Entrevista | Teo Cardalda y María Monsonís Músicos, integrantes del dúo Cómplices

“Somos gallegos del alma y eso no se controla”

La pareja lanza el 5 de abril su nuevo disco, “Terra”, que es el de su vuelta a Galicia y a la “profesionalidad”, tras varios años “engrandeciendo nuestro jipismo”, según manifiestan

Teo Cardalda y María Monsonís, con su perro Pisco, en su estudio.

Teo Cardalda y María Monsonís, con su perro Pisco, en su estudio. / ALBA VILLAR

La pandemia apuró su decisión de regresar a su tierra, de dar por finalizada su estancia en Madrid, donde ha transcurrido la mayor parte de la vida profesional de éxitos de esta pareja de gallegos que forma el dúo musical Cómplices, uno de los mayores exponentes del pop español de las décadas de los 80 y 90, y donde la pareja también ha formado una numerosa familia junto a sus cinco hijos. María Monsonís y Teo Cardalda nos reciben en su casa de Gondomar, donde también tienen su estudio de grabación, acompañados de su hija Maya y rodeados de sus siete perros, su huerto y su finca con hórreo. En cinco días, el 5 de abril, lanzan nuevo álbum discográfico, “Terra”, con el que continúan un viaje que nunca acaba e inician una gira de conciertos que les llevará por varios escenarios y festivales de España y Latinoamérica.

– ¿Qué se va a encontrar el público en “Terra”?

Teo Cardalda: Va a encontrar canciones nuevas, alguna revisión de hace tiempo y un disco muy en nuestra línea de hablar de todo lo que pasa alrededor, de la pandemia, de la vuelta, de la euforia, de la situación social y del mundo. Y “Terra” también es la vuelta a vivir a Vigo.

– ¿Este regreso a Galicia ha sido una necesidad tras la pandemia o ya entraba en sus planes antes?

María Monsonís: El otro día encontramos un vídeo en el que salgo yo con unas bolsas saliendo del coche en Madrid y digo: “Pedra, necesito pedra”. Estábamos muy bien en Madrid y de hecho yo lo echo de menos, pero la tierra tira, somos gallegos del alma, y eso no puedes controlarlo.

Teo: Iba a haber una vuelta tarde o temprano. La pandemia creo que fue la disculpa perfecta.

La pareja de artistas ante la entrada del hórreo de su casa en Gondomar

La pareja de artistas ante la entrada del hórreo de su casa en Gondomar / Alba Villar

– ¿Consideran que llegaron a irse del todo de Galicia?

María: No. Hace años en mitad del curso llamé a Vigo a un colegio muy apetecible, muy naturista y muy gallego, y les dije: “Me voy para ahí, ¿me cogéis a los niños? Y nos vinimos. Yo lo tenia clarísimo, llevaba años viniendo sin Teo, me cogía el coche y me venía con mi hija Maya a pasar temporadas.

Teo: Al principio hubo una desconexión absoluta con Galicia, éramos como muy madrileños, aunque yo siempre me sentí un gallego viviendo en Madrid. Para mí la vuelta fue aquel concierto en las fiestas de Bouzas en que yo no pude cantar porque tenía una afonía terrible, lo televisaba la TVG y tuvieron que cortar (fue en el año 2008).

– Definen lo suyo con la música como un viaje que nunca acaba, ¿en qué momento dirían que se encuentran?

Teo: Por las edades, pienso que un poco en el final del viaje. Se ha muerto cantidad de gente. La pandemia, aparte de que cambió el mundo, supuso encontrarme con el hecho de que yo también me puedo morir.

María: Para mí no es el final. La música forma parte de mi vida, pero no es toda mi vida, tengo cien mil cosas más y entre ellas irme a vivir a un sitio calentito, cuyo nombre no voy a decir para que no pase como con Galicia y los madrileños, un sitio donde estar para ir volviendo de vez en cuando.

Teo: Creo que “Terra” es una vuelta a la “profesionalidad”, entre comillas. Hemos estado durante años haciendo nosotros todo, no queríamos saber ni de managers ni de oficinas; eso tiene una parte positiva, que es el engrandecimiento del jipismo que tenemos, y otra negativa, que es que te retira del mercado, aunque hemos seguido haciendo conciertos cuando nos apetecía. Hemos estado muy a gusto y ahora hemos decidido volver, con oficina, agente y un equipo de gente maravillosa trabajando para nosotros. Ahora vamos a tocar en el nuevo Bernabeu.

