Santiago Martín - Director general de Armón Vigo, grupo premiado con la Medalla de Oro

“La idea que tenemos es llegar a los 700 o 800 trabajadores a finales de año”

“La Medalla de Oro es algo magnífico, una ilusión; nuestra unión a Vigo ha sido histórica porque significa algo importante y hemos querido crecer aquí”

Santiago Martín (i.), con el responsable de Producción, José María Gómez, en las gradas de Astilleros Ría de Vigo.   | // RICARDO GROBAS

Santiago Martín (i.), con el responsable de Producción, José María Gómez, en las gradas de Astilleros Ría de Vigo. | // RICARDO GROBAS / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, anunció el jueves que el grupo asturiano Astilleros Armón recibirá este año la Medalla de Oro de la ciudad. Con Laudelino Alperi como CEO y presidida por José Ramón Fernández, la empresa está presente en Beiramar desde que se hizo con las instalaciones de la desaparecida Construcciones Navales Santodomingo en 1999, una factoría a la que el año pasado sumó la de otra atarazana centenaria como Hijos de J. Barreras. El director general de Armón Vigo, Santiago Martín, atiende a FARO para analizar la actualidad de la firma, sus proyectos en curso o futuros y para valorar el galardón que recibirán en la gala del próximo jueves.

–La primera es obligatoria, ¿orgullosos por este reconocimiento?

–Es algo magnífico, una ilusión y nos sentimos agradecidos a todo el mundo. Creo además que nosotros lo pensamos como un reconocimiento colectivo, un reconocimiento que remite un poco a lo que es la esencia de la ciudad. Esa gente que se levanta a las cinco, que se va a la lonja, porque para nosotros la pesca siempre nos ha llevado de la mano; esa gente que abre su taller a las seis, los astilleros, la actividad que ha tenido, que ha sido la historia de la ciudad… En ese sentido, creo que nosotros lo que representamos es un relevo a generaciones históricas de la ciudad, a las familias Barreras, Troncoso o Santodomingo.

–Armón lleva más de dos décadas en la ciudad. ¿La Medalla de Oro llega por su trayectoria o por el reciente “rescate” de las instalaciones de Hijos de J. Barreras?

–Y ya vamos para 25. Nada ha cambiado por el hecho de coger las instalaciones de Barreras más allá de que, efectivamente, hemos multiplicado la superficie por diez. Pero la forma de trabajar del grupo es la misma. Hemos recogido gente de Barreras que nos está ayudando muchísimo, que es un equipo francamente bueno, pero el trabajo es el que venimos haciendo estos últimos 22 o 23 años. Es un equipo pequeño, con mucha ilusión, con muchas ganas y se nos reconoce esto, y no solo a nosotros, sino yo creo que a todo el sector, que empieza con la pesca. Sobre la pesca se ha asentado el resto y nosotros como constructores se lo debemos todo, se lo debemos a nuestros clientes, a empresas como Pescanova, Profand, Iberconsa, Sotelo o Copemar.

–Con todo esto, ¿qué significa Vigo para el conjunto del grupo Armón?

–Pese a que llegamos en 1999, en Asturias ya teníamos personal que iba de aquí hasta Navia, Asturias. Realmente nuestra unión a Vigo ha sido histórica porque significa algo importante y hemos querido crecer aquí. Si hay un polo industrial naval en Europa potente ese es Vigo. La capacidad que tenemos aquí de conocimiento, talento, no la hay en ningún otro lado.

Dos de los barcos actualmente en construcción en Astilleros Ría de Vigo.

Dos de los barcos actualmente en construcción en Astilleros Ría de Vigo. / RICARDO GROBAS

–Habla del capital humano, ¿a cuánta gente emplea Armón ahora mismo en la ciudad?

–Nosotros éramos un grupo de 16 personas fijas en el astillero de Armón Vigo y contratamos a otras 20 personas de Barreras. Estos son los fijos, pero en estos momentos nos encontramos manejando aproximadamente 400 personas entre los dos astilleros y con una idea de llegar hasta un total aproximado de entre 700 y 800 trabajadores a final de año. Y pese a que distinguimos entre el personal de Armón y las subcontratas, hay algunas que han estado con nosotros desde el inicio. Los encargados de empresas como Ramallo, Grobas o Gestido son gente que ha trabajado desde el inicio de los tiempos con nosotros. Es fundamental que sean parte de la empresa en el sentido de que ellos nos apoyan con calidad. Es una lealtad compartida.

–El metal alertó esta semana de falta de mano de obra, ¿la sufren?

–Tenemos una pérdida importante no de talento, pero sí de mano de obra especializada, que se nos está yendo entre las manos. Teníamos una buena inercia en Vigo y en la zona, pero hay que pensar en formar nuevas generaciones y en mentalizarlas para que tengan interés por volver a profesiones como carpintería, electricidad o mecánica. Y eso no va a ser fácil.

–¿Ha costado “resucitar” Barreras?

–Respecto a los trabajadores no, porque nos quedamos con un grupo magnífico que está colaborando perfectamente. Había métodos de trabajo distintos, pero eran grandes profesionales y enseguida están funcionando y los resultados están aquí. Lo que nos está costando más, pero creo que ya lo tenemos muy avanzado, es toda la obra civil de mantenimiento, de poner el astillero en orden, de dar una imagen más moderna o más agradable para nuestro cliente.

–¿En qué punto están las actualizaciones de las instalaciones de Astilleros Ría de Vigo y qué trabajos llevaron a cabo?

