Otro paso para “abrir Cangas al mar”
El Concello acondiciona un banco-mirador sobre la ría en la antigua parcela de Paganini
Diálogo, diálogo y diálogo. Es la palabra que más repite la alcaldesa Victoria Portas en su objetivo de “abrir Cangas al mar” desde el entorno de Ojea, un espacio que forma parte del dominio público marítimo terrestre y para cuya intervención se necesita el visto bueno de Costas del Estado. La regidora ya ha mantenido varias conversaciones y encuentros con sus representantes y ha logrado el permiso para retirar los residuos y demoler los muros de la antigua conservera de Lago Paganini, unas obras que ya ejecuta la empresa adjudicataria, Catorvi Excavaciones. Las piedras que hacían de pantalla a la ría se están apilando en forma de bancada hacia el frente marítimo, “poniendo en valor el entorno”, se dará continuidad al carril bici en ese tramo y también al aparcamiento de la explanada, además de eliminar barreras y ampliar las opciones de ocio.
Tanto Portas como el concejal Mariano Abalo lamentan que el espacio urbano en primera línea de mar se lo repartan administraciones supramunicipales, como Costas del Estado, Portos de Galicia o la Autoridad Portuaria de Vigo, lo que deja al Concello “atado de pies y manos” para desarrollar proyectos y pedir ayudas para financiarlos. La reordenación de Ojea se encargó hace dos décadas al arquitecto César Portela –que ideó un museo del mar, un centro etnográfico, un espacio sobre O Facho y un espacio para la rica imaginería de Semana Santa– , pero el proyecto sigue en los cajones mientras las naves se degradan –una de ellas, precintada–, parte del paseo marítimo está vallado por riesgo de desplomes y la alcaldesa sigue buscando acuerdos para revertir la situación con más voluntad que respaldo político.
En los próximos días repetirá contactos para evaluar el estado de las tres edificaciones con fachada a la Praza das Pontes y las opciones de desbloquear la reversión.
El “auditorio” de O Sinal, en el punto de mira
La nave que levantó y ocupó de forma provisional Conservas Iglesias en Ojea tras el incendio que afectó a varias fábricas en diciembre de 2011 es una de las construcciones que está en el punto de mira del Concello, que no ve razones patrimoniales, económicas, estéticas o prácticas para no demolerla y abrir más espacio al mar. Otra es el conocido como “auditorio” en los jardines de O Sinal, una construcción de cemento y ladrillo que nunca tuvo un uso definido más allá de servir de almacén de aperos y material de limpieza municipal, al que habría que buscarle otro destino. La alcaldesa no esconde su deseo de aplicarle la retroexcavadora, aunque quiere hacerlo en sintonía con Costas, que es la administración titular de los terrenos, y quiere resolver antes otras prioridades.
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