La enseñanza del rural se reivindica

Ribadavia se convirtió en el epicentro nacional de la educación: más de 300 docentes de toda España se citaron en la villa para abordar el potencial de los centros pequeños

Alumnado del CEIP Xoaquín Lourenzo Xocas, de Bande.

Alumnado del CEIP Xoaquín Lourenzo Xocas, de Bande. / ALAN PÉREZ

Robótica, ciencias experimentales o creación audiovisual. Todo tiene cabida en las escuelas rurales, que lejos de quedarse atrás, se reivindican como ejemplo de la enseñanza próxima e innovadora. El conjunto monumental de San Domingos e Nosa Señora do Portal de Ribadavia acogió ayer una pequeña muestra de los proyectos educativos impulsados desde el rural gallego, en el marco del II Congreso Nacional Escuela Rural.

Docentes y estudiantes de 14 centros de la comunidad presumieron de creatividad en diferentes ámbitos. El CEIP Xoaquín Lourenzo Xocas, de Bande, dio a conocer su método de enseñanza de pensamiento computacional entre el alumnado de Educación Infantil. “Trabajamos principalmente con juegos de mesa, que nos sirven para trabajar conceptos que luego deberían usar al ser más mayores, a la hora incluso de programar”, explica Santiago Gil, profesor de Infantil. Los pequeños aprenden mientras juegan con un xilófono, una caja de adivinanzas o un robot con forma de caracol. “Para ellos es muy atractivo, todo es manipulativo, no hay pantallas de por medio... Todo lo que hacen es tocar”, señala.

El CEIP Francisco López Estrada de Mañón (A Coruña) enseñó su trabajo centrado en el mar. “Este año tenemos un proyecto documentado integrado centrado en el mar, en el que participan todos nuestros estudiantes, desde Infantil hasta 6º de Primaria”, detalla Marisol Díaz, directora del centro y profesora de inglés. Cada curso se ocupa de una temática que aborda desde las manualidades, la tecnología o la electrónica, entre otras posibilidades. “Trabajamos con robótica, tenemos impresión 3D, hacemos búsquedas del tesoro, trabajos de iluminación, electrónica, sonido...”, apunta. Aunque el alumnado realiza trabajos adaptados a su nivel, Díaz da cuenta de las capacidades de los más pequeños. “Es sorprendente lo que pueden hacer los de Infantil en electrónica”, asegura.

Por su parte, el CEIP Feliciano Barrera de Ponteareas mostró su proyecto centrado en el cine. “El año pasado hicimos un festival de cine, cada curso hizo un cortometraje, los de Infantil sobre un cuento y los mayores, sobre lo que quisiésemos”, comentan Martina, María y Yaiza, alumnas del centro. Ayer el colegio mostró las piezas audivisuales realizadas, así como los diplomas, chapas o pegatinas realizadas para promocionar las creaciones.

“El entorno que tenemos es un gran recurso”

El II Congreso Nacional Escuela Rural, organizado por la Consellería de Educación (su titular, Román Rodríguez, acudió al encuentro), permitió poner sobre la mesa las potencialidades de la enseñanza en los centros pequeños. “Nosotros tenemos 43 alumnos, y evidentemente que hay una parte mala y otra buena, pero yo veo muchas más ventajas que inconvenientes”, asegura Marisol Díaz, del CEIP de Mañón.

En esa línea, pone en valor el trabajo cooperativo, que se potencia al mezclar en una misma clase diferentes edades. “Se acostumbran a trabajar pequeños con mayores”, resalta. También destaca las oportunidades de vivir en la naturaleza: “El entorno que tenemos es un recurso impresionante para trabajar todo lo relativo a las ciencias, por ejemplo”.

Por su parte, Santiago Gil, profesor en el CEIP Xoaquín Lourenzo Xocas de Bande, señala las dificultades de los profesionales a la hora de impartir clases a alumnos de diversas edades. “Para los docentes es un poco locura, yo tengo niños de 3 a 5 años, y claro, no están al mismo nivel, pero para ellos es cierto que es muy enriquecedor”, apunta. Breixo, estudiante del CEIP Feliciano Barrera de Ponteareas, señala la cercanía de los profesores con los estudiantes como una de las principales ventajas de los colegios rurales: “Al ser pocos en clases nos pueden atender más y mejor, y somos como una familia”. La directora del centro, Alba Amoedo, reivindica las potencialidades de los centros pequeños: “Queremos poner en valor que en las escuelas rurales también aprendemos, a veces de otra forma, pero a los alumnos les gusta”.

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