Perfil | Claudio Giráldez, de aprender del "miura" Benítez a cumplir su propia profecía

El porriñés asume, a sus 36 años y sin experiencia en el fútbol profesional, el reto de replicar en el primer equipo su exitosa fórmula con el Celta Fortuna

Presentación de Claudio Giraldez como entrenador del primer equipo en la ciudad deportiva Afouteza

Presentación de Claudio Giraldez como entrenador del primer equipo en la ciudad deportiva Afouteza / Alba Villar

Claudio Giráldez comenzaba el curso "encantado" de poder aprender de cerca de "un miura del fútbol mundial". Ocho meses después, le toca solventar la deriva que ese prestigioso referente, Rafa Benítez, no pudo enderezar. El porriñés, a sus 36 años, ve cumplido el sueño de dirigir al primer equipo del Celta y, al tiempo, asume el reto de dejar al equipo en Primera y evitar un traumático descenso en el año del centenario. Con 10 jornadas por delante, parte con dos puntos sobre el descenso.

El entrenador (24 de febrero de 1988) da un salto de gran alcance que se pone de relieve con un dato: hay dos jugadores de la plantilla que son mayores que él, Iago Aspas (1 de agosto de 1987) y Vicente Guaita (10 de enero de 1987). Acostumbrado al papel de formador, muy elocuente en sus ruedas de prensa, ahora le toca liderar una plantilla con varios internacionales y a la que, además, deberá revitalizar en el aspecto anímico. El importante rol que le ha dado a la psicóloga Laura Centoira sí ha funcionado para sacar el mejor rendimiento de los jóvenes.

En sus comparecencias, Claudio Giráldez acostumbraba a resaltar el mensaje que su labor era la de acercar a sus jugadores al fútbol profesional, más que la de lograr unos resultados concretos.Por el camino, los frutos de su trabajo son tangibles: clasificó a su equipo para la promoción de ascenso en su primera temporada y en esta segunda también está peleando en la cabeza de la tabla.

Ahora, en lo que queda de campaña, el discurso de la progresión de los futbolistas carece de sentido, lo que necesita el Celta son puntos para escapar de la quema y buenas sensaciones para conectar la afición. No tendrá un paso intermedio en Segunda División para probarse, su primera reválida será de máxima enjundia.

El técnico porriñés, en todo caso, siempre ha sido ambicioso. En unas declaraciones después de, contra todo pronóstico, colocarse líderes en la novena jornada de este curso, afirmaba que con lo que estaban ofreciendo no les iba a llegar: "Como te conformes con mantener el nivel te van a quitar de ahí".

Claudio comenzó su carrera como futbolista en la cantera del Real Madrid y luego jugó en equipos como el Pontevedra o el Coruxo, hasta retirarse en el Porriño Industrial en 2019. En sus últimas temporadas ya compaginaba ese rol con el de formador en la cantera céltica. Dirigió luego al Gran Peña (2020-2021), justo antes de integrarse en el Celta, y al curso siguiente se hizo cargo del Juvenil A celeste, desde el que ya pasó al filial.

Variedad táctica

En una entrevista con el diario AS en el arranque de la presente temporada, de la que está sacada la calificación de "miura" para Benítez, daba algunas ideas sobre su forma de entender el fútbol, caracterizada por la variedad táctica y los recurrentes cambios de piezas. "Siempre he sido bastante pesado con que, dentro de una misma idea de todos los equipos del Celta, está bien que haya distintas lecturas y sistemas. Eso es cultura táctica para el futbolista", explicaba.

Argumentaba Giráldez que, durante una época, solo se jugaba con un 4-3-3 y eso derivaba en que "un pivote no sabía convivir con otro", por ejemplo. Completaba su razonamiento de manera profética, a tenor de lo ocurrido este martes: "En Primera División es muy difícil que un entrenador se mantenga diez años en el cargo, lo estamos viendo en el club, que hay cambio prácticamente cada año, y tienes que tener una visión más holística de lo que es el fútbol". Habrá que ver cómo se concreta ese libreto flexible, frente a la rígida partitura que Benítez no acabó de hacer sonar con consistencia.

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