¿Pero esto qué es? De ruta por las glorietas más peculiares de Vigo

El tráfico las oculta, lo que hace que en muchos casos pasen totalmente inadvertidas pese a sus singulares trazos

Algunas de las esculturas que decoran las glorietas de la ciudad resultan una incógnita para el observador

El "Paraboloide", instalada en Cánovas del Castillo.

El "Paraboloide", instalada en Cánovas del Castillo. / GSV

Son piezas artísticas a cielo abierto, ubicadas en el corazón de las principales vías de la ciudad y, aun así, en la mayoría de las ocasiones pasan inadvertidas. El tráfico las oculta, pese a coronar las glorietas que lo regulan. Hemos pasado cientos, quizás miles, de veces por ellas, bien en coche o bien por la acera más cercana, pero apenas reparamos en sus formas.

Estas cuatro esculturas situadas en rotondas son las más piezas más peculiares del museo a cielo abierto de la ciudad.

Una malla retorcida

Dos peanas de granito unidas por una malla que se retuerce en figura geométrica. De ahí su nombre: el "Paraboloide". Es la obra que desde 2014 corona la glorieta de Cánovas del Castillo frente A Laxe. Pese a no tratarse de una pieza de gran tamaño, sí lo es de gran peso: cada bloque de granito de Porriño aporta 15 toneladas, y con el tejido metálico alcanza los 1.000 kilos. En una de sus bases, incrustada, luce el símbolo del Rotary Club, entidad que donó la obra, diseñada por el ingeniero Rafael Llano de la Concha.

La escultura "Como chove miudiño" en Rosalía de Castro.

La escultura "Como chove miudiño" en Rosalía de Castro. / GSV

Un poema de Rosalía de Castro

Dos guiños en la calle que lleva su nombre. Uno en la intersección con República Argentina, una hermosa escultura de piedra, y otro en el cruce con Canceleiro. Esta segunda rotonda está decorada por una colorista y abstracta escultura, que además, lleva por nombre el título de uno de sus poemas: "Como chove miudiño".

El artista José María Barreiro ideó un juego de estilizados trazos, en los que predomina el color azul, y fabricados en hierro. La pieza, que alcanza los cinco metros de alto, preside el cruce desde 2015.

No es la única obra de Barreiro en una rotonda de Vigo. Tiene una "hermana mayor" en la confluencia de las calles Aragón y Travesía de Vigo. "Ventos do mar" se instaló en 2007. De estilo muy similar, consta de una peana circular de la que parten varias láminas de diferentes colores que emulan la figura de barco con su casco, su mástil, su vela y su timón y su hélice. La pieza alcanza los nueve metros de altura.

La escultura del Bicentenario de Vigo.

La escultura del Bicentenario de Vigo. / GSV

Un olivo de acero

Siendo Vigo la ciudad olívica no podía faltar una escultura en su honor. Y además, a los pies del monte que le dio origen: O Castro. Un amasijo de acero en la confluencia de las calles Camelias, Venezuela y Marqués de Alcedo homenajea al nacimiento de Vigo como ciudad, tras La Reconquista por parte de la población local, que expulsó a las tropas napoléonicas en la Guerra de la Independencia.

En el año 2010, el Concello celebró el bicentenario de la urbe: 200 años desde que el rey Fernando VII le otorgase el título de "Ciudad Leal y Valerosa".

El escultor Silverio Rivas fue el encargado de plasmar ese espíritu vigués en una figura: un olivo y una torre (ambos símbolos de la ciudad), de cinco metros de altura, cuyas ramas y hojas homenajean a las parroquias, cuyos nombres aparecen grabados.

El Pentaedro, en Pereiró.

El Pentaedro, en Pereiró. / GSV

"El Átomo"

De su figura, un dodecaedro, es difícil extraer que se trata de un homenaje a Galicia. Pero con esa finalidad diseñó el "Pentaedro" José Sobrado Balboa, su autor. Esta gran obra geométrica decora el acceso desde Pereiró al vial Clara Campoamor, que lleva al Cunqueiro, al Parque Tecnológico de Valadares o la Universidad de Vigo. Por su forma, muchos vecinos de la zona se refieren a él como "El Átomo", muchas veces en tono burlón al no ser fácil de comprender a qué hace referencia.

Se instaló en 1984 y, en origen, la estructura estaba pintada de amarillo. Color que cambiaría con los años al rojo y blanco en referencia a la bandera de Vigo.