Los bateeiros se sienten cada día que pasa más “engañados” por la Consellería do Mar, de ahí que decidieran romper relaciones con este departamento y anuncien que no van a reunirse con su titular, Rosa Quintana, ni con ningún otro miembro de su equipo.
La única salida posible a esta crisis pasa, explican los productores, por el mantenimiento de una reunión urgente con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aunque esta solicitud de encuentro fue planteada hace ya un tiempo y todavía no ha sido atendida.
En consecuencia, que la “guerra de la mejilla” distancia un poco más si cabe, al sector productor y la Administración autonómica. Y todo porque, insisten los bateeiros, Mar no accede a dejarles extraer como hicieron siempre la semilla o cría del mejillón que crece en las rocas del litoral y necesitan para encordar sus viveros flotantes y preparar cada nuevo ciclo de cultivo.
Viene este nuevo distanciamiento a cuento de una reunión que fue convocada por Mar para mañana, a la cual el sector bateeiro ya anuncia que no acudirá.
Así lo anuncia el llamado Clúster do Mexillón, formado por la Federación de Asociaciones de Arosa Norte (FARN), Asociación de Mejilloneros de Galicia (Amegal), Cabo de Cruz, la cooperativa meca Amegrove, Federación de Mexilloeiros (Femex) y la asociación de productores Illa de Arousa.
Lo que sucede es que la reunión se convocó para que los dirigentes del sector se vean con la directora xeral de Pesca, Mercedes Rodríguez, no con la conselleira.
Además, se planificó este nuevo y fallido encuentro después de que en el mantenido el día 7 “la conselleira se comprometiera a abrir” para la recolección de mejilla “las zonas que contaban con informes técnicos favorables”, lo cual parece que no se hizo.
Por eso el Clúster do Mexillón dice encontrarse “ante un nuevo incumplimiento” por parte de la Consellería que “afecta al futuro del sector”. De ahí su decisión de no acudir a más reuniones “hasta que Mar cumpla lo prometido”.
Dicho lo cual, insisten los acuicultores en que se están quedando sin cría que encordar, por lo que, “inevitablemente, se hiere de muerte a un sector siempre ejemplar”. Y esto, pronostican, “llevará a la ruina a muchas familias”.
