PSICOLOGÍA

TDAH: Cómo descubrir que un niño tiene déficit de atención e hiperactividad

La psicóloga Marta Guerra Corral explica cómo afrontar el diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad

TDAH: Cómo descubrir que un niño tiene déficit de atención e hiperactividad

TDAH: Cómo descubrir que un niño tiene déficit de atención e hiperactividad / Freepik

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección que afecta a entre el 4,9 y el 8,8% de los niños y adolescentes españoles.

La psicóloga especializada en TDAH Marta Guerra Corral, del Instituto Psicológico Cláritas , explica a 'Guías de Salud' los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento del TDAH.

Síntomas del TDAH

Lo primero que hay que saber es que los síntomas varían entre los niños y, a menudo, se superponen con otras condiciones, lo que hace que la identificación del trastorno pueda ser un desafío.

  • Dificultad para prestar atención. Los niños con TDAH pueden tener problemas para concentrarse en tareas y actividades, ya sea en casa o en la escuela. Pueden parecer distraídos, olvidadizos o tener dificultades para seguir instrucciones.
  • Hiperactividad. Pueden ser inquietos y moverse constantemente, incluso cuando se espera que se sienten quietos, como en la escuela o en una cena familiar.
  • Impulsividad. Los niños con TDAH pueden tener dificultades para controlar sus impulsos y pueden decir o hacer cosas impulsivas sin pensar en las consecuencias.
  • Problemas sociales. Pueden tener dificultades para interactuar con sus compañeros de clase y pueden tener problemas para seguir las reglas y normas sociales.
  • Problemas de aprendizaje. Los niños con TDAH pueden tener dificultades para leer, escribir o hacer matemáticas, lo que puede afectar su rendimiento escolar.

Es importante tener en cuenta que algunos de estos síntomas pueden ser comunes en todos los niños, pero si estos síntomas persisten y tienen un impacto significativo en la vida del niño, habrá que plantearse que pueda tener TDAH.

¿A quién se debe acudir para evaluar el TDAH?

Para evaluar el TDAH en un niño o niña, lo mejor es buscar la ayuda de un profesional de la salud mental o un médico especializado en trastornos del comportamiento infantil. Los profesionales que pueden evaluar el TDAH incluyen:

En cualquier caso, es importante buscar un profesional que tenga experiencia en el diagnóstico y tratamiento del TDAH en niños.

¿En qué consiste la evaluación del TDAH?

La evaluación es un proceso que generalmente implica una evaluación médica y psicológica. El objetivo de la evaluación es determinar si se cumplen con los criterios del TDAH y determinar la gravedad de los síntomas.

Nombramos algunos pasos comunes en el proceso de evaluación del TDAH, aunque estos pueden variar en función de las necesidades de cada caso:

  • Historial clínico. Se llevará a cabo una recopilación de la información sobre la historia médica del niño, incluyendo cualquier condición médica, problemas de desarrollo o antecedentes familiares de TDAH.
  • Evaluación psicológica. Incluye pruebas de atención, impulsividad, e hiperactividad. Además puede incluir pruebas de inteligencia y socioemocionales.
  • Observación. Es importante obtener información del niño en diferentes entornos, como en el colegio o en casa.
  • Evaluación médica. Se recomienda hacer un examen médico para descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas.
  • Evaluación de los padres y el tutor del colegio. El profesional debe hablar con los padres y tutor/a del niño para obtener información adicional sobre el comportamiento del niño en casa y en el colegio.
  • Análisis de los resultados. Después de recopilar toda la información, el profesional analizará los resultados y determinará si el niño cumple con los criterios del TDAH y la gravedad de los síntomas.

¿Cómo se trata el TDAH en niños?