– La portada del disco es la imagen de una manzana oxidada hecha por el artista plástico Din Matamoro. ¿Es una alusión a su primer disco, “Manzanas”?

María: Conozco a Din desde niño, siempre he seguido su obra, me parece un genio. Lo llamé y a él, amorosísimo como es, un ser excepcional, le encantó la idea de mezclar música con arte. Le explicamos nuestro concepto, que el disco se llama “Terra" porque es lo que somos, tenemos huerto y frutales, entonces él nos mandó esta parte de su obra que es muy visual, nos pareció de una belleza increíble, se lo presentamos a nuestra compañía, Altafonte, y fliparon. Era parte de su obra, pero incluyó los cuerpos dentro de la manzana, que nos representan a Teo y a mí. Curiosamente lo de la manzana no es por nuestro álbum, la escogió él.

– El single de promoción es “Tú y yo”, una colaboración con el grupo de indie pop Varry Brava, ¿cómo surgió esa relación?

Teo: Me llamó uno de ellos, Abraham, que quería enseñarme cosas que hacía aparte de Varry Brava, y ahí empezamos a tener contacto. Ellos siempre ponían sugerencias en sus redes sociales, nos mencionaban, como que nos querían muchísimo, así que nos pareció bien colaborar con ellos, son así como muy kitsch y les propusimos hacer con nosotros este tema nuevo, “Tú y yo”. Va a haber más colaboraciones, el disco ya está, pero vamos a ir haciendo singles, uno con Shuarma, el de Elefantes.

María: La verdad s que tenemos bastante que ver con Varry Brava.

– Es un tema muy pegadizo, como también lo es “Llámame” y lo son otros que se han convertido en himnos para varias generaciones, como “Es por ti”, “Los tejados” o “Dama del río”. ¿Cuando acaban de hacer una canción saben que se va a convertir en un éxito?

Teo: Nunca lo sabes. “Llámame” me parece un tema muy sugerente, habla de la soledad que hay ahora, más que nunca. Creo que el mundo es una mentira ahora mismo, aquí tiene que haber un Mad Max, una catarsis, es como un ordenador cuando está absolutamente envenenado, lo tienes que reiniciar. Es terrible el número de suicidios que hay, mis amigas farmacéuticas me comentan que no dan a basto con la cantidad de ansiolíticos que venden, muchos de ellos a gente muy joven. “Llámame” habla de eso, de que tenemos 4 o y 5 G y hay gente absolutamente más sola que nunca, desconectada, con problemas de cabeza tremendos.

– Resulta curioso que una canción con ese mensaje dé ganas de bailar.

Teo: Es un poco “Help” de los Beatles, una llamada de socorro.

– Vuelven a contar con Juan Mary Montes como letrista, ¿qué le debe Cómplices?

Teo: Es el tío más generoso que hemos conocido, nos ha hecho letras de canciones como “Ojos gitanos” o “Verdad que sería estupendo”. En este disco ha hecho “Sal de ti”, un tema precioso que va de un chico que le dice a una chica que disfrute de la vida, de las pequeñas cosas, y de “Desátame, tierra”, que es como un mensaje de “sácame de aquí” . Hemos tenido muy buenos letristas, como David Summers o como José María Cano, autor de letras fantásticas como “Sonrisa plateada”, al que María le rompió delante de su cara la letra de la primera canción que iba a hacer para nosotros. Era algo así como “Yo soy gallego y aquí no pego”. Nos descojonamos de risa.

"Aún guardamos el folio arrugado con la letra de la canción ‘Es por ti’ que tiró a la papelera un jefe de la compañía con la que trabajábamos diciendo que no iba en el disco”

María: Es que yo no me callo ni debajo del agua y pensé: “Éste está de coña”. Otro papel arrugado y alisado por mí que aún guardo es el que tiene la letra de “Es por ti”. Le enseñamos el tema al jefe de la compañía con la que trabajábamos y dijo: “Buah, este tema fuera” y tiró a la papelera el folio con la letra escrita a mano por mí. Yo le dije: “Mira, esto va porque a nosotros artísticamente no nos vas a decir nada”. Y fue. Luego la compañía hasta sacó el single de esa canción y la conocen hasta en Filipinas. Cada vez que lo veo, le digo: “¿Qué, fenómeno?”.

