Miradores de Portugal: la muerte del Miño hecha arte

Ruta por cinco de los mejores balcones para admirar la desembocadura del río Miño

Alberto Blanco

Alberto Blanco

Desde su nacimiento en la lucense Sierra de Meira, hasta su muerte, en A Guarda, el río Miño baña más de 300 kilómetros de las provincias gallegas de Lugo, Ourense y Pontevedra. En los costados se su largo cauce puede se alzan multitud de balcones desde los que puede disfrutarse de vistas impresionantes. Pero probablemente es justo al final, con Galicia y Portugal hermanadas por sus aguas, donde se alzan algunos de los mejores. Miradores desde los que la muerte de Miño se convierte en arte.

Santa Tecla es el mirador por excelencia para deleitarse con la fusión entre el Miño y el inmenso Océano Atlántico. Sus más de 340 metros de altitud ofrecen una vista de 360º hacia el valle del Miño, la costa de Portugal y Galicia, pero también hacia su interior. La visita, sin lugar a dudas, es obligatoria. Pero al otro lado de la frontera no son pocos los balcones que 'compiten' con el espectáculo de luz y color que regala Santa Trega.

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Miradores de Portugal

MIRADOR DO CERVO.

Uno de los miradores más emblemáticos desde los que se puede disfrutar de una panorámica idílica del Miño antes de su muerte en el Atlántico está en Vila Nova de Cerveira. De hecho, en los últimos año se convirtió en todo un fenómeno de masas después de que en su cumbre instalaran un enorme columpio (en portugués, baloiço).

Aunque este atractivo balanceante tuvo que ser retirado, la cima no perdió para nada el atractivo paisajístico que ya regalaba a los visitantes antes del columpio: una impresionante panorámica con el Miño discurriendo hacia su fin con Portugal y Galicia a ambos lados de su cauce y Santa Tecla al fondo. Todo ello, coronado por la escultura do Cervo.

Vista del Miño, con Portugal y Galicia a cada lado, desde el mirador de Cervo en Vila Nova de Cerveira.

Vista del Miño, con Portugal y Galicia a cada lado, desde el mirador de Cervo en Vila Nova de Cerveira. / Shutterstock

MIRADOR PORTA DO ESPÍRITO SANTO

Muy cerca del Mirador do Cervo, sin abandonar el techo Vila Nova de Cerveira, está otro de los balcones que regalan una magnífica postal del río Miño. Se trata del mirador Porta do Espítio Santo.

Vista del Miño desde el mirador Porta do Espírito Santo, en Vila Nova de Cerveira (Portugal).

Vista del Miño desde el mirador Porta do Espírito Santo, en Vila Nova de Cerveira (Portugal). / Shutterstock

Las vistas son similares a las del mirador do Cervo, pero este punto ofrece a los visitantes una foto diferente gracias a la puerta que corona este enclave y que forma parte de las ruinas de una capilla que se levantaba en este enclave.

MIRADOR DE SANTO ANTÃO

A casi 400 metros de altitud, el mirador de Santo Antão podría decirse que es el gran rival portugués del mirador de Santa Tecla.

Ubicado ya casi sobre la desembocadura del Miño, elevado a espaldas de Caminha, presume de unas extraordinarias vistas no solo del río, sino también de la inmensidad del océano Atlántico. Desde este punto, al igual que desde cualquiera de los otros miradores, las puestas de sol te dejarán (todavía más) boquiabierto.

Vista del Miradouro de Santo Antão, en Caminha (Portugal).

Vista del Miradouro de Santo Antão, en Caminha (Portugal). / Câmara Municipal de Caminha

Los visitantes podrán también visitar en esta colina la capilla de Santo Antão, de principios del siglo XVIII y que fue reconstruida en 1775.

MIRADOR DA FRAGA

También en Caminha, en la freguesía (parroquia) de Vilarelho, se esconde un mirador que regala una de las mejores panorámicas de la desembocadura del Miño con vistas al Bosque Nacional de Camarido, Santa Tecla a la derecha o las playas de Moledo, Camarido y A Foz. De frente sobresale el imponente Forte da Ínsua.

Mirador da Fraga, en Caminha (Portugal).

Mirador da Fraga, en Caminha (Portugal). / Câmara Municipal de Caminha.

MIRADOR SINO DE MOUROS

Finalmente, una de las paradas obligatorias si se visita Caminha, es el mirador Sino de Mouros. Ubicado más próximo al Atlántico que los otros dos, permite deleitarse con el romper de las olas contra la playa de Moledo y el Forte da Insua con el río Miño al fondo y Santa Tecla coronando este magnífico paisaje que regala Portugal.

Vista desde el mirador Sino de Mouros, en Caminha (Portugal).

Vista desde el mirador Sino de Mouros, en Caminha (Portugal). / Câmara Municipal de Caminha.

Otra alternativa para deleitarse con las vistas del Miño en su fase final pasa por dejar las altura a un lado y pedalear por la costa. Desde Monçao hasta Caminha, pasando por Valença y Vilanova de Cerveira, puede disfrutarse de una de las mejores ecopistas de Europa (puedes conocer más sobre ella en este enlace).