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Inesperado y trascendente capítulo en la "guerra de la mejilla"

Las cofradías cargan contra los “bateeiros desalmados” y arropan a Mar

Los pósitos gallegos acusan a los mejilloneros de moverse por intereses políticos

Rosa Quintana ante una cuerda de cría en una batea de mejillón. INAKI ABELLA DIEGUEZ

La “guerra de la mejilla”, que desde tiempos casi inmemoriales enfrenta a bateeiros y percebeiros, ha dado un giro inesperado que deja patente la existencia de posturas irreconciliables. Después de que los mejilloneros pidieran la dimisión de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, y anunciaran que van a concentrarse cuando Alfonso Rueda tome posesión, los pósitos saltan a la palestra no solo para arropar la postura de la Xunta, sino también para cargar con dureza contra los productores, a los que acusan de “arrasar” la costa cuando salen a por la semilla de mejillón que precisan para encordar sus bateas.

Asimismo, sostienen los pósitos que los acuicultores “actúan con fines políticos” y que lo hacen “con prepotencia”, a pesar de ocupar “un inmenso espacio de dominio público en las gallegas”, cuestionando así la masiva presencia de bateas.

Lo más llamativo de este posicionamiento no está solo en la contundencia del mismo, sino también en que son la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores y las provinciales, de A Coruña, Lugo y Pontevedra, las que se pronuncian conjuntamente.

Lo hacen en un demoledor comunicado en el que defienden a Mar, justifican que se acoten las zonas de extracción de cría a los mejilloneros y llegan a tildarlos de “desalmados”, acusándolos de “destrozar” las rocas del litoral en las que crece el percebe.

Para dejar claro que rechazan las críticas de los bateeiros a la conselleira y su intención de manifestarse cuando Alfonso Rueda tome posesión, las cofradías argumentan que esa postura de “algunas asociaciones” de productores es “inaceptable e indecente”, por cuento “van en contra de una decisión valiente y ponderada de la Consellería do Mar”.

Se refieren a la decisión de limitar las zonas de obtención de la mejilla, la cual definen como “del todo necesaria para salvaguardar las poblaciones de percebe, que en los últimos años fueron arrasadas de forma indiscriminada por parte de algunos grupos de desalmados del sector mejillonero”.

Los bateeiros acorralan a Rosa Quintana en su protesta por el conflicto de la mejilla

Los bateeiros acorralan a Rosa Quintana en su protesta por el conflicto de la mejilla Manuel Méndez

Como se explicó en otras ocasiones, la decisión que provoca la movilización de los mejilloneros no es otra que la aprobación por parte de la Xunta de los planes de gestión dos recursos específicos y algas para el trienio 2022-2024.

En ellos se establecen zonas de reserva para la extracción de mejilla y zonas de explotación exclusiva de percebe, “tratándose de una medida reguladora amparada por una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG)”, remarcan los pósitos, recordando que la Justicia rechazó un contencioso administrativo presentado por los bateeiros.

Preservar el ecosistema

Y lo rechazó por considerar que es lo que persigue la Xunta es “velar por la conservación y regeneración tanto de la mejilla como del percebe y sus ecosistemas, garantizando a largo plazo la explotación sostenible de las zonas de trabajo en las que coexisten ambas especies”, espetan las cofradías.

Quien rompió el diálogo e impidió un posible acuerdo entre sectores fueron ciertas asociaciones de mejilloneros que siempre actuaron de forma prepotente

Federaciones de Cofradías de Pescadores

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Sus representantes, además, consideran que el regular las zonas de trabajo, lo que buscaba Mar era “evitar un conflito social entre dos sectores estratégicos y obligados a convivir”.

Pero resulta que los bateeiros no lo entienden así, de ahí que exijan la dimisión de Rosa Quintana y anuncien que van a llegar hasta las últimas consecuencias, por vía judicial.

Una medida que, a juicio de las federaciones de cofradías, “redundará en enfrentamientos en sede judicial que no solucionan el problema existente”.