Teo: Fue lo mismo que sale la película de Queen, en una escena en la que el de la compañía sale tirándoles el “Bohemian Rapsody”.

– ¿Ha costado llegar a reunir todas las canciones que forman el disco o se han dejado algo en el tintero?

– Teo: Hemos hecho una selección muy exigente porque tenemos canciones ahí guardadas por un tubo. Y María también decía: “No más, ¡nueve! no, ocho”, no le gusta mostrarse demasiado.

María: Porque me parecen suficientes, tampoco estamos en una época de discos, sino de singles, por desgracia. Yo no le doy demasiada importancia a abrochar las canciones en un disco, pero es una manera de que los medios digáis que hemos sacado un disco nuevo. Soy más partidaria de los singles, que son como sorpresillas que van saliendo. Como soy tan poco ortodoxa y tan libre, es como que me siento agobiada con que me digan “en tal fecha hay que sacar esto”, aunque entiendo que son cosas que son necesarias.

"Tener casi un millón de seguidores en Spotify no reporta nada económicamente, pero es un barómetro de la necesidad que tiene el público de escuchar a un grupo”

– ¿Tener casi un millón de seguidores mensuales hoy en día en Spotify es muy diferente a vender un millón de discos, tanto a nivel económico como de reconocimiento artístico?.

Teo: Ahora es imposible vender diez mil discos. Creo que Spotify y otras plataformas son un barómetro estupendo de la necesidad que tiene el público de escuchar a un grupo. Lo nuestro ahí es rarísimo porque sobrepasamos, con casi un millón de seguidores, a grupos de nuestra década, que suelen andar por los cien mil o doscientos mil, y esa es una de las razones por las que también todo el mundo nos animaba a hacer una gira. No sabemos quién está detrás de esas audiencias, quiénes nos escuchan. Es que además en Spotify todo el mundo utiliza las colaboraciones para reventar las cifras y nosotros tenemos esas cifras sin colaboraciones, con repertorio de Cómplices puro y duro. Pero estas plataformas son un engaño, nos están sacando el dinero, los royaltis se quedan en nada, económicamente no nos reporta nada importante. Tenemos vídeos en Youtube con millones de reproducciones y no nos da nada, es como si nos invitaran a comer. Los recursos vienen de los conciertos en directo o de ser Quevedo y tener doscientos millones de reproducciones. Y hay artistas a los que pagan más que a otros para tenerlos calladitos, es todo una vergüenza.

María: Que te compren el disco es más bonito que si te ponen en Spotify ; es ir a buscar tu disco físico, hacer cola, estar en una firma, eso era maravilloso. Y luego tener tu LP, lo hacías con muchas ilusión e intentabas tener cuidado hasta con el papel que usabas. Lo de que se nos siga escuchando tanto en Spotify explica que, de repente, vayamos a tocar a Perú y nos aparezcan diez mil personas. En Latinoamérica nos aman.

– Viajemos al inicio de Cómplices, a cuando Teo y María se conocen, forman pareja, primero, y luego debutan como dúo musical, ¿cómo recuerdan esos comienzos de una vida profesional y sentimental juntos? 

María: Yo estaba en la universidad, andaba con el violín por ahí de vez de cuando en casa, y también tocaba la guitarra. Cuando conocí a Teo ya estaba pensando en dejar Golpes Bajos y se había encaprichado con producir, yo le dije “pues bueno” . Yo era una cría.

Teo: Es que Germán (Coppini) y yo ya no nos aguantábamos.

– Entonces María no fue la Yoko Ono de Golpes Bajos como se ha dicho.

María: Para nada, yo me llevaba muy bien con Germán, nunca me metí en nada del grupo, yo solo era la novia de Teo, que además venía de otro mundo: estaba haciendo ballet clásico, tocaba el violín e iba a la universidad.

"Nunca imaginé el éxito que tuvimos con Cómplices. y mucha gente tampoco, creo que muchos nunca me perdonaron salir de arrasar con Golpes Bajos y volver a arrasar con mi pareja, con María”

– ¿Imaginaban un trayecto tan largo?

