Entrevista | Miguel Fernández-Cid Director del MARCO

“Creo en acercar el arte a colectivos para los que la cultura no forma parte de su disfrute habitual”

Renovado por unanimidad al frente del museo, el responsable adelanta su línea de trabajo y retos de los próximos años

Miguel Fernández-Cid, en una sala de exposiciones delMuseo MARCO.

Miguel Fernández-Cid, en una sala de exposiciones delMuseo MARCO. / José Lores

Carolina Sertal

Carolina Sertal

La semana pasada, el Patronato del Museo de la Fundación MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo) decidió que Miguel Fernández-Cid continuará como director de este espacio cultural de la ciudad otros tres años. Renovado en el cargo por unanimidad, el responsable de la institución avanza cuáles serán sus principales apuestas y línea de trabajo.

–Recién renovado como director, ¿cómo encara esta nueva etapa al frente del MARCO?

–Me enteré de que se cumplía mi periodo al preparar el patronato. Aquí estás trabajando en el día a día y no tengo la percepción de ruptura, pero de lo que sí tengo la sensación, por cómo se manifestó el Patronato, es de que estamos ante un momento esperanzador. El MARCO es un museo un poco atípico porque hay distintas instituciones implicadas en su financiación y, sin embargo, la gran aportación, un 75% del presupuesto, es del Concello. Esto quiere decir que hay una apuesta firme por parte del Concello y durante estos años y, especialmente, en los últimos meses, he visto muy implicado al alcalde, Abel Caballero, a la hora de poner en marcha muchas de las propuestas. Yo no soy de pedir, pero sí de demostrar cuando algo es esencial y he obtenido buena respuesta por parte del Concello. No tomo este respaldo como un apoyo a mi persona, que lo agradezco, sino que lo que veo es un apoyo a una institución que tiene unas posibilidades tremendas y en la que se han conseguido importantes logros, por ejemplo, nuevas donaciones para la colección del museo, entre otros.

–¿Cuál será la línea de trabajo de los próximos años?

–Seguiremos haciendo exposiciones de artistas del entorno y otra cuestión clara es la paridad, tenemos que tender hacia ella. La pandemia nos trastocó el planteamiento de dinámicas y obligó a retrasar dos exposiciones de mujeres artistas, pero tengo claro que la línea es: artistas del entorno local y gallego, españoles, portugueses y latinoamericanos, lo que no quiere decir que esto sea excluyente. Cuando aparezca una oportunidad la aprovecharemos, como por ejemplo fue el ciclo de la filmografía de Yannick Bellon. Somos conscientes también del presupuesto que tenemos para llevar adelante las propuestas, pero la idea es seguir manteniendo esas presencias y también trabajar con más artistas foráneos. Hay que pensar mucho las exposiciones que se plantean y buscamos que estas sean diversas, que haya opciones para los distintos públicos. Esa variedad es por donde irán los tiros.

–Entre la red de artistas locales, en muchas ocasiones, se manifiesta que no existen espacios expositivos en su propia ciudad y muchos acaban teniendo que mostrar su obra en otras urbes e incluso en otros países, en donde tienen menos dificultades. Desde el interior de la institución, ¿es consciente de esta percepción y demanda?

–Es una cuestión que está ahí, digamos que no me pilla por sorpresa. El MARCO es un museo en el que se realizan una media de seis o siete exposiciones al año. Afortunadamente, en una ciudad como Vigo hay una gran cantidad de artistas y en el museo hay que elegir y mantener un criterio. Yo defiendo precisamente seguir ese criterio y es muy difícil decirle a alguien que no entra en él, pero si de algo tengo el convencimiento es de que nosotros, los responsables que vamos cambiando cada cierto tiempo, lo que agradecemos es que los anteriores no hubieran hecho determinadas exposiciones. En mi caso, yo agradecí que no se hubiera mostrado la obra de Din Matamoro, Leiro o Andrea Costas, artistas que me parecen enormes y cuyas exposiciones pude hacer yo. Esto no es personalista, es un proyecto colectivo al que se van sumando nuevas muestras y cuando yo me vaya vendrá otra persona que incorporará nuevas exposiciones y con otro criterio, porque el museo se hace entre todos. Personalmente, veo muy implicado al alcalde en respetar la independencia del MARCO, yo al menos la siento, y un respaldo a un programa que se va planteando al Patronato, pero sí se percibe la necesidad de dar espacio a artistas locales y se están valorando otras ubicaciones para dar respuesta a esa demanda. Hay mucho interés en minimizar eso que se percibe como un problema. En nuestro caso, ahora tengo por delante tres años y eso suponen unas 21 exposiciones, tiene que haber artistas gallegos, también foráneos, hombres y mujeres, de distintas generaciones, de distintos estilos... al final no queda mucho margen.

