PORTUGAL

Tres viajes icónicos en el norte de Portugal para (re) descubrir en un día

A apenas una hora de Galicia, además de naturaleza o miradores espectaculares, los tres regalan una experiencia inigualable a los visitantes en el viaje hacia sus cimas

Vista de la empinada subida del Elevador do Bom Jesus, un transporte único en el mundo.

Vista de la empinada subida del Elevador do Bom Jesus, un transporte único en el mundo. / Cofradía do Bom Jesus do Monte

Alberto Blanco

Alberto Blanco

Rincones ocultos. Sendas secretas. Pueblos desconocidos. Nuevas y mágicas pasarelas de madera en medio de la naturaleza... La localización de parajes misteriosos, poco conocidos o casi inexplorados está al orden del día cuando llega el fin de semana. Al igual que lo está poner el ojo en Portugal para pasar días libres. Pero esta búsqueda de planes centrada en lo nuevo o insólito aparta muchas veces la vista de planazos de toda la vida a otro lado del Miño. Lugares que a día de hoy siguen conservando la magia y el atractivo tras décadas de historia. Enclaves consolidados perfectos para descubrir o redescubrir con niños, en pareja, en familia o con amigos en una escapada a apenas una hora de viaje tras cruzar la frontera y que nunca defrauda.

Tres de las grandes ciudades del norte de Portugal, Braga, Viana do Castelo y Guimarães, están entre las más visitadas por los gallegos en el norte de Portugal. Y las tres destacan, además de por su belleza, historia, gastronomía o cultura, por ofrecer a los turistas tres viajes de altura hacia espectaculares miradores. Paseos en un medio de transporte único en el mundo, como en el caso de Braga; en el elevador más largo de Portugal (mayor que los de Lisboa) o en un vertiginoso teleférico de casi dos kilómetros de longitud (el único al norte del Duero) que eleva a los visitantes hasta los 600 metros en Guimarães.

El 25 de marzo de 1882, a escasos kilómetros de la frontera de Galicia, se ponía en marcha el primer funicular de la Península Ibérica. Fue una revolución en Portugal. Casi 142 años después, sus dos vagones continúan subiendo y bajando. Y lo hacen como antaño. Sin interruptor alguno. Sin rastro de corriente eléctrica. Con la misma fuerza ecológica con la que nació y que lo convierte en una joya única en el mundo. ¿Su motor?, agua y gravedad. Nada más.

Elevador do Bom Jesus (Braga)

140 años de un funicular único en el mundo

Alberto Blanco

Se trata del elevador del Bom Jesus do Monte de Braga. El popular santuario de Portugal —Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y uno de los sacro-montes más importantes de Europa— esconde también esta joya de la ingeniería a escasos kilómetros de Galicia (menos de 1 hora en coche). Un funicular que sigue en activo 142 años después y que es único en el mundo.

¿Por qué es único?

El elevador del Bom Jesus salva una pendiente del 42% y recorre 275 metros hacia lo alto del santuario.

El elevador del Bom Jesus salva una pendiente del 42% y recorre 275 metros hacia lo alto del santuario. / Alberto Blanco

El elevador salva una pendiente del 42% y una altitud de 100 metros. No hay potencia eléctrica alguna. Sus dos vagones recorren una empinada cuesta de 275 metros de longitud con hasta 39 personas a bordo gracias al agua y la gravedad. Nada más. Es una parada obligatoria si se visita Braga.

Actualmente sería el único en el mundo de contrapeso hidráulico que continúa operativo con agua procedente de fuentes y minas naturales. Por esto último (a excepción de en épocas de sequía) no es preciso ni utilizar energía para bombearla, ni tampoco se surte de la red pública, como sí hace alguno de los pocos elevadores de contrapeso hidráulico existentes en el planeta (en Inglaterra, Alemania o Suiza, principalmente).

Con el agua procedente de minas naturales se llena también el popular lago del Bom Jesus. Y desde allí se canaliza hacia un depósito ubicado a los pies de la parte alta del elevador. Ese es el surtidor que le aporta la fuerza motriz.

Casi 6.000 litros de agua en cada vagón

Cada vagón tiene un depósito de agua con capacidad para casi 6.000 litros. Los pasajeros se suben, el conductor llena de agua el vagón superior, suelta los frenos y la gravedad hace el resto. El mayor peso de uno empuja al otro hacia la cima. Al llegar a la parte baja, se vacía el depósito y se repite la misma acción con el vagón que llega vacío de agua a la cima.

