El Celta vuelve a llegar tarde

El equipo vigués cede un gol infantil, regala el primer tiempo con un planteamiento pacato y reacciona con todo ya perdido

La Real Sociedad rompió en mil pedazos el sueño copero del Celta en otro frustrante duelo en el que el conjunto de Imanol dejó patente su evidente superioridad sobre los de Rafa Benítez. El cuadro guipuzcoano fue mejor sobre el terreno y también en la pizarra para llevarse un partido en el que el Celta, cedió un gol infantil, volvió a regalar el primer tiempo y reaccionó cuando ya era demasiado tarde.

El plan se le desmoronó a Benítez con el tempranero gol de Oyarzabal y la incapacidad de los celestes para reaccionar al golpe hasta que el técnico celeste decidió que no quedaba otra que atacar porque de nada servía ya protegerse. La idea de esperar arropados y correr al espacio para contragolpear se vino abajo demasiado pronto y, sin un plan B que llevarse a la boca, la Real Sociedad jugó a placer hasta el intermedio.

La reacción de la segunda parte –con la entrada de Luca luego Aspas y Mingueza y, más tarde de Larsen– dio, dentro de la mediocridad general, cierta dignidad al partido de los celestes, pero se vio entorpecida por un fulgurante gol a la contra de Becker que convirtió la clasificación en una misión imposible.

El Celta tuvo los arrestos de no rendirse y buscar la remontada hasta el final, pero Imanol supo ver qué requería el partido en cada momento y movió con inteligencia sus piezas para gestionar su ventaja cuando los celestes se echaron el campo por montera. Infelizmente, el gol de Luca llegó demasiado tarde.

5 canteranos en el once

Benítez desplegó un once con cinco canteranos, muy similar al que brilló en Mestalla. Puso el madrileño más músculo en medio campo con Tapia por Beltrán y Jailson por Sotelo, y cambió en banda izquierda a Hugo Álvarez por Luca. La defensa fue la misma del equipo que derrotó al Valencia, Miguel volvió a ocupar el flanco derecho y Williot y Douvikas formaron pareja de delanteros. Del partido del sábado apenas repitieron Carlos Domínguez y Tapia.

Menos sorprendente fue la alineación de una Real que desde que el principio fue a por todas. A diferencia de Benítez, Imanol priorizó la Copa. Recuperó su esquema habitual y recurrió de partida (con inesperada recuperación de Zubimendi) a todo su arsenal. Nada se dejó el técnico txuri-urdin en el armero: mantuvo a Brais al mando de las operaciones; puso de nuevo como lateral derecho, dio la alternativa a Becker en banda derecha, reforzó el mediocampo con Merino y cambió el ataque con Oyarzabal y André Silva.

El síndrome del primer tiro

Antes de darse cuenta el Celta ya iba perdiendo. Sucumbió una vez más el equipo celeste ante la Real al síndrome del primer tiro, con el agravante de que esta vez el golpe le llegó antes de cumplirse el primer minuto de juego en un saque de banda colgado sobre el área celeste. Un fallo en cadena de Kevin y Starfelt propició un mal despeje de Carlos Domínguez que Merino puso en el área chica para que Oyarzabal cabecease a placer, sin opción alguna para Iván Villar.

Demasiados metros

Sin plan B del que tirar, el Celta deambuló por el campo sin rumbo fijo. Mal posicionado sobre el verde, sin atreverse a presionar la salida de balón por miedo a ser zarandeado de nuevo, concedió demasiado espacio a la Real Sociedad para maniobrar en medio campo y en este escenario Brais se movió con suma comodidad para dirigir el juego de los donostiarras. Sin ideas, con un fútbol plano, desprovisto de filo, los celestes se dedicaron a perseguir la pelota

Lesión de tierney

Con Ahién Muñoz fuera de juego desde el pasado sábado, la lesión del escocés Tierney dejó a Imanol sin un lateral izquierdo específico, una papeleta complicada, que el Celta no aprovechó y el técnico txuri-urdin solventó dando entrada a Aritz Elustondo y cambiando a Aramburu de banda.

Reacción y nuevo golpe

Benítez reaccionó en la segunda parte. Sacó a Luca por Miguel , cambió a Kevin por Mingueza para mejorar en el manejo de la pelota e hizo debutar a Aspas en la Copa. Mejoró con estos mimbres el conjunto celeste en intensidad. Midió mejor los tiempos y presionó por fin con algo de sentido. A la Real, que hasta el descanso había jugado a placer, le costó mucho dar fluidez a la circulación del balón. Pese a ello, encontró el modo de aprovechar una mala entrega en el medio campo para hacer el segundo gol en una contra letal. Merino robó la pelota, Brais la puso con rapidez al espacio y Becker galopó en solitario desde cancha propia para superar en el mano a mano a Iván con un largo disparo raso.

Tres delanteros

A última hora, Benítez decidió jugar la baza de Larsen y juntó por primera vez al noruego, con Aspas y Douvikas. Imanol replicó cambiando a un esquema de tres centrales para administrar un epílogo de partido en el que el Celta se negó a darse por vencido. A la desesperada, por puro empuje, buscó el equipo celeste un gol que lo metiese en el partido. Lo encontró, tras un mal despeje de Le Normand, Luca en el minuto 91, demasiado tarde como para obrar un milagro. La Real se atrincheró en torno a Remiro y achicó el peligro hasta que el árbitro decretó el final.