CELTA 0 - 1 REAL MADRID

El Celta prueba el veneno de Bellingham

El jugador inglés marcó de cabeza en el minuto 81 el único tanto del encuentro

El árbitro anuló un gol a los celestes por una supuesta falta de Larsen a Kepa tras un centro aéreo e Iván Villar atajó un penalti

La fiesta acabó mal para el Celta. Los vigueses, que disputaban su primer partido tras soplar las 100 velas, vieron cómo se les escapaba un punto a 10 minutos del final. Los de Rafa Benítez mostraron una versión mejorada, pero un gol anulado en los primeros instantes y un tanto en contra en el ocaso del choque noquearon sus esperanzas. Suman, así, más de 9 años sin vencer en Balaídos al conjunto blanco.

El técnico madrileño inició el encuentro con el dibujo táctico 3-5-2 que tan buen resultado le dio frente a la Real Sociedad la pasada jornada. Apostó de nuevo por Cervi en detrimento de Manu Sánchez y por Aidoo en un esquema en el que Hugo Sotelo, titular en las dos primeras citas, se quedó sin sitio. Con todo, en las postrimerías de la primera mitad, Sánchez tuvo que vestirse de corto para suplir al propio Cervi, que se vio obligado a abandonar el campo lesionado aquejado de un dolor en la parte posterior de su muslo derecho.

La fiesta del celtismo retumba en Balaídos: así sonó el himno del centenario.

R. V.

Fue en los compases inaugurales cuando el celtismo, que ya tenía las gargantas preparadas tras entonar el emocionante himno del centenario, celebró un primer tanto que enloqueció a un Balaídos a rebosar con más de 23.000 aficionados. Kepa despejó un balón procedente de un córner y, mientras metía el puño, Strand Larsen pasaba por su zona. El esférico acabó en los pies de Fran Beltrán, que chutó con fuerza a portería, el cuero tocó en el noruego y, finalmente, en las redes. El colegiado, Isidro Díaz de Mera, que en un principio no observó una acción punible, acudió al VAR y anuló el tanto.

Los capitalinos despertaron entonces y acecharon el área local con varias llegadas de Valverde y Rodrygo, pero la zaga celeste se mostró inexplorable. Carl Starfelt evitó cualquier susto a su parroquia con un férreo desempeño a lo largo de toda la primera mitad. En el 31, un centro de Cervi al segundo palo no encontró, por centímetros, a un Mingueza que llegó forzado, y en el 44, Bamba gozó de la oportunidad más peligrosa con un disparo, previo recorte dentro del área sumado a un contrataque excelente, al poste largo que se desvió a un palmo de Kepa, hoy titular. Antes la había tenido Aspas después de un centro del propio Cervi desde atrás, pero el balón llegó manso al portero vasco.

Tras la reanudación, los de Benítez salieron poco acertados en el dominio del balón. Les duraba un suspiro la pelota en una premonición de lo que iba a acabar pasando. No fue hasta el 61 cuando los locales rozaron la alegría: una jugada de presión arriba generó la recuperación de Fran Beltrán, que le cedió el esférico a Bamba y este a Larsen para que la rematase por encima del travesaño. Semejante sensación en el 70: Aspas desperdició un pase al punto de penalti de Luca tras pegarle mordido. Cuando Balaídos anhelaba el gol para redondear la fiesta del centenario, llegaron dos puñaladas, la última, la definitiva.

En primera instancia, el árbitro señaló un penalti a favor de los merengues, entendió que Iván zancadilleó con las manos a Rodrygo mientras enfilaba la portería. En la repetición, la cual De Mera no revisó al no ser avisado por el VAR, se pudo ver cómo el cancerbero de Aldán tocó primero balón e, inevitablemente, se llevó por delante más tarde al brasileño, todo un 'déjà vu' de hace dos temporadas, entonces se indicaron tres penaltis para el Madrid y se le anuló un tanto al Celta. Sin embargo, Villar acabó con la injusticia con sus propias manos, y nunca mejor dicho: en una estirada descomunal, frustró las intenciones del mismo Rodrygo desde los once metros.

Tras la épica, llegó el mazazo. En el 81, cuando el Celta ya rozaba el sobresaliente en un ejercicio de resistencia, el joven y omnipresente Jude Bellingham volvió de nuevo a reactivar su cuenta goleadora personal -y ya van cuatro en el campeonato doméstico- gracias a un testarazo a la salida de un córner y con la cesión anterior de cabeza de un Joselu que fue recibido de manera hostil en el feudo celtista -se le fue invalidado un gol en la primera mitad en evidente posición de fuera de juego-. Para más inri, segundos antes de estrenarse el electrónico, Luca de la Torre también se retiró lesionado dando entrada a Miguel Rodríguez. Por parte de los madridistas, fue Vinícius quien corrió la peor de las suertes tras sentir un dolor en la misma zona que Cervi.

El Almería será el próximo rival de los vigueses: de nuevo un viernes, 1 de septiembre, aunque algo más tarde que hoy, a las 22.00 horas. Viajarán al Estadio de los Juegos Mediterráneos en la procura de la victoria inaugural de la liga.