquitecto mexicano premio Pritzker), uno de sus grandes referentes. Junto a su hermano y su comadre, también arquitecta. / Cedida

Se siente orgullosa de todos sus proyectos –“durante un tiempo son como tus hijos”– pero destaca con especial cariño algunos como la ampliación del Liceo Casino de Pontevedra o el Centro para niños con parálisis cerebral de Amencer, en Vilagarcía.

“En los inicios surgen siempre dificultades; nosotros también las tuvimos, pero creo que los jóvenes arquitectos lo tienen ahora más difícil; lo veo por mi propia hija, que ha seguido mis pasos y se encuentran con un sector muy precarizado y con exigencias que antes no existían”, advierte.

Teresa asegura que la propia vida la ha ido sorprendiendo con inesperados retos profesionales. Y ella raramente los ha rechazado. Entre 1999 y 2003 presidió la delegación pontevedresa del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) y su buen hacer la llevó a ser elegida en 2003 decana del Colegio. “Cuando llegué todos eran hombres y mayores, pero tengo que decir que nunca sentí rechazo o diferente trato por ser mujer”, asegura. Sí lo percibió sin embargo en las obras, “a veces se dirigían al aparejador hombre en lugar de a mí o incluso se enfadaban si les comentaba algún error”, recuerda.

Posa para la foto ante la sede del COAG, en Vigo, y recuerda que fue durante su decanato cuando firmaron la compra del solar y convocaron el concurso ganado por Jesús Irisarri y Guadalupe Piñera. “Me encanta este edificio y cómo se integra en la zona”, comenta.

En 2005, el vicepresidente de la Xunta, líder del BNG, Anxo Quintana la llamó para ofrecerle la cartera de Vivenda e Solo. “Me di cuenta de que, dentro de unos límites, desde ahí sí que podría cambiar cosas y mejorar la vida de la gente”.

Y así lo hizo, sacando adelante unas iniciativas de vanguardia que la hicieron enfrentarse a numerosas presiones a las que ella no cedió ni un palmo. “Me empeñé en aprobar unas nuevas normas de habitabilidad en las que se mejorasen las condiciones de luz, se ampliasen las superficies mínimas, se atendiera a los problemas de movilidad… También sacamos el primer plan sectorial de vivienda protegida de todo el Estado y el primer registro de demandantes de vivienda protegida, aunque no nos dio tiempo a seguir adelante”, relata. Táboas se entusiasma al hablar de Vigo, una ciudad que adora. “Soy muy pro Vigo y durante mi etapa de conselleira hicimos muchas mejoras en el Casco Vello y creamos el primer parque de Navia”, destaca.

En 2009 el PP recuperó su mayoría absoluta y Teresa siguió en la política como diputada en el Parlamento Gallego hasta 2012, cuando regresó a la arquitectura. “Ya había pasado la crisis pero aún había poco trabajo. Regresé con ilusión y la vida se va abriendo paso poco a poco”, afirma con esa sonrisa que acompaña todo su relato.

Aún le quedaban a Teresa ventanas por abrir. En 2021 fue nombrada vicepresidenta de la Unión Internacional de Arquitectos, institución que comunica a los consejos de arquitectos de los países de todo el mundo y en la que es la única mujer española en este cargo. “Supone mucho trabajo y numerosos viajes pero es ilusionante ver las nuevas líneas de investigación que se pueden abrir”, dice.

“Las cosas han cambiado mucho en los últimos años y lo interesante es ser capaces de entender el momento histórico. Estamos en una crisis climática y los arquitectos debemos aportar soluciones a los problemas que surgen: territorios que se pueden inundar, la importancia de reciclar materiales, olas de calor… No podemos ensimismarnos con el objeto estético ni dejar a nadie detrás”, considera. “Debemos tener conciencia social, medioambiental y económica y nos tiene que preocupar mucho lo que hacemos con el dinero público. Siempre lo digo: en estos tiempos hay que pensar en clave de Re: rehabilitar, reciclar, renovar...”, apunta.

Su responsabilidad en la UIA ha llevado a la arquitecta gallega a reunirse con grandes instituciones como la OMS o la UNESCO y comprender “las realidades tan distintas que existen en cada país, lo que implica que sus arquitectos tienen que conocerlas, adaptarse y poner siempre a las personas en el centro”, destaca.

Año 2014. Reunión en Ginebra en la sede de la ONU, representando al Consejo de Arquitectos de Europa.

Año 2014. Reunión en Ginebra en la sede de la ONU, representando al Consejo de Arquitectos de Europa. / Cedida

Teresa sigue siendo la niña repleta de curiosidad y a pesar de los numerosos viajes, reuniones y responsabilidades, siempre encuentra tiempo para su familia y otros nuevos proyectos. Entre ellos, habla con pasión de “Sementares”, una empresa vivero de semillas autóctonas que fundó en 2021. “La idea me la lanzaron desde la Fundación Juana de Vega, que promueve el desarrollo del medio rural gallego y de la que soy vicepresidenta. Me dijeron que no existía ninguna empresa que se dedicara a la recuperación de semillas autóctonas y me pareció muy interesante. Tenemos agricultores que colaboran de toda Galicia y me encanta este proyecto”, cuenta.

Próximamente quieren rodar un documental sobre este proyecto. Y así acabamos hablando de cine, otra de las muchas pasiones de esta extraordinaria mujer.

LAS PIONERAS - Zaha Hadid, la mujer que desafiaba las formas

Zaha Hadid (Bagdad, 1950- Miami Beach, 2016) fue una figura importantísima en la arquitectura contemporánea y la primera mujer que ganó, en 2004, el Premio Pritzker de Arquitectura, considerado el Nobel de esta disciplina.

Zaha fue educada en Bagdad y continuó su educación en Suiza y Gran Bretaña. Regresó a Oriente Medio para estudiar Matemáticas y después volvió a Londres para estudiar Arquitectura. En 1979, estableció su propio estudio en Londres, el Zaha Hadid Architects (ZHA).

Su pionera visión redefinió la arquitectura del siglo XXI. Gran parte de su trabajo fue de carácter conceptual; buscaba explorar y experimentar con las geometrías y con las emociones del usuario.

Ganó numerosos concursos internacionales, aunque muchos de sus diseños no se construyeron nunca y Hadid pasó a ser conocida como “la arquitecta de papel”.

Entre sus obras más conocidas se encuentra el Pabellón Puente de la Exposición Internacional de Zaragoza (2008); la Casa de la Ópera de la Bahía de Cardiff (1994); la Casa de la Ópera de Guangzhou (2010), y el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.

Otras facetas menos conocidas de Hadid son las de diseñadora de joyas, artista, escultora y pintora.

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