La simpática balada del otro Boone

Descendiente de Daniel, uno de los mitos de la colonización del Far West inmortalizado en la novela y película “El último mohicano”, Pat Boone ha triunfado en la música y la televisión, rodado cine y escrito varios libros. A punto de cumplir 90 años, sigue actuando y grabando discos

Pat Boone, en su faceta de "showman".

Pat Boone, en su faceta de "showman". / FDV

La literatura y el cine (por este orden) convirtieron en leyenda a Daniel Boone, un pionero de la colonización del Oeste americano, sexto de los once hijos de una familia cuáquera de colonos ingleses establecida en Pensilvania. Daniel Boone se hizo famoso por su lucha contra los indios en Kentucky y Tennessee, que secuestraron a dos de sus hijas, mataron a otro de ellos y lo hicieron prisionero en dos ocasiones, en las que protagonizó sendas fugas. El escritor James Fenimore Cooper se inspiró en su figura para el personaje Ojo de Halcón de la novela “El último mohicano”. Uno de sus descendientes, el cantante Charles Eugene Patrick Boone, tomó el apellido para utilizarlo como nombre artístico. Pat Boone nació el 1 de junio de 1934 en Jacksonville, Florida, pero su familia se trasladó pronto a Nashville, la patria del country and western. Cumple 90 años actuando y grabando discos, en plena forma.

Los primeros contactos de Pat Boone con la música le llegaron cuando se casó en 1953 con Shirley Foley, la hija de Red Foley, un cantante que había tenido cierto éxito con el bluegrass y el country en los años cuarenta. Se hizo muy pronto con una imagen de chico formal, bien peinado y afeitado, siempre con traje, corbata y unos característicos zapatos blancos, cantando baladas suaves al gusto de los padres, algunas de las cuales eran versiones edulcoradas de temas de rock and roll como “Tutti frutti” y “Long Tall Sally”. De alguna manera Pat Boone encarnaba la contrafigura de los rebeldes intérpretes negros del rock and roll como Little Richard y Chuck Berry. En 1955, con la versión suave de uno de aquellos temas, “Ain’t that a Shame”, de Fats Domino, llegó al número 1 en la lista de la revista “Billboard”. En los años siguientes todas sus canciones estuvieron entre los diez primeros puestos de las listas de ventas, hasta el punto de que mantiene el récord aún no superado de permanecer durante 220 semanas seguidas con alguno de sus temas en esas listas.

Pat Boone vendió más de 45 millones de discos y Henry Levin lo incluyó con sus canciones en películas como “Bernardine” y “April Love”. En 1956 firmó con 20th Century Fox un contrato de un millón de dólares para participar en películas más importantes como “Mardi Gras” y “Viaje al centro de la tierra”. La televisión creó para él un programa de música y variedades, el Pat Boone Chevy Showroom, por el que pasaron algunos de los crooners más famosos de aquellos años. La década de los sesenta comenzó con su proyección internacional gracias al tema “Speedy González”, un homenaje al ratón de los dibujos animados, que se hizo popular en todo el mundo. Sin embargo, después de este éxito su carrera comenzó a declinar y sus discos ya no se vendían tanto. Se refugió en la grabación de temas góspel con “The Pat Boone Family” y “The Family Who Prays”, en los que hacía música con letras que aludían a sus profundas creencias religiosas. Eran grupos formados con su esposa y sus cuatro hijas. Una de ellas, Debby Boone, tuvo un cierto éxito en solitario como cantante de country.

Así como en los años cincuenta sus versiones edulcoraban los temas de rock and roll, en 1997, con más de sesenta años, Pat Boone sorprendió a todos con la grabación de “No More Mr. Nice Guy”, un álbum en el que parodiaba el heavy metal y en cuya portada aparecía tatuado, tocado con pendientes y vestido de cuero. Incluía temas de Alice Cooper, Metallica, Guns N' Roses, AC/DC, Deep Purple, Led Zeppelin, Jimi Hendrix y de su amigo Ozzy Osbourne, así como una versión horrible de “Love hurts” de los Everly Brothers, todos ellos con un toque melódico y crooner que recuerda aquel estilo de los años cincuenta.

Pat Boone también probó suerte como escritor y publicó 27 libros, fundamentalmente textos de contenido religioso.

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