– Teo: No, yo no me imaginaba el éxito que tuvimos. Y mucha gente tampoco, creo que muchos no me perdonaron nunca salí de arrasar en Golpes Bajos y tener otra vez superéxito con mi pareja, con María. Que aquí Vigo es jodido, es una ciudad que amo y odio a la vez.

 – María: Eso es muy típico de Vigo, entre nosotros la ponemos a caldo, pero nos hemos venido a vivir aquí.

– ¿Ahora que han regresado, creen que queda algo de ese Vigo de los años ochenta y noventa?

Teo: Queda algo, pero Vigo está entrando en la globalización de un mundo feo. Yo estoy encantado porque Galicia no pierde el surrealismo, es un sitio con un audiovisual tremendo, hay creadores y músicos tremendos: Fillas de Cassandra, Sen Senra, Tanxugueiras, son músicos buenísimos, son el relevo. Pero Vigo está llamando mucho la atención ahora mismo y yo no quiero que llame tanto la atención, quiero vivir tranquilo y disfrutar de lo que es Vigo, del entorno, de la ciudad. Estoy superado por esa telegenia que tiene Vigo, no se puede ser “lo más” todo el rato, ni yo quiero serlo, a veces eso me crispa, pero sigue manteniendo un atractivo enorme como ciudad, los alrededores, el mar, los campos, ...

– María: Es que es mejor llamar la atención por cosas como tu cultura, tu gastronomía, por tu idiosincrasia.

– ¿Nostalgia de tiempos pasados?

Teo: No. Hay preocupación por el futuro, por cómo va el mundo, por las guerras, por la mentira, por los políticos, yo estoy preocupado con ellos, por el ejemplo que dan, es como si en el fútbol estás clavando constantemente puñales a tus compañeros, los políticos no pueden estar dando este ejemplo asqueroso a la gente, es denigrante para la sociedad. Los de países como Canadá o Noruega, nos dan cien mil vueltas. Es que un político tiene que estar al servicio del ciudadano, no puede estar jodiendo al ciudadano constantemente, mintiendo. Siento decirlo, pero es así.

Teo y María en su casa de Gondomar

Teo y María en su casa de Gondomar / Alba Villar

– Lanzo esta pregunta a los dos para no caer en un cliché de la sociedad patriarcal: ¿Cómo han conseguido conciliar vida laboral y familiar teniendo cinco hijos y una carrera tan absorbente como la suya?

María: Pregúntamelo a mí. Conciliar es lo más difícil que he hecho en mi vida, lo que más me ha hecho sufrir, porque me he tenido que ir de mi casa con niños enfermos, me acuerdo que Sabina se partía de risa conmigo, antes de entrar en una tele me decía: “Rubia, que te toca”, y yo estaba con el teléfono cantando una nana. A mí me ha costado la vida, he llorado lo que no está escrito, y he vomitado de la angustia que tenía.

– De esos cinco hijos, dos se dedican a la música, Baby Pantera y Yago Moncar, ¿era algo inevitable?

María: Ya son tres. El tercero ha dejado la carrera de abogado y ahora está iniciando una carrera musical haciendo reggaeton. Supongo que ha sido algo inevitable. En un principio yo quería que fuesen unos niños como los demás, que estudiasen, pero cuando ves que van por ahí los tienes que apoyar. Yo ahora en la distancia, que ya no tengo esos problemas de tener unos adolescentes horrorosos, estoy muy contenta de que sean músicos. Otro es Baby Pantera.

– Hace tres años salía a la luz su libro CD “Claves líricas, en el que musicaron poemas de Valle Inclán y que acompañaron con una gira, y este año Teo ha estado en unos conciertos en homenaje a Antonio Vega ¿han finalizado ya esos proyectos?.

Teo: Lo de Antonio Vega ya se acabó. Lo de Valle Inclán está aparcado, pero los librodiscos siguen a la venta en librería; ahora Josefina y Don Ramón estamos reconciliándonos y probablemente hagamos más cosas, por ahora estamos con el disco y un proyecto infantil que habla del cuidado a la naturaleza en el que metemos canciones originales.

María: Y los personajes de ese proyecto infantil son geniales. Algo sabremos después de tener tanto hijo y de haberse tragado tantas películas infantiles, que yo me sabía hasta los diálogos enteros de “El Rey León” y de “Peter Pan”.

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