El latido de las piedras

El granito tiene vida y los encargados de insuflársela son los canteros. Eso es lo que hace Julio Martínez desde su taller en O Rosal, maestro cuya obra está repartida por todo el mundo. Desde cruceiros a esculturas, a golpe de cincel busca la forma perfecta

Del término latino “cantus” –trozo de piedra– deriva la palabra “cantera” y “cantero”, el hombre que trabaja la piedra. Gremio de importancia secular, Galicia fue tierra pródiga en estos artesanos del cincel y el martillo que levantaron catedrales, cruceiros, hórreos, puentes, molinos, iglesias y un sinfín de edificios o elementos que desafían el paso de los siglos. Heredero de la sabiduría de los ancestros, Julio Martínez da vida a la piedra desde O Rosal, donde tiene su taller y desde donde sale su obra para España y para el mundo.

A Julio la vena artística le viene de niño, cuando empezó a hacer sus primeros trabajos de la mano de la pintora Alicia Alonso. Después le atrapó el mundo del volumen escultórico y cursó estudios en la Escola de Canteiros de Pontevedra. Hizo obras y colaboró con diferentes artistas hasta que abrió su propio taller-estudio en O Rosal, su localidad natal. Ha realizado encargos en granito, mármol y bronce para España, Portugal y Estados Unidos, entre otros países. A lo largo de los últimos quince años “he podido evolucionar profesionalmente, creciendo a través de los duros entresijos de la escultura en piedra”, dice. Además ha participado en exposiciones y certámenes.

El latido de las piedras

Julio hace primero los ,modelos en barro para después comenzar el desbaste en el bloque de granito / Julio Martínez

En su trayecto, Julio fue sumando su amor por la arquitectura popular y así se convirtió en un experto cantero de cruceiros. “Una de las particularidades que tengo claras –explica– es que hay que esculpirlo en el mismo bloque de la cruz."

"No estoy nada de acuerdo con la costumbre de encolar las imágenes a la cruz para ahorrar tiempo y recursos; es una falta de respeto al oficio, la técnica y a los maestros de antes”

El latido de las piedras

La obra de Julio está por Galicia, España y otros países. / Tere Gradín

A Julio le encargan numerosos cruceiros, tanto particulares como instituciones. Una de sus obras de más envergadura fue una pieza de más de siete metros de alto que se fue a una diócesis de Texas. Este maestro cantero suele hacer un modelo en barro para después comenzar el desbaste de aproximación en el bloque de granito y entrar en los detalles.

El granito para este artesano es todo un desafío. “Al tener un grano gordo limita más pero también es lo que le da su fuerza única a las piezas. Su rudeza es a la vez su mayor cualidad para la estética de una escultura”.

La piedra habla y late a través de las manos de Julio, capaz de hacer bustos incluso de personas que ya no están a través de fotos que le envían.

Tallando un busto

Tallando un busto / Julio Martínez

Con la paciencia y sabiduría de los maestros, hace que la piedra palpite. Solo da un consejo a los que quieran iniciarse en los oficios artesanos, sean cuales sean: aprender las técnicas, dedicación, disciplina y tesón.

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