“Se percibe la necesidad de dar espacio a artistas locales y se están valorando otras ubicaciones”

–¿Y cuál es el criterio a la hora de efectuar la selección de las muestras?

–Diría que esta es la pregunta de siempre, pero la respuesta es la del millón y quien dé con ella será un genio. Lo que yo tengo claro es que es muy difícil de explicar y muy injusto tener que decidir por qué escoges a este o a esta artista y no a otros.

–¿Hay algún artista concreto que le gustaría traer a Vigo?

–Más que traer, me gustaría llevar. Cuando estuve en el Centro Galego de Arte Contemporánea (CEGAC), los dos primeros artistas gallegos vivos que expusieron en el Reina Sofía, primero lo hicieron en el CEGAC. Uno de los objetivos es que haya más conexiones para que los gallegos que expongan aquí puedan salir. A Vigo podemos traer lo que queramos, porque el conocimiento de llegar hasta los artistas lo tienes, a veces es más el presupuesto, pero sí que hay varios que me gustaría que vinieran y pienso: ¡Hagámoslo realidad, a por ello!

Miguel Fernández-Cid, en el exterior del museo.

Miguel Fernández-Cid, en el exterior del museo. / José Lores

–En ocasiones, no es fácil aproximar el arte contemporáneo a la sociedad, ¿cómo piensa que se puede salvar esa barrera?

–Eso es algo que no pasa aquí, pasa en todas partes y, en mi opinión, debemos potenciar todo tipo de intermediación. En este sentido, hay directores de museos que quieren que los espacios sean templos del silencio y sin información en las paredes. Si hay un artista que lo pide y para él es importante, lo hacemos, pero para mí sí es necesario que existan una serie de acompañamientos a la obra. No creo que el arte se explique, pero sí pienso que hay que dar herramientas de aproximación. Por otra parte, defiendo que no hay que centrarse en el público, sino en los públicos. Tal y como comentas, existen barreras e incluso voy más allá, para muchas familias, para muchas personas, el acceso a la cultura ya no es que sea limitado, es que es hipotético y utópico, por eso vale muchísimo la pena preparar actividades específicas para estos colectivos. Creo mucho en acercar el arte a colectivos para los que la cultura no forma parte de su disfrute habitual, nosotros vamos a abrirnos a ellos en acciones se quedan en el tejido loca. Algo parecido sucede con las publicaciones que elaboramos, que aunque llegan a un público más especializado, llevas fuera tu día a día y eso aporta la satisfacción de un trabajo necesario.

[object Object]

–¿Qué balance hace de sus años al mando de la dirección de esta institución de la ciudad?

–Cuando llegué, lo primero que me encontré fue el COVID y todo lo que eso supuso. Cuando aterrizas en una institución como un museo, tienes muchas ganas y quieres que se vean aquellas ideas que quieres poner en marcha y que complementan lo que se venía haciendo hasta el momento. La pandemia trastocó todos los planes y hubo que adaptarse. Al final, cuando llegas a un lugar así, adaptarse a él y al equipo de trabajo conlleva un proceso de conocimiento, pero realmente estoy contento porque sí veo que hemos conseguidos cosas y un apoyo por parte de las otras instituciones, quizás un poco más sería lo suyo, pero estoy encantado de que estén presentes. Además, el ejercicio de la libertad y la independencia se hace tanto más con la presencia de más instituciones y opiniones. Algo que se puso en marcha en este tiempo y de lo que estoy satisfecho es que retomamos las publicaciones propias y con los catálogos viajamos todos: la obra del artista, el museo como institución y Vigo como ciudad.

–¿Y cuáles diría que son los puntos fuertes del museo?

–Desde que llegué dije que el MARCO tiene varias ventajas únicas. En primer lugar, su situación: la gente pasea por delante del museo. Sin embargo, hay en el subconsciente de la gente como una opacidad que transmite el propio edificio. Al haber sido cárcel, impone, y a su vez tiene que competir con los edificios de la calle, que son escaparates comerciales. Hemos ido ganando visibilidad desde el vestíbulo, ahora tenemos la librería y se pueden ver las vitrinas con los catálogos. Otra peculiaridad que para mí resulta interesante y de un gran atractivo es que, por sus características, en el MARCO no se puede exponer haciendo lo mismo que en otros lugares, hay que adaptarse al espacio y por eso optamos mucho por la producción propia, lo que te permite conocer más al artista.

Suscríbete para seguir leyendo