Fútbol - Champions League Femenina

Jonatan Giráldez quiere más gloria

El vigués, a por su segunda Champions como técnico jefe antes de decir adiós al Barça

Jonatan Giráldez celebra la victoria con Paralluelo y Bonmatí. |  // ISABEL INFANTES

Jonatan Giráldez celebra la victoria con Paralluelo y Bonmatí. | // ISABEL INFANTES / Laia Bonals

Laia Bonals

Creer va más allá de las pruebas. Ya podía haber hecho el Barça su peor partido en la ida, ya podían las dudas sobrevolar un equipo que está al límite físicamente. Si a este Barça se le pone un reto delante, calla bocas a base de fútbol. Es un escándalo lo que han conseguido estas jugadoras y Stamford Bridge no iba a ser una excepción. El conjunto dirigido por Jonatan Giráldez se desquitó ante el Chelsea (0-2) y remontó la eliminatoria. Estarán en Bilbao para el delirio culé. El vigués intentará conquistar la tercera Champions azulgrana y suya, segunda como entrenador jefe, antes de emprender su nueva aventura en Estados Unidos.

La gesta fue inmensa y el partido, tosco. Al Barça le duraba poco el balón. Le quemaba, necesitaba encontrarse, respirar con pausa después de lo de Montjuic. Las culés tenían prisa, no solo por poner la igualdad en el marcador, sino por reivindicarse. El césped, un pelín largo, se espabiló con la lluvia. Empezó a deslizar, a acompañar las prisas culés facilitando la construcción, sobre todo por la banda derecha, bajo los mandos de Lucy Bronze y Caroline Graham.

La noruega es magia. Era imposible pillarla con su caracoleo entre líneas. Rebrincó entre defensas y se escabulló de las mediocampistas a placer. No por falta de oposición, sino por exceso de talento. En Stamford Bridge el Barça aprovechó de nuevo su genialidad.

Pasaban los minutos y en el banquillo se impacientaban. Algunas suplentes se removían en sus asientos. Faltaba ese algo. Lo que diferencia un equipo ganador de uno campeón. Entonces, Aitana Bonmatí recogió el balón en el balcón del área. Con un golpe seco, paró el pase de Patri Guijarro, para acomodársela en la pierna izquierda mientras cambiaba la dirección. Ya de cara a la portería, lo vio. Más bien, lo sintió. No hizo falta pausar, ni pensar. Se escabulló de Niamh Charles y con la derecha disparó. Se quedó quieta, igual que el resto del equipo, mientras el balón avanzaba. Un escalofrío. Era el momento. Cuando la red lo cobijó, echó a correr.

Coraje y rabia se podían ver en sus ojos. Estalló la euforia. Puro desquite. Pero tras el tanto, el Chelsea se revolvió incomodando al equipo azulgrana. Leupolz remató a placer un pase de James que terminó estampándose en el travesaño. Después, Macario reventó el balón desde la esquina del área, enviándolo justo al lado opuesto. Coll la intuyó, y se lanzó para rechazar el balón.

El segundo tiempo empezó como un suplicio para el Barça. El Chelsea contó sus ocasiones a pares mientras la lluvia helaba el ambiente. Las blues, envalentonadas, dejaron de medir y Buchanan en poco más de tres minutos fue amonestada con dos amarillas. Se quedaban con diez, era momento de apretar. El Barça usó los primeros compases con superioridad para reordenarse. Tocaba hacer que su posesión, estéril en el primer cuarto de hora desde la reanudación, se impregnara de su voracidad.

Bailaron al compás de Aitana, con sus aceleraciones de infarto. Todo se pausó en el momento en que cayó al suelo. Carter la derribó con un empujón y a Rolfö se le dibujó media sonrisa cuando la colegiada señaló la pena máxima. Entre la vorágine de jugadoras blues que atosigaban a la árbitra, ella colocó el balón sobre el punto de penalti. Entró ajustadita al palo izquierdo. El Barça estaba en Bilbao.

“Hemos visto un gran partido”, analizó Giráldez. “Es algo histórico. Hemos estado a muy alto nivel, tenemos que disfrutarlo, no han sido meses fáciles”, destacó el entrenador del Barcelona, que hace tiempo que anunció que abandonará el club a final de temporada para dirigir al Washington Spirit. “Cuando hay momentos buenos es muy fácil que todo el mundo se suba la ola, en los malos es cuando tienes que estar”, subrayó el técnico, y enfatizó que la eliminatoria ha sido una experiencia que le ha ayudado “a superar la adversidad”.