Armón Vigo suma su noveno contrato en vigor con un oceanográfico para Azores

La región lusa asigna el pedido para la embarcación de 40 metros por casi 20 millones de euros | Tiene carga de trabajo hasta 2025 para las dos instalaciones en la ciudad

El nuevo oceanográfico de Azores que construirá Armón Vigo.

El nuevo oceanográfico de Azores que construirá Armón Vigo. / Elaboración propia / Direção Regional das Pescas

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Se hizo esperar, pero Armón Vigo ya puede decir que fabricará su oceanográfico número 14. El Gobierno de Azores culminó en su segunda intentona la licitación lanzada el pasado año tras suspender la primera y ha adjudicado al astillero del grupo asturiano el pedido por casi 20 millones de euros. El buque contará con 40 metros de eslora y dotará al archipiélago de una fuerza investigadora renovada, ya que dará reemplazo a una unidad de 30 años de antigüedad. Con este contrato, Armón cuenta en la ciudad con nueve proyectos en activo, lo que permite mantener una carga de trabajo hasta, por lo menos, 2025. De ellos, cinco corresponden a barcos de investigación, nicho en el que se ha erigido como especialista.

La Direção Regional das Pescas de Azores lanzó en marzo del pasado año una licitación para buscar un astillero que construyese su nuevo oceanográfico. Para ello, la región autónoma lusa lanzó un “Clúster do Mar” por 32 millones de euros en el marco del Plano de Recuperação e Resiliência, dentro de los fondos Next Generation que gestiona Portugal. Entre las iniciativas previstas figuraba la construcción de este buque.

En aquel primer concurso, las islas recibieron cuatro propuestas, pero solo la del nuevo dueño de Hijos de J. Barreras pasó a la final. Sin embargo, Azores decidió finalmente excluir la oferta viguesa y apostó por relanzar la licitación, pasando de un montante de 18,3 millones de euros a 19,8.

La segunda intentona recibió tres ofertas, pero Azores volvió a decantarse por la propuesta del astillero vigués. El Gobierno isleño anunció ayer la adjudicación por 19,79 millones (IVA no incluido).

De esta forma, Armón construirá en Vigo –no se ha decidido todavía si en las instalaciones de lo que fue Barreras o en las de la curva de San Gregorio– una unidad de 40 metros de eslora por 11 de manga, con una capacidad de hasta 30 tripulantes, lo que supondrá una revolución respecto a la antigua unidad que emplea la región. Se trata del Arquipélago, embarcación de 25,4 metros de eslora que también cuenta con sello vigués (lo fabricó Rodman Polyships), pero que este año sopla 30 velas. “La sustitución del buque permitirá la creación de una plataforma moderna con altos estándares tecnológicos en cuanto a capacidades y equipamiento y con un alto rendimiento energético”, recoge el resumen del proyecto.

Con el de Azores, Armón Vigo alcanza los 14 oceanográficos y cuenta en estos momentos con una cartera de pedidos con cinco de estas unidades. El último lo rubricó en noviembre para Holanda, un buque que será la joya de la corona del país con sus casi 80 metros; similar será el Odón de Buen, para el Instituto Español de Oceanografía (IEO), y algo más pequeño el encargado desde el Hafrannsóknastofnun islandés, con 70 metros. El menor de los cinco, en cambio, es el que utilizará el NIWA de Nueva Zelanda, el Kaharoa II, un buque de 36 metros de eslora. Todos estos contratos fueron publicados en exclusiva por FARO.

Los otros cuatro barcos que forman la cartera actual de Armón Vigo y Astilleros Ría de Vigo son la patrullera oceánica de unos 80 metros para la Guardia Civil, el ferri eléctrico para Baleària –a punto de ser entregado– y dos pesqueros, uno de 70 metros para la gallega Copemar y otro de 50 para Wanchese, filial de Cooke, la futura dueña de Nueva Pescanova.

Test realizado en las instalaciones del Marin, en Holanda.

Test realizado en las instalaciones del Marin, en Holanda. / NIOZ

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El pasado noviembre Armón Vigo se adjudicó uno de los contratos más importantes a nivel de buques oceanográficos. El NIOZ holandés adjudicó al astillero la construcción de su joya de la corona, el Anna Weber-van Bosse, una unidad de casi 80 metros de eslora.

El contrato entró en vigor el pasado 1 de febrero de 2023 y en estos momentos la firma se encuentra en fase de diseño e ingeniería, así como en la contratación de las principales compras de materiales, de cara al corte de chapa incial, que está programado para septiembre.

Según el NIOZ, “el astillero trabaja actualmente en la validación del diseño, centrándose en las pruebas de modelos”, unos test que se realizan en el Instituto de Investigación Marítima de los Países Bajos, el Marin, en Wageningen.

El nuevo oceanográfico sustituirá al actual buque de investigación, el Pelagia, fabricado en 1990. Una de las principales singularidades es que el Anna Weber-van Bosse debe ser construido para que en el futuro (en aproximadamente una década) sea reformado y utilizar una motorización que elimine por completo las emisiones de CO2.

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