¿Por qué han sonado las sirenas del embalse de O Con en Vilagarcía?

Las cuatro bocinas sonaron a la una y media de la tarde durante un simulacro inesperado

Una mujer se tapa los oídos por el fuerte estruendo de las bocinas de alerta instaladas por el centro de hidrobiología de O Con.   | // IÑAKI.ABELLA

Una mujer se tapa los oídos por el fuerte estruendo de las bocinas de alerta instaladas por el centro de hidrobiología de O Con. | // IÑAKI.ABELLA / A.Touriño

Antonio Touriño

Antonio Touriño

A muchos ciudadanos cogió por sorpresa la activación de las cuatro bocinas situadas en puntos estratégicos de Vilagarcía para advertir de una hipotética rotura del embalse de O Con que, sin duda, provocaría inundaciones similares a las del año 2006. Se trataba únicamente de un simulacro para demostrar el correcto funcionamiento del sistema acústico para el supuesto de que se diera una potencial situación de riesgo para los vecinos.

Es verdad que para muchos ciudadanos pasó desapercibida la llamada de atención de las sirenas pero también los hubo que llegaron a preocuparse por lo que pudiera haber ocurrido; no en vano, ya es un sistema conocido que se ensayó años anteriores.

Con un minuto de retraso sobre el horario previsto, a las 13.31 horas, se activaron simultáneamente las cuatro bocinas estratégicamente instaladas en la ciudad. La primera se sitúa en el campo de la fiesta de Cea, la segunda en la avenida de Pontevedra, a la altura de la antigua nave del Bricoking, la tercera en el IES Castro Alobre y la cuarta, en la calle Desamparados, cubriendo así todo el perímetro de la ciudad, siendo especialmente audible en las zonas de mayor riesgo de inundaciones. En total se activaron las sirenas en 37 localidades distintas, a diferentes horas, con el fin de chequear un sistema al que no se le puede permitir ningún fallo, pues en el supuesto de una catástrofe, cada segundo resulta especialmente valioso.

De ahí que haya habido voces vecinales que se han quejado de la escasa o nula advertencia del simulacro por parte de las administraciones y también que la activación del mecanismo no fuese con la precisión esperada por quienes sí lo sabían.

Tal fue el estupor respecto del operativo de alarma que algunos creyeron que se había adelantado una hora sobre el horario marcado por Vicepresidencia de la Xunta. “Se ha oído algo así como un pitido intermitente sobre las doce y cuarto, no a la una y media”, le explicaba un profesional a un compañero que acaba de salir de la sala. Claramente, se confundía.

Si se oyó con bastante nitidez una hora después en la plaza de Galicia, si bien algunos ciudadanos llegaron a creer que se trataba del habitual bocinazo de los barcos de crucero cuando abandonan el puerto de Vilagarcía y se despiden de la ciudad.

Mientras tanto, en la estación de Hidrobiología de O Con, en la que se encuentra el mecanismo remoto de activación de las alarmas nadie contestaba al teléfono a lo largo de la mañana. Lo único que sí quedó claro es que el sistema funciona con corrección y que si los ciudadanos, en general, conocieran el significado del estruendo en las calles tendría un altísimo nivel de eficacia.

Con todo, en absoluto estaría mal que las pruebas se llevasen a cabo en invierno, cuando hay menos gente en las calles y la mayor parte se refugia en sus casas. Y a ver si se lo oyen.

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