Mirador de Lobeira

¡Cierren los juzgados de O Cavadelo!

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Desmantelar demarcaciones judiciales es el primer propósito que parece asomar cuando se analiza el principal motivo de la exclusión de Vilagarcía en el reparto de juzgados a nivel nacional, a pesar de las ratios tremendistas que cada año quedan reflejadas en la estadística del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ); y a tenor de otra realidad, pues a día de hoy ya hay muchos asuntos civiles programados para mediados del año 2025.

El pasado 27 de diciembre, a golpe de BOE, se dio a conocer la distribución de las nuevas unidades judiciales en toda España y solo se concedieron seis juzgados mixtos en grandes poblaciones, se aprobaron los de violencia contra la mujer en varias capitales, y se aprobó la dotación de plazas de magistrado para distintas Audiencias Provinciales, por cierto una para la sección sexta de Vigo.

A los profesionales se les quedó cara de corcho, pues esta vez contaban con muchas probabilidades en tanto que el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia y luego la Comisión Mixta alertaban del estado precario de la Justicia en la demarcación de Vilagarcía; nada nuevo, pues se lleva pidiendo desde 2010, pero esperanzador.

Luego llegaron las reacciones, tímidas, de algunos colectivos profesionales, con comunicados y declaraciones de queja, pero sin más aspavientos: nada de protestas, ni de escritos formales ante los órganos competentes o al Ministerio que ningunea no solo a Vilagarcía sino también a los partidos judiciales del rural, por mucha población que atiendan, en este caso cerca de 120.000 habitantes, tantos como la provincia de Zamora.

En suma, lo de siempre, promover una Justicia de doble velocidad o rasero que a quien perjudica es sobre todo a los ciudadanos, a los justiciables que por un sencillo juicio declarativo deben esperar nada menos que tres años y medio a que se resuelva.

Y si a ello se añade que medio a escondidas el pasado año se decidió suprimir el decanato de la Fiscalía en Cambados, un órgano que se encargaba de coordinar también la demarcación de Vilagarcía, parece que queda claro el desinterés manifiesto por una institución que debería evitar esta grave diferencia de criterios.

Cabe poner de manifiesto que pendencia, atasco, colapso, lentitud, retraso son conceptos que adjetivan el funcionamiento de la Justicia en Vilagarcía, si bien es cierto también que dependiendo del papel que a uno le corresponda le irá bien o mal, es decir el cuanto peor para unos, mejor para los contrarios.

En suma, que muy difícil será dar con la clave del asunto, a no ser que la inacción tenga como objetivo poner fin a la actual Ley de Planta y Demarcación Judicial con el propósito de que el pez grande se coma al chico, y así en breve todos los justiciables del norte de la provincia acaben en los juzgados de A Parda.

En principio, reunificar todas las sedes judiciales en la capital de provincia podría ser una buena solución para aquellos que prefieren una justicia ágil y no quieren esperar tres años y medio o cuatro a que se les convoque a un simple juicio ordinario en O Cavadelo si en la capital lo puede resolver en unos meses. En suma, denles por lo menos la oportunidad de elegir el lugar de presentación de la demanda ya que ahora no existen distancias como en el siglo XIX.

Pero si es esa la estrategia, hagan el favor de comunicarlo. Dejen de convertir en secreto los derechos de los ciudadanos. Es un nuevo atropello del que algunos son absolutamente responsables, aunque se crean que tienen un poder omnímodo.

Mejor, cierren los juzgados de O Cavadelo. Son un trampantojo.

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