El viaje dura unos 4 minutos y el billete de ida cuesta 1,5 euros

El viaje dura entre 3 y 4 minutos y el precio es de 1,5 euros si solo se realiza la ida; y de 2,5, si se apuesta por ida y vuelta. En cualquier caso, no se debe descartar la opción de subir o bajar caminando haciendo el vía crucis de la espectacular escalinata de la que presume el Santuario del Bom Jesus do Monte y que puedes ver en el vídeo bajo estas líneas.

Historia de Elevador del Bom Jesus

El elevador fue diseñado por el ingeniero suizo Nikolaus Riggenbach a iniciativa del empresario bracarense Manuel Joaquim Gomes (1840-1894). "Fue un hombre que en el siglo XIX supo entender lo que era el verdadero progreso, empleando su inteligencia en la creación de empleos", destacan en la Cofradía del Bom Jesus.

El elevador se construyó con el objetivo de sustituir a la compañía de "carros americanos" de Braga, que consistían en vehículos que circulaban sobre raíles tirados por caballos y bueyes y que fueron los antecesores de los actuales tranvías eléctricos.

Vista actual del elevador del Bom Jesus do Monte de Braga.

Vista actual del elevador del Bom Jesus do Monte de Braga. / Cofradía Bom Jesus

Su construcción se inició en marzo de 1880 con la colaboración del ingeniero luso de ascendencia francesa Raul Mesnier Du Ponsard y culminó dos años después. El 25 de marzo de 1882, hace exactamente 140 años, se inauguró esta joya de la ingeniería portuguesa del siglo XIX.

Teleférico de Guimarães

Es el único teleférico de Portugal al norte del río Duero. Nada que ver con el de Gaia que se ubica frente a la ribera de Oporto. Este es mucho más largo, alto, se enclava en medio de la naturaleza y está más cerca de Galicia.

Vista de las cabinas del teleférico de Guimãraes.

Vista de las cabinas del teleférico de Guimãraes. / Turismo de Guimarães

En la comunidad gallega no hay ningún medio de transporte como este. Pero el de Portugal está a solo una hora en coche desde la frontera con Tui, con lo que es un plan de vértigo para una escapada de un día. Pero si se quiere alargar el viaje, también se puede: el teleférico es solo uno de los muchos atractivos que ofrece esta zona del país vecino.

Se trata del Teleférico de Guimarães, ciudad que presume de ser la cuna del país vecino: "Aquí Nasceu Portugal". Esta popular frase sobre una de las murallas de la ciudad ya da una buena pista sobre las joyas históricas que los visitantes podrán disfrutar en esta pequeña población del norte luso cuyo centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

¿Cómo es el teleférico?

Dos cabinas del teleférico con el Castillo de Guimarães al fondo.

Dos cabinas del teleférico con el Castillo de Guimarães al fondo. / Turipenha

El teleférico de Guimarães se promociona como el primero que entró en funcionamiento en Portugal. Fue el 11 de marzo de 1995. A punto de cumplir 30 años, continúa funcionando con algunas mejoras (bajo estas líneas o este enlace puedes viajar en él con un vídeo a vista de dron).

En sus cabinas de puede llegar desde la ciudad de Guimarães hasta la famosa Montaña da Penha, donde se ubica uno de los santuarios más visitados en el norte del país (Nossa Senhora do Carmo da Penha).

Además de la ciudad de Guimarães, los visitantes tienen también muy cerca el espectacular Bom Jessus de Braga, ciudad en cuyo distrito está integrada Guimarães y donde se puede disfrutar también de su empinado elevador, una joya ecológica con más de 140 años de historia.

El teleférico realiza un recorrido de 1.700 metros desde la la ciudad de Guimarães hasta el extraordinario Santuario de Nossa Senhora do Carmo da Penha, ubicado a más de 600 metros de altitud. En la cima, además del templo de estilo Art Deco, los visitantes pueden disfrutar de un enorme espacio en medio de la naturaleza donde hay restaurante, cafetería, circuitos de bicicletas (de las 40 cabinas del teleférico, 8 están adaptadas para subir bicicletas), senderos peatonales, mini-golf e incluso un camping.

