Vilaxoán acusa a Ravella y a la Xunta de tratarles como un barrio: “Somos una villa”
La asociación urge mejoras en la playa, el paseo marítimo, el parque de Dona Concha y calles como Rafael Pazos, Bouza de Abaixo y Eirado
Asistentes a la concentración, celebrada en la rampa de O Preguntoiro. / Iñaki Abella
La asociación de vecinos de Vilaxoán reunió ayer a un centenar de personas en la rampa de la playa de O Preguntoiro, donde celebraron una concentración de protesta por el estado de algunas infraestructuras de la localidad. Las quejas se dirigen tanto al Ayuntamiento de Vilagarcía como a Portos de Galicia y a la Consellería de Infraestruturas de la Xunta.
“La degradación de Vilaxoán viene de muy atrás y es paulatina. Hemos dejado de ser una villa para convertirnos en un barrio, en calles sueltas”, manifestó el presidente del colectivo vecinal, Cándido Meixide. Pero, añadió, es momento de revertir esa situación y de demostrar a las administraciones que Vilaxoán quiere, y puede, recuperar su histórico estatus de villa.
Cándido Meixide, a la derecha, se dirige a los vecinos. / Iñaki Abella
La asociación tiene una larga lista de demandas, pues consideran que en los últimos años solo se han hecho “parches” en la localidad, por lo que no se han resuelto ciertos problemas estructurales. En concreto, el colectivo de vecinos escogió O Preguntoiro para la concentración debido al mal estado de la playa y del paseo marítimo.
Cándido Meixide apuntó al respecto que el arenal se encuentra sin apenas arena desde hace cuatro años, y que las administraciones lejos de dar soluciones apuntan ideas sin concreción ni fechas. “El verano ya está encima”, recordó ante los vecinos. “Si van a hacer algo, tienen que hacerlo ahora” , apostilló un asistente a la protesta. Estas gestiones dependen del Ayuntamiento y de Costas del Estado.
La playa de O Preguntoiro, sin arena. / Iñaki Abella
El presidente de los vecinos se refirió también a la balaustrada del paseo marítimo. Afirmó que hace unos meses un niño tiró sin querer uno de los pináculos decorativos, y que la asociación, temiendo que estuviesen sueltos muchos más y que pudiesen caer al suelo y herir a alguien, decidieron retirar los que estuviesen sin sujeción. “Y quitamos doce”, advirtió Meixide. En este caso, el paseo depende de Portos de Galicia, y la entidad también se queja de que hay multitud de baldosas sueltas en la acera, con el consiguiente riesgo de caída. Meixide avanzó que invitarán a los concejales de Ravella a acudir a las próximas asambleas vecinales, para que ellos expliquen en persona sus proyectos y los plazos que manejan.
La lista de deficiencias de las que se quejan los vecinos de Vilaxoán es extensa. En la calle Rafael Pazos, afirman, hay baldosas levantadas y ya se han producido caídas por su culpa. En Bouza de Abaixo y Eirado, el pavimento está en mal estado. Sobre Veiga do Mar, afirman que pintaron hace semanas la medianera de la calle e hicieron un anteproyecto, pero que desde entonces no se volvió a hacer nada en la calle. “Vamos al Concello y nos reciben muy bien, y anotan nuestras demandas, pero después solo van haciendo pequeños detalles”, lamenta Cándido Meixide. Los vecinos también reprochan a la Consellería de Infraestruturas de la Xunta la falta de mejoras en la seguridad vial en la PO-549 (la carretera que va a Vilanova y Cambados), pues los vecinos sostienen que entre el cruce de la iglesia de Sobrán y el de la calle Ameixeiras se producen accidentes habituales por exceso de velocidad.
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