La inolvidable experiencia de conocer a remos los tesoros de la ría de Arousa

Este tipo de turismo ha aumentado su popularidad de forma exponencial durante los últimos años, consolidándose como una de las opciones de ocio más demandadas

Turistas en uno de los kayaks de Víctor Vidal, visitando uno de los islotes de la ría.   | // FDV

Turistas en uno de los kayaks de Víctor Vidal, visitando uno de los islotes de la ría. | // FDV / DIEGO G. CARBALLO

Diego G. Carballo

Cada vez más personas optan por conocer los secretos y rincones de la ría de Arousa remando en kayak, una pequeña embarcación que muchas empresas locales alquilan a aquellos que buscan hacer turismo de una forma más libre, diferente y personalizada.

La encargada de Piragüílla, una empresa de A Illa de Arousa especializada en actividades deportivas y de aventura, como senderismo o salidas en kayak, Marta Iglesias, cree que el “boom” de estas embarcaciones ya viene de hace años: “Este tipo de actividades empezaron a coger bastante auge antes de la pandemia”, comenta.

Iglesias asegura que la pandemia reforzó la posición de las rutas en kayak como una de las referencias turísticas de la zona: “La gente buscaba hacer actividades al aire libre, donde los contagios eran menores, y a partir de ahí fue creciendo progresivamente hasta ahora”, indica.

Luís Ángel Gómez, de Corticata Turismo Medioambiental, cree que la popularidad del turismo en canoa se debe a que los visitantes buscan maneras distintas de “pasar el día, andar un poco a su aire y conocer las islas”.

Recorrer la ría en canoa es cada vez más habitual.   | // FDV

Recorrer la ría en canoa es cada vez más habitual. | // FDV / DIEGO G. CARBALLO

Sin embargo, este año los alquileres parecen haberse resentido tras una época de crecimiento. Iglesias lo achaca a la situación económica y la inflación, pues, “se ve menos gente en la zona. Los que hay siguen haciendo estas actividades, pero hay menos visitantes”.

Para Víctor Vidal, dueño de Kayaks e Paddle Surf Illa de Arousa, situado en la playa de Espiñeiro, las restricciones de acceso al islote de Areoso, una de las principales atracciones de los turistas, afectó a su negocio: “Bajaron los ingresos este año, más o menos, pero lo suplimos con rutas alternativas a otros lugares de la ría”.

Diversión y seguridad

Como todas las actividades acuáticas, siempre hay unos riesgos que son inherentes a este tipo de turismo, pero las precauciones tomadas por las empresas hacen que sean muy seguras, tanto para inexpertos como para los más experimentados.

En Kayaks e Paddle Surf Illa de Arousa, Vidal, que es iniciador al piragüismo, les da a los clientes que alquilan sus canoas unas lecciones de iniciación: “Les explicamos como tienen que remar, la posición que deben adoptar, las directrices de seguridad y como llegar a su destino y volver”, subraya.

Aunque en su empresa no hacen rutas guiadas, sino que son los clientes los que deciden a donde quieren ir, estos viajes personalizados siempre se consultan con los encargados para asegurar su viabilidad y seguridad. En adición, cuentan con los permisos pertinentes de medio ambiente, de costas y del ayuntamiento, entre otros.

Los visitantes llevan su equipaje con ellos, junto con su chaleco salvavidas, utilizando bolsas estancas para sus móviles, con los cuales deben notificar de su llegada al destino pactado y su salida de vuelta. Además, los clientes firman una declaración de responsabilidad, en las que se detalla si saben nadar o si van bajo el efecto del alcohol.

Apoyo permanente

Todo esto asegura que, de haber algún inconveniente o una inclemencia climática, Vidal pueda enviar una lancha de ayuda: “Si las condiciones se complican o se levantan bancos de niebla les decimos que no se muevan de donde están y vamos con la lancha a por ellos, y vuelven en sus kayaks, pero guiados por nosotros”.

Por su lado, en Piragüílla utilizan canoas dobles autovaciables, las cuales no se hunden en caso de volcar, y que gozan de gran estabilidad, lo que hacen que sean aptas para personas con casi ninguna experiencia.

En cuanto a la seguridad, Iglesias dice que ninguno de sus clientes pisa el agua sin llevar el chaleco salvavidas y, además, tienen la opción de descargarse una aplicación en su móvil con un software de geolocalización, que permite que desde la base sepan dónde están en todo momento: “En nuestra base de datos hay un perímetro de seguridad, y si se salen de él, podemos saber dónde está para ver si necesita ayuda”, dice la gerente.

Corticata sigue unos pasos de seguridad similares, con kayaks resistentes al vuelco, chalecos salvavidas y localización por móvil. “Si vemos que las condiciones del mar no son buenas ya no procedemos con el alquiler”, asegura Gómez.

Con estas indicaciones y medidas de seguridad, los turistas se tranquilizan porque pueden disfrutar de las vistas de la ría y de sus parajes con total tranquilidad y libertad, bien escogiendo rutas predeterminadas o personalizadas, que añaden un plus a sus vacaciones.

Una actividad para cualquier edad y nivel de experiencia

Sobre el papel puede parecer intimidante subirse a una embarcación de tamaño tan reducido y apariencia ligera como un kayak; sin embargo, los establecimientos de alquiler dicen tener a una clientela muy variada, tanto en edad como en experiencia o procedencia.

En Piragüílla, Iglesias trabaja con colegios, especialmente en los meses de mayo y junio: “Es cada vez más habitual que los colegios hagan este tipo de actividades relacionadas con el mar, la naturaleza…”, asegura. En los meses de pleno verano, julio y agosto, llegan los turistas, de los cuales dice recibir más de procedencia local o nacional que internacional. “Nos vienen también muchas familias, despedidas de solteros o pandillas que hacen quedadas, entre otros”, comenta la gerente.

Gómez, de Corticata, tiene muchos clientes que vienen con sus familias, especialmente con sus hijos adolescentes, y “parejas jóvenes que quieren pasar el día, navegar y quedarse en Cortegada unas horas”, pero también experimentados piragüistas e incluso participantes en actividades como el descenso del Sella, en Asturias.

Aunque su mes de julio fue algo más tranquilo, en agosto recibieron turistas procedentes de diferentes lugares de España, como Madrid, Toledo o Valencia, buscando escapar del calor de esas zonas.

Los clientes de Víctor Vidal son también muy variados. El dueño de Kayaks e Paddle Surf Illa de Arousa asegura haber recibido “desde niños de 10 años con adultos a señores de 60 años, todo tipo de gente”.

En general, el turismo en kayak parece gozar de una época dorada y un gran atractivo, reforzado por su amplio abanico de clientela que hacen que casi cualquiera pueda disfrutar de un viaje en canoa por la ría.

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