Mirador de Lobeira

El peligro del “plumacho”

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Hierba de la Pampa, uña de gato, acacia negra o la egeria densa que cubre el Umia por temporadas; por no hablar de las hermosas calas, las mimosas y tantas otras plantas ornamentales, el abrojo de la playa de Compostela o los colonizadores eucaliptos que adulteran el paisaje de O Salnés sin contemplaciones.

Ha llegado la hora de intervenir de forma contundente ante la desaforada presencia de flora y fauna exóticas que suponen un evidente riesgo para la biodiversidad, a lo que hay que sumar amenazas igual de importantes como será el mosquito tigre o la ya omnipresente avispa velutina, sin olvidar mejillones de río, cangrejos rojos y hasta ouxas depredadoras de marisco como alertaron esta misma semana en la cofradía de A Illa..

De ahí que todas las acciones sean de agradecer y la implicación de los jóvenes a través de proyectos educativos formales resulten una imperiosa necesidad.

El proyecto Plancton de Afundación para la reducción de la basura marina es sin duda fundamental para mantener el medio marino, respaldada claro está por el sector, que empuja estas actividades y colabora con sus medios: embarcaciones, grúas, redes.

Pero también otros a media escala como aquellos que organizan grupos ecologistas que con cierta periodicidad convocan excursiones y reuniones de trabajo para la eliminación de basuraleza y a la vez especies invasoras que cada vez abarcan espacios más sensibles y extensiones tremendas, lo que complica su freno o erradicación.

Especialmente valiosa es la intervención que ha iniciado Galicia Medioambiental para la erradicación de alóctonas en todo el litoral, no solo en zona de playas, sino también en el vial de entrada a la población, pues además de arrancar de cuajo especies que son una amenaza para el hábitat implica de lleno a las generaciones más jóvenes.

Pero sobre todo, hay que profundizar en el mensaje coercitivo; poner sobre la mesa las acciones que las administraciones tienen en su mano, es decir, recordar a todos los ciudadanos que se les puede perseguir si tienen la ocurrencia de plantar una de esas especies en sus jardines, también en los parques públicos o en las medianas de una carretera.

Y es que la hierba de la Pampa no solo es invasiva sino que acapara el paisaje en muy poco tiempo y es imposible de exterminar ya que cada planta cuenta con un millón de semillas. ¿Se imaginan que puede suponer un millón de plumachos en un año? Pues eso, un disparate que hay que frenar cuanto antes.

Y esa acción de retirada que Galicia Ambiental realiza solo en el municipio de O Grove tiene que extenderse a todos los demás concellos limítrofes, llámense Sanxenxo, Meaño, Vilagarcía o Cambados.

No es de recibo que a día de hoy en O Salnés haya quien no se toma en serio el riesgo para el paisaje que supone permitir la expansión de esta exótica planta que llegó como ornamental pero que se ha convertido en una amanita phaloide, esa seta roja tan llamativa pero con una tremenda carga mortífera.

Salvar el paisaje autóctono es una acción que a todos compete, sobre todo cuando la próxima semana se celebra el día del medio ambiente, que todos tenemos la obligación de proteger. Y se hace, sembrando conciencia.

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