El tratamiento del TDAH es individualizado y puede variar según la situación de cada niño. Es importante trabajar con un profesional de la salud mental para desarrollar un plan de tratamiento efectivo para su hijo. Además, el tratamiento puede requerir ajustes y cambios a lo largo del tiempo a medida que el niño crece y enfrenta diferentes desafíos. Este tratamiento suele implicar una combinación de opciones terapéuticas, que pueden incluir:

  • Medicación. Hay algunos medicamentos estimulantes que pueden ayudar a mejorar la atención y la impulsividad, pero no todos los niños que tienen TDAH necesitan tomar medicación.
  • Terapia conductual. La terapia conductual puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades para mejorar su atención y reducir su hiperactividad e impulsividad. La terapia también puede ayudar a los padres a desarrollar estrategias efectivas para manejar el comportamiento de sus hijos.
  • Terapia cognitivo-conductual. La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades para lidiar con el estrés y la ansiedad, y mejorar su autocontrol.
  • Modificaciones ambientales. Los cambios en el ambiente, como la organización de la tarea y la reducción de distracciones, pueden ser muy beneficios para los niños que tienen TDAH.

¿Qué papel juegan las técnicas de relajación?

Se pueden utilizar una gran variedad de estrategias en el tratamiento psicológico del TDAH, siempre usando solo aquellas que sean necesarias en cada caso. Algunos ejemplos son:

  • Psicoeducación sobre el TDAH: Implica proporcionar información sobre el TDAH y enseñar habilidades específicas a los niños y sus padres para manejar los síntomas del TDAH en casa y en el colegio.
  • Estimulación de las funciones ejecutivas, la atención y la memoria
  • Psicoeducación emocional: Proporcionar información sobre las distintas emociones y su manejo. Añadiendo además un trabajo en aumentar la autoestima en estos niños que suelen tenerla afectada.
  • Entrenamiento en habilidades sociales.
  • Entrenamiento en solución de problemas.

En cuanto al papel que juegan las técnicas de relajación, estas pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento del TDAH.

Esto se debe a que el TDAH a menudo se asocia con niveles elevados de ansiedad, estrés y excitación emocional, lo que puede hacer que los síntomas del TDAH sean más difíciles de controlar.

Las técnicas de relajación, como la meditación, la respiración o la relajación muscular progresiva, pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, y promover la calma y la relajación en el cuerpo y la mente. Esto puede ayudar a los niños con TDAH a mejorar su concentración, reducir la impulsividad y mejorar su capacidad para manejar sus emociones.

¿El ambiente familiar puede estar detrás del desarrollo del TDAH?

Si bien la causa exacta del TDAH no se conoce completamente, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, biológicos y ambientales. El ambiente familiar también puede jugar un papel importante en el desarrollo del TDAH en algunos casos.

Los estudios han encontrado que los niños que experimentan estrés en el hogar, conflictos familiares, problemas de disciplina y poca supervisión de los padres son más propensos a desarrollar TDAH que los niños que crecen en hogares más estables y seguros.

Además, los niños que tienen padres o familiares cercanos con TDAH tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno. Esto puede deberse a la influencia de los genes y la exposición a ciertos factores ambientales compartidos en el hogar.

A pesar de que el ambiente familiar puede contribuir al desarrollo del TDAH en algunos casos, es importante tener en cuenta que no todos los niños que crecen en entornos estresantes o tienen familiares con TDAH desarrollan el trastorno.

Una vez se ha detectado, ¿cómo se debe actuar la familia y el entorno más cercano? ¿Cómo podemos ayudarlos?

Es esencial que la familia y el entorno cercano trabajen juntos para ayudar al niño a manejar sus síntomas y alcanzar su máximo potencial. Aquí hay algunas sugerencias sobre cómo se puede ayudar al niño con TDAH:

  • Establecimiento de rutinas estructuradas y predecibles. Esto puede ayudarles a manejar su impulsividad y a sentirse más seguros y tranquilos tanto en casa como en el colegio.
  • Limitar el tiempo del menor frente a las pantallas, sobre todo antes de dormir.
  • Fomentar la relajación, practicando ejercicios y juegos que incluyan tanto la calma como el ejercicio físico para trabajar la inquietud motora.
  • Animar al menor a que desarrolle determinadas actividades que favorezcan las funciones ejecutivas, la interacción social y la autorregulación (como la música, el teatro, el deporte o algunas artes marciales).