Vista del santuario de Nossa Senhora da Penha, hasta donde llega el teleférico de Guimarães.

Vista del santuario de Nossa Senhora da Penha, hasta donde llega el teleférico de Guimarães. / Turipenha

El viaje en teleférico entre Guimarães y la Montaña da Nossa Senhora da Penha dura aproximádamente diez minutos. Si quieres ver todo lo que puedes hacer al llegar a lo más alto del monte, puedes acceder a un mapa completo en este enlace.

Horario y precios

Durante la temporada de invierno (del 1 de noviembre al 31 de marzo) el Teleférico de Guimarães abre solo los viernes, sábados y domingos entre las 10.00 y las 17.30 horas. En verano abre casi todos los días (puedes consultar los horarios completos según fecha en la página oficial).

Vista del teleférico con la ciudad de Guimarães al fondo.

Vista del teleférico con la ciudad de Guimarães al fondo. / Turipenha

Los precios para visitantes (no residentes) son los siguientes:

  • Adultos: 7,5 euros ida y vuelta / 4 euros solo ida.
  • Niños (6-11 años): 3,5 euros ida y vuelta / 2 euros sola ida.
  • Niños (0-5 años): Gratis.

Elevador de Santa Lucía

Los funiculares de Lisboa se llevan la fama. Para millones de turistas son, junto con los tranvías, uno de los muchos encantos de la capital de Portugal. Algunos, casi secretos, como sus 'catacumbas'. Pero el elevador más largo del país vecino no está en el sur, sino en el norte. De hecho, también más cerca del Miño que del Tajo está también el más antiguo de la Península Ibérica. Ambos, a menos de una hora de Galicia.

Aunque estuvo muchos meses cerrado por obras, el pasado verano celebró su centenario y reabrió.

Probablemente muchos gallegos ya se han subido en él en más de una ocasión para salvar los empinados 650 metros que permiten llegar a la cima de uno de los puntos turísticos más famosos y visitados de Viana do Castelo: el monte de Santa Lucía.

Fue un 2 de junio de 1923 cuando el Elevador de Santa Lucía, uno de los más pintorescos de Portugal, comenzó a escalar y transportar viajeros por la falda del mágico entorno natural coronado por el santuario cristiano dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.

Las diferentes reformas que se llevaron a cabo a lo largo de sus ya casi cien años de historia cambiaron por completo los dos vagones que suben y bajan. Pero no así el recorrido ni tampoco la Estación del Elevador de la parte inferior, que luce con la belleza arquitectónica de antaño.

Una de las peores etapas del elevador de Santa Lucía comenzó en 2001, cuando finalizó una de las concesiones de la empresa que lo explotaba y dejó de funciona acelerando su degradación. Pero en 2005 fue transferido a la Cámara Municipal de Viana do Castelo y fue rehabilitado. Además de su modernización y de mejoras técnicas, se construyó también una senda peatonal a lo largo de todo su recorrido.

Foto histórica del elevador de Santa Lucía.

Foto histórica del elevador de Santa Lucía. / Camara Municipal Viana do Castelo

Histórico y moderno

Según destaca la Cámara Municipal de Viana en su página web oficial, es el más moderno de los ocho activos en Portugal. Vence un desnivel de 160 metros con una inclinación media de 25% y recorre 650 metros en un trayecto de unos siete minutos de duración.

Ficha técnica del Elevador de Santa Lucía.

Ficha técnica del Elevador de Santa Lucía. / Cámara Municipal de Viana do Castelo

VÍDEO: Un viaje en el elevador

Aquellas personas que no se hayan subido nunca al Elevador de Santa Lucía, sí pueden vivir la experiencia a través de la pantalla de sus ordenadores o teléfonos móvil. En internet hay multitud de vídeos que muestran un viaje completo a bordo de este funicular de Portugal. Es el caso, por ejemplo, del publicado por la web Olhar Viana do Castelo (www.olharvianadocastelo.pt) y que puedes ver en este enlace o bajo estas líneas.

Pero más allá de la experiencia de subirse al elevador más largo de Portugal, los visitantes también podrán disfrutar en la cima de un espectacular mirador sobre Viana do Castela y el océano Atlántico junto al santuario del Sagrado Corazón de Jesús, en el alto de Santa Luzía. Es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad lusa.