Testigos niegan la somnolencia de José Eirín: sus respuestas eran “claras y rápidas”, dicen

Conductores que llegaron al lugar del accidente se sorprendieron porque el acusado no ayudó a identificar a la víctima | Una testigo dice que sugirió que “se me metió delante”

La Fiscalía pide 24 años de cárcel para el asesino de Jessica Méndez

Foto: Gustavo Santos / Vídeo: Agencia Atlas

Varios testigos afirmaron ayer en la tercera sesión del juicio contra José Carlos Eirín, acusado de embestir con su coche al de la joven de Barro Jessica Méndez y provocarle heridas mortales, que el imputado no presentaba signos de somnolencia y aseguraba encontrase bien, en el extremo contrario de la estrategia de la defensa, que sostiene que el procesado sufrió un microsueño por el consumo de un fármaco y perdió el control del vehículo.

“Le pregunté si estaba mareado, si le dolía el pecho o cualquier cosa. Y digo que no, que estaba bien”. Uno de los primeros testigos en llegar al lugar del accidente se pronunció así sobre el estado de José Carlos Eirín inmediatamente después del siniestro. Aseveró sin lugar a dudas que “tampoco se lo notaba dormido” y contestaba con espontaneidad con respuestas “claras y rápidas”.

Un testigo que paró para socorrer declaró que el ahora imputado “se mantuvo en todo momento con el móvil, apoyado en la parte de atrás” del vehículo y no apartaba la vista “del coche de ella”.

Entre los conductores que pararon, una joven que explicó que le tomó el pulso a Jessica “y al él le pregunté que pasó”. Le contestó: “No sé, fue muy rápido, fue su respuesta. Y como que insinuó que se le había metido delante: fue todo muy rápido, creo que se me metió delante”.

Especialmente, dos testigos expresaron su sorpresa porque José Carlos Eirín no hubiese ayudado a identificar a la víctima. Los conductores que se pararon a socorrer retiraron el parabrisas y revisaron la guantera para intentar conocer la identidad de Jessica. Finalmente encontraron facturas de un taller al que telefonearon y que a su vez avisó a la familia.

“Me llamó la atención: se alejó, se mantuvo al margen y en ningún momento” dijo que la conocía “cuando estábamos todos desesperados por saber de la chica”.

Otra testigo que llegó al lugar instantes después del accidente también declaró que “me dijo yo estoy bien. Le pregunté ¿seguro que no te duele? Y me dijo no, estoy bien”. Le preguntó si se había quedado dormido y le respondió que no, si bien no le ofreció explicación alguna de cómo había sido el accidente. Simplemente, aseguró, en los minutos siguientes se quedó “observando” con frialdad, como “si no hubiese sucedido nada”.

Cuando el hermano y la pareja de la joven llegaron al lugar del accidente los presentes fueron conscientes de que José Eirín sabía la identidad de la conductora del otro vehículo. “Pensé: entonces este hombre conoce a la chica y no ha dicho nada, Me quedé…” afirmó una testigo que insistió en que el imputado “fue consciente en todo momento de lo que estábamos haciendo” y “no hizo nada, se quedó allí” mirando

Cuando el hermano y la pareja de la joven llegaron al lugar del accidente los presentes fueron conscientes de que José Eirín sabía la identidad de la conductora del otro vehículo. “Pensé: entonces este hombre conoce a la chica y no ha dicho nada, Me quedé…” afirmó una testigo que insistió en que el imputado “fue consciente en todo momento de lo que estábamos haciendo” y “no hizo nada, se quedó allí” mirando.

No todos los testigos coincidieron en el estado de lucidez del imputado. Uno de ellos afirmó haberlo visto perdido, “deambulando”, como si estuviese “desorientado por el impacto”.

Uno de los testigos, que había declarado durante la fase de instrucción haber visto a José Carlos Eirín “en shock”, se desdijo de sus declaraciones asegurando que se había confundido “por el nerviosismo” y aseveró que “para nada” vio a Eirín alterado o con signos de somnolencia.

Durante la tarde declararon varios sanitarios que explicaron que la ambulancia medicalizada llegó al lugar del siniestro 17 minutos después de recibir la alerta. La médico que examinó a la accidentada constató que sufría un traumatismo craneoencefálico “muy grave”. La respuesta fue sedarla, relajarla administrándole analgésicos e intubarla para mantener la respiración, además de aplicar medidas anti edema. Se decide su traslado al Álvaro Cunqueiro, en el que ingresó 32 minutos después.

