Regresan los “fantasmas” arbitrales

Hernández Hernández prescindió del VAR para anular el gol a Jailson después de que en noviembre rectificase su decisión sobre el penalti a Douvikas frente al Sevilla

Hernández Hernández, junto a Renato Tapia, el domingo ante el Rayo.

Hernández Hernández, junto a Renato Tapia, el domingo ante el Rayo. / RICARDO GROBAS

A Antonio Mateu Lahoz le pareció “normal” que el celtismo viese “fantasmas” tras los continuos errores arbitrales que sacudieron al Celta en la primera vuelta del actual campeonato de Liga. Después de unos meses de tregua, vuelven las actuaciones polémicas de los colegiados con el equipo vigués como perjudicado. El último episodio de esta historia interminable lo protagonizó el pasado domingo Alejandro Hernández Hernández, uno de los reincidentes durante este curso en tomar decisiones controvertidas contra el conjunto celeste. Como sucediera en noviembre pasado en la visita del Sevilla a Balaídos, el colegiado canario impidió con sus errores que el Celta sumase los tres puntos en juego ante el Rayo Vallecano, uno de sus rivales directos por la permanencia en la máxima categoría. Anuló un gol de Jailson Marques que sorprendió incluso al exárbitro Iturralde González, quien en el programa radiofónico Carrusel Deportivo consideró que el supuesto empujón de Carlos Domínguez a Óscar Valentín no justificaba la anulación del gol sin consultar previamente con la sala VOR. “Si no pitamos penaltitos, tampoco faltitas”, añadió Iturralde.

La utilización del VAR en LaLiga continúa generando polémica por la falta de criterio a la hora de decidir si interviene o no en una jugada conflictiva. Esta vez, Hernández Hernández no quiso contar con la opinión de sus colegas en la sala VOR.

No ocurrió lo mismo con este árbitro canario en noviembre pasado cuando en la última jugada del Celta-Sevilla señaló un penalti a favor de los celestes por un agarrón de Jesús Navas sobre Tasos Douvikas cuando el griego intentaba rematar a gol dentro del área. A indicaciones del VAR, Hernández Hernández revisó la jugada en el monitor y entonces anuló la decisión anterior y a continuación pitó el final del partido ante una bronca monumental de los aficionados del equipo vigués.

A raíz de esa polémica de noviembre en el estadio vigués, el propio Hernández Hernández acudió al programa El Partidazo a dar su versión de los hechos: “Se tomó la decisión más correcta. Si hubiese pasado en cualquier otro partido de la jornada, no hubiera habido ruido alguno”, zanjó el colegiado canario defendiendo en este caso el uso del VAR como elemento de mejora del arbitraje en LaLiga.

Sin embargo, cuatro meses después, el mismo colegiado afrontó de distinta manera una situación similar: aprecia falta previa de Carlos Domínguez y anula el gol de Jailson, pero no recurre al VAR para que confirme si la infracción es merecedora de señalar falta y de ser así quedaría invalidada la acción posterior que finalizó con el remate de cabeza del brasileño, que celebró el que podía ser su primer gol en LaLiga tras sumar uno en la Copa.

Este tanto anulado no fue la única decisión polémica el domingo de Hernández Hernández, a quien el celtismo le reclamó un penalti de Pacha Espino sobre Aspas cuando el delantero se preparaba para rematar en la boca de gol. Los cambios de criterio durante el partido con el Rayo sobre empujones o entradas duras despertaron en Balaídos el “fantasma” de los arbitrajes que han impedido al equipo celeste sumar alrededor de una docena de puntos más en lo que va de campeonato.

La relación de errores arbitrales arrancó en la segunda jornada con el gol anulado a Larsen por una supuesta falta a Kepa, portero del Real Madrid. El árbitro dio validez al tanto pero la intervención del VAR llevó al colegiado a cambiar de opinión tras revisar la jugada.

El gol fantasma de Bamba fue otra acción polémica. El árbitro concedió el gol pero, tras revisarse desde la sala VOR, se consideró que el balón no había traspasado por completo la línea de gol del Mallorca.

Ante el Alavés, el Celta jugó la última media hora con diez por una expulsión rigurosa de Luca de la Torre. En Girona, el estadounidense marcó pero el colegiado Díaz de Mera anuló el gol por una supuesta falta de Dotor al portero Paulo Gazzaniga. No intervino el VAR pese a las protestas de los célticos, que pasaron del 0-1 al 1-0 en contra con el tanto de Yangel Herrera en el minuto 91.

En Las Palmas, Larsen vio cómo le anulaban el segundo gol de la temporada tras un leve contacto de Douvikas sobre un defensor local.

La rigurosa expulsión de Iván Villar ante el Atlético por una falta a Morata también despertó los “fantasmas” del celtismo contra arbitrajes como el que protagonizó Hernández Hernández el domingo pasado en Balaídos.