Inspección pone a trabajar al 23% de los gallegos con una baja laboral

Se fuerza el alta cuando se detecta un caso de fraude o por discrepancias con el criterio del médico

Un trabajador, en una planta industrial.

Un trabajador, en una planta industrial. / FDV

Paula Pérez

Paula Pérez

Pese a que lo peor de la pandemia se ha superado, las bajas laborales siguen aumentando en Galicia. Y su coste para las arcas públicas también crece. En 2022, solo hasta noviembre, la Seguridad Social había desembolsado ya 268 millones de euros, once millones más que en todo el año anterior. Los inspectores del Sergas se aseguran de que estas incapacidades temporales estén debidamente justificadas. En 2021 revisaron un total de 71.448 procesos y, como consecuencia de esta actuación de control, forzaron el alta de 15.956 trabajadores. Es decir, se obligó a volver al trabajo a casi el 23 por ciento de los gallegos sometidos a inspección.

Se persiguen, por un lado, posibles casos de fraude. Se intenta evitar la picaresca de trabajadores que fingen estar enfermos o alargan más de lo necesario su baja laboral. Pero no siempre hay mala intención. En ocasiones lo que ocurre es que la inspección simplemente discrepa con el criterio del médico que firma la baja, bien en cuanto al diagnóstico o en cuanto a la duración del permiso.

En 2021 se intensificaron los controles y como resultado se incrementaron hasta casi 16.000 las altas laborales forzadas por la inspección. Son 1.000 más que las registradas un año antes y es la cifra más elevada desde que estalló la pandemia.

Las unidades de inspección y control de salud laboral de la Consellería de Sanidade son las encargadas en Galicia de vigilar las bajas de los trabajadores gallegos y pueden intervenir de oficio pero también a petición de las mutuas o de las propias empresas. Normalmente extreman los controles sobre los trabajadores con bajas recurrentes o demasiado prolongadas.

Documentación

Dentro de su labor de vigilancia pueden entrevistarse con los médicos que firmaron las bajas. Además revisan los expedientes para comprobar que no hay irregularidades y, en caso de duda, pueden solicitar incluso documentación adicional. En 2021 estos servicios de inspección reclamaron a los facultativos 23.903 informes sobre la evolución de los procesos, casi 4.000 más que el año anterior.

Pero también ponen el foco en el trabajador de baja. Así, pueden llegar a personarse en su domicilio para comprobar su situación o bien citarlos para valorar su estado.

Esto les ayuda a destapar posibles fraudes. Pero en otras ocasiones el problema está en una diferencia de criterio con el médico de que dio la baja.

Los facultativos tienen que ajustar el permiso a los tiempos medios establecidos para cada enfermedad por la Seguridad Social. Así, por una gripe lo normal sería un permiso de 7 días, por una neumonía se eleva a 20 días, si se tiene una úlcera sin complicaciones la media son 14 días, por un lumbago son 14 días y por un episodio de estrés lo establecido en los manuales son 15 días, lo mismo que por una depresión.

El inspector del Sergas tiene siempre la última palabra y puede dictar el alta incluso en contra del criterio del médico. El permiso de incapacidad temporal puede ser revocado directamente por el inspector o bien puede ser el propio médico de Atención Primaria el que firme el alta a instancias del funcionario de la Consellería de Sanidade.

Mutuas

En una baja médica por contingencia común, es decir en una incapacidad temporal por un accidente no laboral o un enfermedad común, las altas o bajas laborales las gestiona el Sergas durante los primeros 365 días y luego el Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Por el contrario, las mutuas de trabajo no pueden dar bajas ni altas médicas en este tipo de incapacidades temporales, pero sí que pueden proponer altas médicas cuando consideren que el trabajador está capacitado para trabajar.

Pues bien, las mutuas remitieron a la Consellería de Sanidade en 2021 un total de 24.462 propuestas para que se diera el alta a trabajadores con incapacidad temporal. En todo caso, en estos casos la última palabra es del Sergas y no desvela en qué casos aceptó el planteamiento de la mutua o bien lo rechazó y mantuvo la baja al afectado.

  • Aumentan las bajas en Galicia. Por cada mil trabajadores en Galicia, 62 estuvieron el pasado año de baja, una prevalencia que en 2021 fue de 59 y en 2020 de 50.
  • Sube el gasto de la Seguridad Social. El coste de las bajas el pasado año en Galicia fue de 268 millones de euros solo hasta noviembre, once millones más que en 2021 .
  • Las mutuas piden 25.000 altas. Las mutuas solicitaron a Sanidade que diese el alta a 24.462 trabajadores de baja en 2021 al considerar que ya e podían incorporar al trabajo.

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