El bollo más espectacular está en Meis

Más de un millar de personas se dan cita en el Campo da Boca para celebrar el día grande de la fiesta de San Gregorio y probar el pan cocinado con 6.000 huevos

Varias personas fotografían el bollo pascual.

Varias personas fotografían el bollo pascual. / Iñaki Abella

El Campo da Boca tenía un aspecto formidable. La empresa de iluminación quiso tener un detalle con la comisión de fiestas por su 30 aniversario, y estrenó en Vilanoviña un espectacular conjunto presidido por una imagen de San Gregorio hecha con luces, y completado por un decorado de instrumentos musicales y un techo alargado que cubría todo el pasillo que conducía a la alameda. Allí, bajo una carpa, junto a la capilla, el cura Edgar Emir Méndez ofició una misa campestre durante la que permaneció expuesto el gigantesco bollo pascual.

Una vez más, Vilanoviña fue un hervidero de gente en el domingo posterior al de Resurrección. En la carretera de Vilagarcía a Pontevedra no se apreciaba el colapso de otras ocasiones, porque el pazo de Señoráns compró una finca en las inmediaciones del Campo da Boca y se la prestó estos días a la comisión de fiestas para habilitar un aparcamiento. Aún así, a partir de mediodía había una larga hilera de coches estacionados en ambos arcenes de la vía, e incluso llegaron un par de autobuses.

Integrantes de la banda de A Vertula.   | // IÑAKI ABELLA

Atracciones y juegos infantiles. / Iñaki Abella

La fiesta de San Gregorio era este año más especial si cabe. La comisión amplió un día la celebración por su 30 aniversario, de modo que ya hubo verbenas el jueves, el viernes y anteayer sábado. Esta última fue la más multitudinaria, con la presencia de las orquestas París de Noya y Satélites.

Para los niños hay juguetes y atracciones.  | // IÑAKI ABELLA

Banda de A Vertula. / Iñaki Abella

El día grande fue ayer domingo. A mediodía, una larga comitiva salió desde la panadería Paradela, detrás de un pequeño tractor. En su remolque, engalanado con la bandera de Galicia, iba el famoso bollo pascual. Un vistoso pan de más de cinco metros de largo por dos de ancho, y decorado con 6.000 huevos, que el sábado por la tarde fue amasado y cocido durante horas.

Mientras el tractor cruzaba lentamente el campo de fiestas rumbo a la alameda, la comisión abría la caseta en la que se vendían los tiques para la comida, y empezaban a asar el churrasco. Pronto se formaron colas frente a la caseta, mientras los más previsores reservaban mesa con unos manteles o bien bajo la carpa -habilitada para unas 800 personas- o bien en las mesas de piedra del merendero situadas a la sombra de los árboles.

El altar, con los santos.

El altar, con los santos. / Iñaki Abella

Minutos antes de empezar la misa, la mayoría de las miradas se dirigían al fenomenal bollo, que permanecía expuesto delante del altar. Tras él, un miembro de la comisión, Emilio Moraña, custodiaba la imagen de San Gregorio, con una banda en la que había prendidos varios billetes ofrecidos por los fieles, y pasaba las estampas de los devotos por el santo antes de devolvérsela. La eucaristía empezó a la una de la tarde, oficiada por el párroco de Paradela, Edgar Emir Méndez.

Tras la procesión, que se hace en torno al campo, comenzó la parte más lúdica de la jornada, con el reparto del bollo. El lote valía diez euros y constaba de una ración de churrasco, otra de pan, con tres o cuatro huevos cada una, y una botella de medio litro de vino albariño. No faltaron quienes llevaron alguna comida a mayores de casa, o quienes completaron el menú con el pulpo “á feira” que se servía en la misma carpa, o que disfrutaron la sobremesa con rosquillas.

Porque una de las características de la fiesta del bollo de San Gregorio es la falta de prisa de quienes acuden a ella. A las dos y media empieza el primer concierto de la jornada, para amenizar la comida. Ayer corrió a cargo de la banda A Vertula. Después, tomaron el testigo la charanga Alambique, el dúo La Mecánica y el grupo folk Tres Pesos.

Así concluyó una fiesta muy especial por su aniversario -empezó a hacerse en 1992, pero el COVID impidió celebrarla en un par de ocasiones- y que además de los visitantes disfrutaron mucho la treintena de miembros de la comisión que encabeza Fernando Silva.

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