Va con sus dos hijas al trabajo de su ex, discuten por el reparto de las niñas en vacaciones y se agreden

Le reprochó que le correspondía hacerse cargo de las menores, se acusaron de ser unos malos padres y se causaron arañazos

Vista del polígono industrial de San Cibrao das Viñas, donde ocurrieron los hechos en julio de 2021.

Vista del polígono industrial de San Cibrao das Viñas, donde ocurrieron los hechos en julio de 2021. / E. SARMIENTO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Sesenta días de trabajos en beneficio de la comunidad –o nueve meses de prisión si no prestan su consentimiento–, dos años de alejamiento el uno del otro –a una distancia de al menos 200 metros–, así como el mismo periodo de privación del derecho a portar y a tener armas. La magistrada del juzgado de lo Penal Número 2 de Ourense condena a un hombre y una mujer, de 55 y 45 años y excónyuges, por un delito de maltrato en el ámbito familiar y de lesiones, respectivamente.

La sentencia, que no es firme y admite recurso de apelación a la Audiencia Provincial de Ourense, impone al varón el pago de una indemnización a su exesposa por un importe de 200 euros.

Los encausados, sin antecedentes penales, se casaron en 2003 y tuvieron dos hijas en común. En noviembre de 2021 se produjo el divorcio. En pleno proceso de separación, el día 16 de julio de ese año, la encausada acudió al lugar de trabajo de su exmarido, en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas, acompañada de sus dos hijas menores de edad. Tenía discrepancias con el acusado sobre el reparto de las vacaciones. Entendía que le correspondía a él, desde ese mismo día, hacerse cargo de las niñas. Según los hechos probados de la sentencia, empezaron a discutir, cuando se encontraban en el exterior, y de las palabras iniciales se pasó a la violencia física.

La encausada agarró por los pelos a su exmarido y le causó arañazos en la nuca. El varón decidió no acudir a un centro médico para ser asistido de sus lesiones. Él provocó arañazos en un brazo y en una pierna a su ex, así como enrojecimiento en la zona lumbar, unas lesiones que tardaron en curar cinco días.

La jueza expone “la difícil tarea que entraña la valoración probatoria en este tipo de casos en los que existen dos versiones totalmente discrepantes de los hechos (la de los acusados), sin que ninguna de las dos resulte plenamente compatible con los datos objetivos”, expone la autoridad en la resolución.

La versión de la mujer

La mujer dijo que, cuando estaba gesticulando con las llaves del coche en la mano, en la acera, su exmarido se las arrebató, las pisó en el suelo, ella se agachó para cogerlas y lo empujó para que se separara porque lo tenía pegado al levantarse. Según la mujer, el acusado le dio un puñetazo en el abdomen, retirándole ella del hombro. Después volvió a darle dos puñetazos, la cogió por la clavícula y la tiró al suelo, aseguró.

“La explicación que la acusada ha ofrecido (...) no resulta muy convincente, al margen de que se presenta totalmente desprovista de prueba”

Ella se cayó boca arriba y, ya en el suelo, él presuntamente le dio patadas hasta que vinieron dos trabajadores y otros dos hombres a separarlo. Añadió que, cuando estaba agachada intentando coger las llaves, él le dio un golpe en la nuca. “Este relato no parece muy compatible con lo que refleja el parte médico” –indica la jueza–, pues el dictamen sanitario solo apreció arañazos en el brazo y en la pierna izquierdos, así como un enrojecimiento en la zona lumbar, unas “lesiones que además presenta en zonas de su cuerpo en las que ella no manifiesta haber sido agredida”, completa la titular del Penal Número 2.

“La explicación que la acusada ha ofrecido (...) no resulta muy convincente, al margen de que se presenta totalmente desprovista de prueba”, concluye la autoridad. “El hecho de que tampoco hayamos podido contar en juicio con la declaración de testigos presenciales de la discusión impide despejar todas las dudas que su relato acerca del desarrollo secuencial de los hechos nos suscita”, subraya. Una hija se acogió a su derecho a no declarar y los dos testigos “no avalan en modo alguno su relato”, expone la jueza. En cualquier caso, las lesiones que le fueron diagnosticadas sirven de base para condenar al varón por maltrato.

La versión del hombre

Del lado contrario, también ella es autora de un delito. Aunque en un inicio la Fiscalía no la acusaba, al final modificó su impresión tras la celebración de la prueba en el juicio. Dos testigos corroboraran la versión del hombre. El acusado dijo que su ex se presentó en su trabajo y le reprochó que no hubiera cogido a las niñas porque consideraba que le tocaban, algo que él no compartía.

El varón dijo que subió al coche para irse e incluso llegó a arrancarlo pero, al ver que la mujer accedía a su trabajo, paró y le dijo a sus compañeros que no hicieran caso. Cuando volvía hacia el coche, ella presuntamente empezó a insultarle diciéndole que era un mal padre, a lo que él le respondió que ella era una mala madre. Según el hombre, ella cogió una piedra o algo que se le parecía y se la lanzó, agachándose para esquivarla.

La jueza atribuye a los dos encausados “actos de acometimiento físico mutuo”, y les aplica un subtipo agravado, por haberse golpeado en presencia de sus hijas menores

Fue entonces cuando su exesposa le tiró del pelo, un hecho que apreciaron unos testigos. Él intentó zafarse, braceando, ella supuestamente se cayó al suelo y desde allí siguió pataleando, dijo el varón. Según el acusado, sus compañeros le vieron arañazos en la nuca.

El acusado no supo explicar por qué ella tenía arañazos, pero admitió que, en el intento por soltarse, se los pudo haber causado él. La jueza atribuye a los dos encausados “actos de acometimiento físico mutuo”, y les aplica un subtipo agravado, por haberse golpeado en presencia de sus hijas menores.

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