Mareas vivas: 2024 será un año propicio para las inundaciones

Se esperan notables subidas del nivel del mar en plena temporada de lluvias

Una inundación reciente en Vilagarcía, provocada al coincidir las intensas lluvias con marea llena. |   //  FDV

Una inundación reciente en Vilagarcía, provocada al coincidir las intensas lluvias con marea llena. | // FDV / Manuel Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

En las últimas semanas el tren de borrascas que azotó Galicia causó numerosos daños. Muchos tienen relación con las copiosas e incesantes lluvias y, sobre todo, con el hecho de que coincidieran en el tiempo con los momentos de pleamar más intensa.

Esto hizo que el agua se comiera playas, paseos, parques e incluso carreteras a lo largo y ancho de la costa gallega.

Cuando eso sucedió, el nivel del mar era de unos 4 metros sobre lo que se conoce como línea de bajamar escorada.

Esto explica los problemas registrados, ya que las alturas máximas suelen situarse entre 1,50 y 3,00 metros sobre la línea de bajamar escorada, siendo ya muy significativas las mareas vivas que permiten alcanzar los 4 metros, como en esta ocasión.

Pero si eso causó trastornos, mucho peor pueden ir la cosas el año que viene, ya que en plena época de lluvias se esperan mareas no de 4, sino de hasta 4,20 metros sobre la línea de bajamar escorada.

Tabla de mareas

Con la tabla de mareas en la mano, lo más aconsejable parece tomar medidas preventivas ante lo que está por venir.

Sobre todo en febrero, cuando la pleamar se situará en 4 metros el día 10, para subir a 4,10 al siguiente, alcanzar los 4,20 metros el 12 y situarse de nuevo en 4,10 el día 13, en todos los casos entre las cuatro y la seis de la madrugada.

Una situación semejante se vivirá en marzo, también de madrugada, con 4,10 metros el día 10, 4,20 el 11, otros 4,20 el 12 y 4,10 metros el 13 de marzo.

Y si esos dos meses son propicios para las precipitaciones, lo mismo puede decirse de abril, cuando los días 8, 9 y 10 se esperan topes igual de altos, es decir, de 4,10 y 4,20 metros sobre la línea de bajamar escorada.

Toallas sin playa

Los 4,10 también se alcanzarán los días 21 y 22 de agosto entre las seis y las siete de la tarde. En buena lógica, en esas jornadas el riesgo no parece estar en las inundaciones, ya que no hay demasiadas probabilidades de que se registren lluvias copiosas.

El problema en pleno estío estará en el poco espacio que va a quedar en muchas playas para estirar las toallas.

Coches atrapados

Habrá que ver, incluso, cuántos coches quedan atrapados por el agua tras ser estacionados en zonas que acaban cubiertas por las mareas vivas, como sucede cada verano.

Un coche atrapado por las mareas vivas.

Un coche atrapado por las mareas vivas. / FdV

Los últimos episodios llamativos de pleamar se vivirán del 16 al 19 de octubre, en “funciones” de madrugada y tarde y con máximas de 4 y 4,10 metros.

En definitiva, y volviendo al principio, que el año que viene habrá numerosas jornadas especialmente complicadas en la comarca y la ría.

Sobre todo, cabe insistir, si los acusados episodios de pleamar descritos, y alguno más, coinciden con unas lluvias tan copiosas como las que dejaron últimamente las borrascas Babet, Celine, Aline, Ciarán y Domingos.

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Las mareas no suelen alcanzar el cero hidrográfico, y lo frecuente es que el nivel del mar baje hasta los 0,50 y, ya si lo hace de forma acusada, incluso hasta los 0,40 o 0,30 metros sobre la línea de bajamar escorada.

Eso en jornadas puntuales, ya que durante el resto del año la bajamar se sitúa en torno a 1 metro, ya sea por debajo o por encima.

¿Qué va a suceder en 2024? Pues que en febrero el nivel bajará hasta 0,20 los día 11 y 12 por la mañana, quedándose en 0,30 casi a medianoche.

Y más que descenderá en marzo, con 0,10 los días 11 y 12, también de mañana, y 0,20 durante la noche.

De nuevo habrá registros de 0,20 y 0,30 en abril, se situarán entre 0,10 y 0,30 a mediados de septiembre y volverán a ser acusados entre el 16 y el 19 de octubre.

¿Que significa esto? Pues que las bajamar más grandes son buenas “secas”, es decir, que propician el trabajo de los mariscadores y los bateeiros que extraen mejilla en el litoral.

Pero solo si se producen en horario matinal, ya que si se registran de noche lo único que consiguen es animar a los furtivos.

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