Trelle, el campo de pruebas de un sistema que localiza personas en áreas sin cobertura móvil

Un proyecto de investigación facilita a una docena de vecinos de esta aldea de Toén dispositivos con los que pueden alertar si necesitan ayuda y que permiten su seguimiento con una ‘app’

Vecinos de Trelle (Toén), con los dispositivos de seguimiento, junto al local vecinal, donde está la estación receptora de datos.

Vecinos de Trelle (Toén), con los dispositivos de seguimiento, junto al local vecinal, donde está la estación receptora de datos. / FERNANDO CASANOVA

Javier Fraiz

Javier Fraiz

La orografía del interior de Galicia dibuja en algunos lugares zonas de sombra en las que la comunicación de telefonía móvil se complica, o resulta imposible. Sin red se pierde un servicio fundamental: una llamada palía la soledad, refuerza los vínculos sociales y es vital en caso de emergencia. Una de las metas de los investigadores es hallar soluciones a problemas sin resolver. Los catedráticos Íñigo Cuiñas Gómez y Manuel García Sánchez, del departamento de Teoría de la señal y las comunicaciones de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación de la Universidad de Vigo, impulsan el proyecto ‘Digital4Rural’.

A través de la red de comunicaciones LoRa, en Trelle, una aldea del municipio ourensano de Toén, una docena de vecinos –la demanda aumenta– se benefician de este sistema como una solución para el seguimiento y localización de personas en áreas sin cobertura de móvil. Si durante un paseo por el monte sufren un percance y quieren pedir ayuda, unos dispositivos similares a un mando del garaje les permiten alertar. Además, esta tecnología combate la problemática de las desapariciones: es posible hacer un seguimiento del portador del dispositivo con una ‘app’ en el móvil.

El botón del dispositivo de la red LoRa que permite alertar en caso de emergencia.

El botón del dispositivo de la red LoRa que permite alertar en caso de emergencia. / CEDIDA

“De momento no se ha dado el caso de tener que utilizar el dispositivo para una alerta, pero da tranquilidad saber que, si se produce un percance en una zona sin cobertura, con este sistema se puede avisar a alguien. En la última reunión explicamos en qué consiste y hay más demanda de dispositivos”, cuenta Óscar López, presidente de la asociación de vecinos.

En el local social hay una estación que recibe los datos de geolocalización que emiten los dispositivos. “Los familiares pueden tener en su móvil una aplicación para saber dónde está la persona o recibir la alarma”, explica el investigador Íñigo Cuiñas, en conversación con este diario junto al también catedrático Manuel García. Trelle lleva unos seis meses como campo de pruebas de LoRa.

Óscar López, presidente de la asociación de vecinos de Trelle, con dos dispositivos de localización.

Óscar López, presidente de la asociación de vecinos de Trelle, con dos dispositivos de localización. / F. CASANOVA

Estos investigadores del campus de Vigo cuentan con experiencia en proporcionar servicios en el entorno rural, como por ejemplo con sensores en el monte para detectar incendios, midiendo la trazabilidad alimentaria del vino –una iniciativa en colaboración con la cooperativa de O Ribeiro–, geolocalizando ganado, o prestando servicios de seguimiento sanitario a personas mayores del ámbito rural. La filosofía de su trabajo es situar al usuario en el centro del proyecto de ingeniería, “hablando con las personas, viendo cómo viven y procurando una solución tecnológica a lo que les afecta”, expone Íñigo Cuiñas.

"Cuando alguna persona no volvía a casa salían a buscarla por el monte"

La Xunta sugirió como un posible campo de pruebas alguna de las aldeas modelo. Trelle fue el lugar elegido, por diversos factores. “Buscábamos alguna zona de baja población, con mala cobertura móvil y a la que pudiéramos acudir con cierta facilidad desde nuestra escuela, en Vigo. En un inicio, cuando hablamos con el alcalde y con la Xunta, la idea era geolocalizar vacas, debido a que hay un proyecto de ganadería en extensivo, pero después de hablar con los vecinos vimos que a lo largo del año hay pocas viviendas habitadas, que un número importante de habitantes tienen más de 70 u 80 años, y que cuando alguna persona no volvía a casa salían a buscarla por el monte”, detalla Cuiñas. “Nos dimos cuenta de que ese podía ser el problema principal y que podíamos brindar una solución”, añade.

Los catedráticos Manuel García e Íñigo Cuiñas, investigadores de Telecomunicación de la UVigo, impulsores de este proyecto.

Los catedráticos Manuel García e Íñigo Cuiñas, investigadores de Telecomunicación de la UVigo, impulsores de este proyecto. / CEDIDA

El dispositivo transmite la posición cada 5 minutos

LoRa, el sistema alternativo a la red móvil inexistente en varias áreas de la parroquia, proporciona un rango de cobertura amplia con un requerimiento de datos bajo. “La estación instalada en la asociación vecinal da servicio a los montes de alrededor y permite recoger los datos. A varias personas que suelen salir a pasear les dimos un dispositivo, como un mando de un garaje, que lleva un transmisor LoRa y un GPS, y que cada cinco minutos transmite la posición de la persona. Además hay un botón para pedir ayuda si, por ejemplo, se produce una caída”, explica Manuel García.

“Medimos el éxito de esta iniciativa en que después de las primeras pruebas con dispositivos, en verano, nos hubieran pedido seis más”, destaca.

Un mapa de localización con los datos de esta tecnología.

Un mapa de localización con los datos de esta tecnología. / CEDIDA

Más barato que la red móvil

El coste de esta tecnología es reducido en comparación con la infraestructura para red móvil. El dispositivo individual no llega a 50 euros y equipar la estación base, unos 2.000. “Es una tecnología que no permite llamadas ni datos de alta velocidad, pero sí los suficientes para tener geolocalizaciones”, explican los expertos.

La estación base, instalada en el local de la asociación vecinal, recibe los datos que emiten los dispositivos LoRa.

La estación base, instalada en el local de la asociación vecinal, recibe los datos que emiten los dispositivos LoRa. / CEDIDA

Las aldeas modelo, una oportunidad

Trelle acoge el proyecto piloto de una idea que probablemente se replique en más aldeas con características similares. Los investigadores tienen cuatro propuestas sobre la mesa. Agader y la Consellería do Medio Rural se muestran predispuestas, porque uno de los objetivos de aldeas modelo como la de Trelle –14 en la provincia, 20 en toda Galicia– es funcionar como ‘living lab’ de proyectos innovadores. Un ámbito para implantar iniciativas tecnológicas sin olvidar la puesta en valor del entorno agroforestal.

Vecinos de Trelle, con los dispositivos de localización, congregados en el local social de Trelle a propuesta de FARO.

Vecinos de Trelle, con los dispositivos de localización, congregados en el local social de Trelle a propuesta de FARO. / F. CASANOVA

La aldea modelo impulsada por Medio Rural en Trelle, que entrará en funcionamiento este año, afecta a 37 hectáreas, divididas en 515 parcelas de 157 dueños. La actividad principal será el aprovechamiento ganadero en extensivo porque, según explica la consellería, hay amplias superficies pobladas con especies de frondosas autóctonas caducifolias a proteger, y que facilitan el uso silvopastoral del monte.

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