–Hemos hecho obras importantes como la actualización del varadero de reparación, donde ya hemos mandado tres barcos desde que empezamos. En cierto modo, la reparación se había perdido aquí en Barreras. También hemos comprado nuevas grúas para permitir mejores movimientos en el astillero y hemos reformado completamente las gradas: tenían el sistema clásico de imadas y anguilas; ahora hemos hormigonado y montado vías nuevas para que puedan ser manejado con carros.

–Por no hablar del taller de aceros, que está cambiando totalmente.

–Es que a lo mejor esos talleres se debieron montar en 1920 o 1922. Requería un cambio de cara absoluto, un lavado, y nos hemos dedicado a modificar completamente los techos, permitir que la luz entre, intentar reducir consumos. Al final, todo el mundo nos está pidiendo que demos un paso más en sostenibilidad. Esa un poco la idea.

–Aunque sean dos empresas diferentes, el espacio quedará unido cuando desaparezca la nave de Aucosa, ¿qué sinergias ofrecerá?

–De alguna forma ya estamos conectados por dentro. Y de hecho se construye en bloques en un astillero que se traspasan al otro y viceversa. La gente va y viene y la idea es trabajar como trabajamos con el resto de astilleros como grupo, pero geográficamente mucho más cercanos. De hecho, la gestión la estamos haciendo la misma gente para los dos astilleros y eso es lo que nos ha permitido arrancar muy rápido. Cuando se nos pedía un compromiso de carga, era imposible decirlo, pero nosotros lo que decíamos es que de alguna forma iba a ser rápido, porque para nosotros era muy sencillo, era tirar el muro prácticamente y estar trabajando al otro lado.

–El año pasado anunció la intención de entrar en la eólica offshore, ¿encuentran hueco?

–Tenemos los pies en el suelo, en el sentido de que no queremos volvernos locos. Nosotros venimos de un tipo de barco y un tipo de construcción, empezando por la pesca, la oceanografía y ahora las patrulleras. Queremos ir poco a poco. En la eólica va a haber hueco y yo creo que pronto tendremos noticias. Para nosotros es fundamental, porque vemos que también hay una apuesta clara en Galicia, con los nuevos POEM [Planes de Ordenación del Espacio Marítimo], que pueden ser una oportunidad.

–¿Volverán a salir pronto ferris de estas históricas gradas que hoy son de Astilleros Ría de Vigo?

–Pronto vamos a entregar el primer barco eléctrico híbrido con baterías para Baleària. Es un sector en el que nos sentimos cómodos y si llega el momento de hacer un ferri grande como los que hacía Barreras, pues se hará. Lo que no queremos es de alguna forma tirar la casa por la ventana y dedicarnos a hacer tres o cuatro a la vez. Tenemos que conocer nuestros límites, ir mirándonos a nosotros mismos, ver si hay capacidad de industria aquí en Vigo y volver a resucitar un poco el sector.

Diseño final de la patrullera de la Guardia Civil que construirá Armón, creado por la ingeniería Ghenova.

Diseño final de la patrullera de la Guardia Civil que construirá Armón, creado por la ingeniería Ghenova. / GHENOVA

–Su último contrato es una gran patrullera para la Guardia Civil. ¿Se hará en las instalaciones de Barreras?

–Se va a construir en el nuevo astillero Ría de Vigo. Es un hito para todos los aspectos, para nosotros y para la Guardia Civil. Confiamos en que el proyecto salga adelante con éxito, también porque nos están demandando mucha oferta por todo el mundo y para nosotros es una gran referencia el construir para la Guardia Civil. Es un gran cliente para nosotros y queremos seguir en esa línea.

–Entre los dos astilleros, ¿cuántos barcos calcula qué contratarán para este año?

–En estos momentos estamos trabajando en distintas fases de nueve proyectos en Vigo. Eso nos da carga de trabajo hasta comienzos del 2025, por lo menos. La petición de ofertas ahora mismo en Europa es muy grande y no hay capacidad para construir lo que de alguna forma se está requiriendo. Es importante el hecho de estar bien preparados y creo que hay una vuelta del armador europeo hacia Europa. Hay que aprovechar esa oportunidad.

–Con unas instalaciones tan grandes, ¿tienen intención crecer en el nicho de la reparación y el refit?

–Queremos seguir muy centrados en las nuevas construcciones. Trabajar en los dos sectores es complejo, son completamente diferentes. La nueva construcción requiere una planificación más clara y detallada y la reparación va y viene. Hasta el momento nosotros hacemos reparaciones, principalmente a clientes nuestros que nos los piden. Ahora tenemos una capacidad con una nueva grada de hasta 17 metros de manga y con una capacidad de hasta 3000 toneladas de izada que nos permite en el momento en que haya una mayor caída de trabajo, podríamos echar mano de las reparaciones.

–¿Cree que dejarán de mirar a países asiáticos o a Turquía?

–No creo que haya armadores que quieran irse a China con un proyecto de alto valor económico para estar dos años allí con la intranquilidad de la situación geopolítica. En Turquía, la realidad a nivel bancario o financiero tampoco es la perfecta. En Europa cada vez quedamos menos y habrá buenos momentos para los que quedamos. Es cierto que la competencia a nivel de mano de obra y de costes se ha ido acercando, pero todavía sigue muy alejada. Tanto en China como en Turquía los precios son muy inferiores. Y en Europa la burocracia y regulación es terrible.

–¿Qué quiere hacer Armón en sus fábricas de Vigo con el Perte Naval?

–En general lo hemos presentado a nivel grupo, aunque tenemos proyectos propios. Queremos adentrarnos en el autoconsumo a través de energías renovables. Nuestros clientes de buques oceanográficos cada vez nos piden y nos demandan más sostenibilidad y queremos en cierto modo empezar por ahí, de tal forma que al menos una parte importante de lo que consumamos seamos capaces de generarlo con placas solares.

Suscríbete para seguir leyendo