Los niños vigueses de la guerra

El Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca exhibe en su exposición “Retratos de la infancia” dos de las instantáneas que el fotógrafo alemán Erich Andres realizó en la ciudad olívica durante el verano de 1936

Niños “jugando a la guerra” en Vigo (agosto, 1936).

Niños “jugando a la guerra” en Vigo (agosto, 1936). / ERICH ANDRES/CENTRO DOCUMENTAL DE LA MEMORIA HISTÓRICA

Salvador Rodríguez

Salvador Rodríguez

-Papá, papá, ¡ha llegado la paz!

-¡No, hijo, no! Lo que ha llegado es la “victoria” (las comillas son nuestras)

Este es el diálogo que entablan un padre y su hijo en la última secuencia de “La bicicletas son para el verano” (1984), película dirigida por Jaime Chávarri, basada en la obra teatral del mismo título escrita por Fernando Fernán Gómez, cuya trama se inicia en el verano de 1936, tras el golpe de Estado del 18 de julio. El argumento gira en torno a la familia formada por Luis, su esposa Dolores y sus hijos, Manolita y Luisito, quienes comparten la cotidianidad de la guerra con la criada y los vecinos de la finca. Luisito, a pesar de haber suspendido, quiere que su padre le regale una bicicleta. Pero la situación va a obligar a postergar la compra. Y el retraso, como la propia guerra, durará mucho más de lo esperado…

Aunque está ambientado en Madrid, este diálogo bien pudiera haberse producido en cualquier ciudad española de la retaguardia del frente bélico. Esta es la primera reacción que nos provocan dos de la fotografías de la exposición “Retratos de la infancia” que acoge la sede del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca hasta el próximo 30 de junio.La muestra está compuesta por 32 reproducciones de fotografías procedentes íntegramente de los fondos documentales del CDMH, en las que la niñez alcanza una enorme presencia en la imagen, mostrando la gran diversidad de infancias que nuestro país ha presenciado desde la década de los 30 hasta los años 60 del siglo XX.

Una de las imágenes recogidas en "Retratos de la infancia".

Una de las imágenes recogidas en "Retratos de la infancia". / Erich Andres/COMH

¿Qué tienen de particularidad las dos fotos citadas y que ustedes pueden apreciar en este artículo? Pues que ambas fueron tomadas en Vigo… en aquel mismo verano de 1936. Su autor fue Erich Andres, fotoperiodista alemán nacido en Leipzig en 1905, que había comenzado su actividad fotográfica en 1920 en Hamburgo sin haber cursado ningún estudio, de forma amateur y autodidacta. Ganador de un concurso fotográfico, empezó a trabajar en distintos medios de prensa y, más tarde, con la directora Leni Riefenstahl (la considerada cineasta oficial del III Reich) durante los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. En la Guerra Civil española, Andres fue fotógrafo de prensa freelance, y durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en el servicio de propaganda de la fuerza aérea del ejército alemán, la Luftwaffe.

La presencia de Erich Andres, y de otros fotógrafos alemanes, en Vigo, así como en muchos lugares de España durante la contienda, formaba parte de la estrategia de propaganda dictada por el régimen liderado por un Adolf Hitler para el que la guerra española se convirtió no solo en un escenario para demostrar la “eficacia” y modernidad de su ejército, sino también como el terreno más adecuado para preparar la II Guerra Mundial. Y, en aquellos tiempos, la fotografía era la herramienta más efectiva para transmitir y expandir la imagen de un ejército tan poderoso cual victorioso que ansiaba/amenazaba el dominio sobre el planeta: la de un ejército “invencible”.

A diferencia de otros fotógrafos germanos desplazados como enviados especiales, Erich Andres destacó tanto por cumplir con la obvia misión propagandística encomendada, como por reflejar la España de la época con imágenes costumbristas y, en el caso de Vigo, también por su interés por aquellos niños que deambulaban por las calles “jugando a la guerra” mientras en sus casas se pasaba hambre y se encarcelaba o ejecutaba a los “disidentes”, práctica ejercida desde los primeros días del golpe de Estado pues, recuerden, en Galicia no hubo frente bélico: los golpistas se hicieron con el poder acabando con la resistencia republicana en apenas dos semanas.

Se cuenta que, de Vigo, Erich Andres dejó hechas dos docenas de fotografías de este tipo, así como también de gente con el brazo en alto mostrando su adhesión al bando vencedor, tomas del cuartel local de Falange y vistas generales de la ciudad. Estas fotos se conservan en el Centro Documental de la Memoria Histórica, que las adquirió en el año 2014. Por su parte, sus imágenes tomadas en España entre 1936 e 1937, tanto en la retaguardia como en los frentes de batalla, sumaron alrededor de las 2.500 instantáneas. 

Dicho esto, su obra más conocida y abundante fue la que realizó durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar ésta, liberado de su condena de reclusión en un campo de concentración americano, trabajó como fotógrafo independiente para diversos medios, realizó reportajes para empresas industriales de Europa y Estados Unidos, colaboró en publicaciones y participó en exposiciones fotográficas. Sus imágenes se exponen hoy en varios centros, como el Museo Olímpico de Lausana (Suiza) y el Museo Industrial de Oberhausen (Alemania). Falleció en Hamburgo en 1992, a los 87 años de edad.

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