El Celta escandinavo de Benítez suda su primera victoria

Un gol de Swedberg a tres minutos del final da la victoria a los vigueses, tras dejarse empatar un 0- 2

El Celta de Rafael Benítez suma su primera victoria en LaLiga tras imponerse en un partido tenso, como de final de temporada, al Almería. Los vigueses superaron a los locales a lomos de su trío escandinavo: Larsen anotó el segundo, Swedberg el definitivo del desempate y Starfelt echó el cerrojo cuando los de Vicente Moreno se volcaron.

Llegan al parón los célticos con la tranquilidad de llevarse el triunfo que se les resistió en los tres primeros envites. Fue una calma ganada tras un gran sufrimiento. Los visitantes habían interpretado a la perfección el libreto de Benítez en la primera parte. Tras un ejercicio impecable de eficacia defensiva y ofensiva, fueron al descanso con un botín: 0 - 2.

Pero la orquesta se deslavazó en el segundo tiempo. El Almería empató y pudo desequilibrar la balanza en dos contras clarísimas. Falló, el Celta empujó y encontró premio en el minuto 87 con un cabezazo del joven sueco a centro de Manu Sánchez.

Las dos partes del choque fueron como el día y la noche. En la primera todo fue como se supone que le gusta a Benítez: orden, intensidad, presión, eficacia a balón parado. El Celta se replegó y solo presionó alto en momentos puntuales. Suficiente. El partido se empezó a romper con un quiebro fantástico de Mingueza en banda. Lo tuvieron que frenaran en falta. La botó Iago Aspas con música y Unai Nuñez, que había engañado a la defensa con un hábil desmarque, remachó en el segundo palo.

Minutos después, Luca de la Torre olió sangre en una salida trastabillada de Almería y robó el balón, que quedó franco para Larsen. El noruego se acomodó y ajustó con rosca al segundo palo, un tiro perfecto. El delantero da señales de estar aumentando su acierto ante la puerta, tras este gol y el que le anularon inexplicablemente (o sí) la semana pasada en Balaídos.

Se marcharon los jugadores al descanso y todo parecía indicar que la segunda parte sería un trámite a poco que el Celta se mostrase tan serio como en la primera. Nada más lejos de la realidad: a los 10 minutos el Almería aprovechó un monumental error defensivo para meterse en la disputa. En una jugada de patio de colegio, los tres centrales del Celta —Unai, Carlos Domínguez y Startfelt— se apiñaron alrededor del balón sin decidirse ninguno a sacarlo del área. Aprovechó Melero para robarles la cartera y regarle el gol a Akieme.

Carácter

Los locales se inflaron de ánimo y buscaron el empate. Ramaziani, un tipo muy desequilibrante que será temible cuando decida mejor— rompió por banda derecha, la puso atrás y por allí apareció Arribas para fusilar. El Celta se tambaleaba sobre la lona, pero supo rehacerse. Los de Benítez buscaron el gol —lo tuvieron Aspas, Bamba y Mingueza—, aunque el técnico tendrá un par de cosas que decir sobre dos contra que permitieron tras sendos córners a favor.

En el alambre llegó el partido al minuto 87. Se incorporó Mingueza —de nuevo diferencial en su aportación ofensiva— y puso un centro venenoso que no encontró rematador. Apareció por el otro costado Manu Sánchez, que la puso de nuevo con mucha intención en el área. Esta vez sí encontró la cabeza de Williot Swedberg, que remató de cabeza con violencia para anotar su primer tanto como celeste. Uno, además, que vale tres puntos, porque luego el Celta supo aguantar las acometidas del Almería.

Cerrado el mercado y con el parón de selecciones, toca ahora que Benítez haga recuento de efectivos y planifique la guerra que será la temporada del centenario. Podrá hacerlo con cuatro puntos en la buchaca, tras un arranque de calendario peliagudo.