La enfermera de la ambulancia medicalizada que asistió a la víctima explicó que oyó una discusión, “tensa”, pero sin poder precisar sobre qué ni quiénes eran los protagonistas. Por su parte, la médico también recordaba la “tensión” y los “comentarios de que era un accidente raro”

Tanto la médico como la enfermera recuerdan un ambiente de tensión en el lugar del accidente.

La enfermera explicó que oyó una discusión, “tensa”, pero sin poder precisar sobre qué ni quiénes eran los protagonistas. Por su parte, la facultativa también recordaba la “tensión” y los “comentarios de que era un accidente raro”.

El médico de Urgencias que atendió al acusado en el hospital Quirónsalud de Pontevedra explicó al jurado que presentaba una herida contusa, y lesiones en las extremidades, sin daño neurológico, “creo recordar que normal, autónomo, independiente”, detalló, y recibió el alta ese mismo día.

El juicio continuará hoy con el testimonio de varios agentes de la Guardia Civil, entre ellos los que realizaron la reconstrucción del siniestro.

El fiscal estudia denunciar por falso testimonio a la madre y a la hermana del imputado

En la mañana de ayer declararon distintos conductores que llegaron al lugar del siniestro inmediatamente después del choque mortal y con anterioridad a los servicios sanitarios y la Guardia Civil. Entre ellos se encontraban la madre y la hermana del procesado, a las que la Fiscalía estudia denunciar por falso testimonio. La madre negó ser conocedora de que existiese algún problema con Jessica y negó también que alguien del entorno hubiese llamado su atención sobre las supuestas <strong>conductas de acoso de Eirín</strong>.

El Ministerio Fiscal considera que ambas pudieron faltar a su juramento de decir la verdad cuando afirmaron que el día del accidente no hablaron con ningún familiar de la víctima, cuando una de los testigos asegura que sí oyó una conversación.

En concreto, declaró ante el jurado que al llegar al lugar del accidente el hermano de Jessica se puso muy nervioso y la madre del acusado le dijo “no te pongas así, que mañana tu hermana está bailando en una pierna sola”. Según han relatado, ellas acudieron al lugar del siniestro las primeras, lo que contradice también lo relatado por otros testigos, y poco después llegaron más personas, entre ellas el hermano y el novio de la víctima.

La hermana del imputado aseguró que en ese momento la pareja de Jessica llegó a amenazar de muerte a José Eirín. Éste se encontraba, afirmó, “sentado en la ambulancia, sin meterse con nadie, y él le dijo: a ti te voy a matar yo”, los agentes de la Guardia Civil intentaron requerirle el DNI y “no quería dárselo”. Negó que su madre hubiese tenido conversación alguna con el hermano de Jessica, al igual que hizo momentos después la aludida, lo que ha llevado al Fiscal a pedir que se deduzca su declaración por un posible delito de falso testimonio.

El magistrado presidente de la sala, Miguel Seijo, no ha aceptado la petición, aunque el representante del Ministerio Fiscal confirmó tras la sesión de la mañana que estudiará la posibilidad de presentar una denuncia o una querella por supuesto falso testimonio.

“Era casi indefectible que derivase en muerte cerebral”

Los forenses ratificaron la gravedad de las lesiones sufridas por Jessica. “La situación era muy grave desde el primer momento”, explicaron, con lesiones de tal entidad “que se produjo un deterioro rápido y fue imposible que sobreviviese”.

Las posibilidades de una intervención quirúrgica eran “cero”, cuando la víctima llegó al Álvaro Cunqueiro, y los profesionales señalaron que con los hematomas intracraneales que presentaba “era casi indefectible que derivase en muerte cerebral... Poco más se pudo hacer que mantener la vida lo que se pudo”.

Durante la mañana de ayer también declararon dos vecinas que aseguraron que veían al acusado “subir y bajar por la pista” de la vivienda familiar a la que acudía la víctima, “iba hacia el portal de Jessica y volvía de vuelta”. También relataron vigilancias “tanto de día como de noche”.

Una de ellas aseveró que a partir de estos hechos decidió tomar precauciones, como bajar la persiana para ducharse.

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