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Percebeiros, los gladiadores de las rocas Gonzalo Núñez

Y, de paso, acusan a los mejilloneros de actuar de forma intransigente y “con intereses políticos”, ya que las zonas de reserva en las que se prohíbe extraer cría “suponen únicamente el 17% de la costa gallega”. De ahí que los pósitos crean que los lamentos de los acuicultores “no responden a la realidad del mar”.

En relación con esto, y para insistir en sus sospechas de supuestas maniobras políticas, las cofradías recuerdan que “quien rompió el diálogo e impidió un posible acuerdo entre sectores fueron ciertas asociaciones de mejilloneros que siempre actuaron de forma prepotente”.

"Es indispensable establecer espacios de reserva"

Es por ello que las federaciones dejan caer que “un sector mejillonero responsable y sensato debería admitir y reconocer que es indispensable establecer espacios de reserva para proteger las poblaciones más ricas de percebe en Galicia”.

Dicho de otro modo, que “no se trata de causarles perjuicios, sino de garantizar la sostenibilidad y la explotación de los recursos”.

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"Guerra de la mejilla": los bateeiros acorralan a las conselleiras Manuel Méndez

Por cierto, que tras asegurar que la convivencia es posible si se emplea la vía del diálogo, las cofradías recuperan una vieja denuncia que, a la postre, es el origen de la “guerra de la mejilla”.

Lo hacen cuando vuelven a asegurar que “el sector acuícola ejerce sin control la actividad extractiva” de la cría, dejando patente que “se exceden en las cantidades recogidas” e “incumplen los días y zonas de extracción”.

Pero eso no es todo. Para responder a los bateeiros, las cofradías llegan a decir que “sus bateas ocupan una inmensa zona de espacio marítimo en las rías gallegas, las cuales antes eran muy productivas y en las que habitualmente faenaban las embarcaciones de la flota pesquera artesanal”.

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Así recolectan mejilla los bateeiros de Arousa

Y consideran que “estas zonas son hoy en día ocupadas en exclusividad por el sector bateeiro con un claro sentimiento de propiedad, de predominio y de prepotencia sobre los demás sectores profesionales del mar”.

Fue quien les puso los contadoers a cero

Lo que quieren decir con ello es que los bateeiros son “unos privilegiados”. Más aún después de que la actual conselleira fuera la encargada, en 2009, de “poner a cero” el contador de las bateas. Es decir, les dio una "vida extra" al renovar las concesiones de los viveros para que el periodo de validez empezara a contar de nuevo. A lo que se sumó su decisión de “ampliar el periodo de caducidad de dichas concesiones de 30 a 50 años”.

¿Qué más pueden pedir?, parecen preguntarse las cofradías cuando resaltan que quien dio todo eso a los mejilloneros fue la misma conselleira a la que ahora piden que dimita, “incomprensiblemente”.

Circunstancia que aprovechan las Federaciones de Cofradías para “destacar el empeño y buena voluntad de la conselleira de Mar al tratar de resolver” la “guerra de la mejilla”, por lo que instan a los mejilloneros a “aceptar los ofrecimientos” realizados por Rosa Quintana, tales como “ampliar el período de recolección de semilla de mejillón en las zonas permitidas para la actividad extractiva”, e incluso suprimir la veda de la misma.

Un "pelotón" de 140 bateeiros de Arousa exige coger mejilla en Cangas

Un "pelotón" de 140 bateeiros de Arousa exige coger mejilla en Cangas FARO DE VIGO

Un ofrecimiento al que se sumó el relativo a incrementar el número de cuerdas colectoras de la semilla en las propias bateas, así como el ofrecimiento de poner en marcha semilleros y crear polígonos específicos para viveros con cuerdas colectores.

Nada de eso apaciguó los ánimos de los bateeiros, de ahí la indignación ahora hecha pública por las cofradías, convencidas de que Rosa Quintana y su equipo “hicieron una gran labor en defensa de los intereses del sector pesquero, marisquero y acuícola”.

Queda claro que después de haber remado juntos en la misma dirección en una y mil batallas, las cofradías y los mejilloneros gallegos trazan ahora rumbos totalmente diferentes que, de un modo u otro, constituyen un antes y un después en el cuaderno de a bordo de Galicia.

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