DERMATOLOGÍA

Picaduras en los niños: Cómo debemos reaccionar

La doctora Aniza Giacaman explica cómo actuar ante las picaduras más típicas del verano: de mosquitos, avispas o medusas

Picaduras en los niños: Cómo debemos reaccionar

Picaduras en los niños: Cómo debemos reaccionar / Freepik

Es la lucha cuando el calor se impone. Los mosquitos, esos pequeños insectos que miden entre 3 y 6 mm, vienen amargarnos al atardecer. Generalmente, casi nunca tiene más problema que un molesto y pesado picor. Aunque siempre se ha dicho que los mosquitos eligen a sus víctimas por el dulzor de su sangre, no es cierto.

Hay unanimidad al afirmar que se debe al aroma, el dióxido de carbono exhalado y las sustancias químicas en el sudor de una persona. Lo comprobó un estudio hecho público en agosto de 2019, en el que estudiaron la velocidad de movimiento de sus alas para dirigirse a un estímulo olfativo o visual.

Y la velocidad fue muy superior frente al olor, aunque los dos tuvieron respuesta activa. Además, sabemos que más que la sangre, lo que “vuelve locos” a los mosquitos es el CO₂. Cuanto más exhalamos, más atractivos les resultamos.

Las picaduras de mosquitos, como explica la doctora Aniza Giacaman, de la Unidad de Dermatología del Hospital Universitaria Son Espases de Palma de Mallorca y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es uno de los motivos de consulta más frecuentes a urgencias durante el verano.

  • “Hay niños que hacen unas reacciones bastante exageradas frente a las picaduras de mosquitos, y aunque hay muchos productos repelentes, su eficacia es muy limitada, por lo que se debe optar por manga y pantalón largo”.

Este tipo de productos (repelentes, pulseras con citronela…) “pueden producir reacciones, especialmente en pacientes con dermatitis atópica”. Por eso, se recomienda usar cremas con corticoide de baja potencia para reducir la inflamación y el picor. 

Algunas de estas pomadas, que se aplican en pequeña cantidad de una a dos veces al día, no necesitan receta médica. Pero las picaduras de mosquitos no son las únicas que pueden fastidiarnos las vacaciones. Las de abejas y avispas son otras de las más temidas.

Un mosquito picando a una persona.

Un mosquito picando a una persona. / pixabay

A mi hijo le ha picado una avispa: ¿qué hago?

Este tipo de picaduras se caracterizan por producir un dolor agudo y enrojecimiento en la zona. Son una de las más delicadas debido al importante número de personas que tienen alergia a las avispas (según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica afecta al 3% de los españoles). 

Solo en estos casos, estamos ante una verdadera urgencia médica. Hay que tener en cuenta que la avispa puede utilizar su aguijón en repetidas ocasiones, mientras que la abeja, a diferencia, deja su aguijón y el saco venenoso en la piel, lo que provoca su muerte.

Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología señalan que lo primero que hay que hacer es “retirar el aguijón si está presente, raspando con la parte posterior de una tarjeta de crédito o algún otro objeto de borde recto”. No se deben utilizar pinzas, ya que estas pueden apretar el saco del veneno y “aumentar la cantidad de veneno liberado”.

La principal vía de transmisión del dengue es la picadura de un mosquito.

La principal vía de transmisión del dengue es la picadura de un mosquito. / JCOMP. FREEPIK

Las personas alérgicas al veneno de las avispas deben “llevar consigo un botiquín de emergencia de epinefrina (adrenalina)”. Los padres y familiares de niños con este tipo de reacciones, deben saber usar este medicamento para evitar un shock anafiláctico que pueda llevar a su fallecimiento. 

¿Qué hacer ante un caso de anafilaxia?

Durante un shock anafiláctico prima la rapidez. Por eso, ante la más mínima sospecha hay que avisar a los servicios de emergencia.

Y mientras acude la ambulancia es importante seguir los siguientes pasos que indica la Guía de actuación en anafilaxia:

  • Posición del paciente. Las personas que han sufrido un episodio de anafilaxia deben ser colocadas con las piernas elevadas para aumentar el retorno venoso. ¡Ojo! Esta posición no es recomendable si ha sufrido vómitos o dificultad respiratoria. En esos casos debería colocarse en posición lateral para evitar que pueda tragarse su propio vómito, al igual que si está inconsciente o con respiración espontánea.
  • Retirada del alérgeno. En el caso de reacción alérgica por picadura de abeja, retirar su aguijón.
  • Administrar adrenalina autoinyectable. También llamada epinefrina. Se administra en la parte exterior del muslo (incluso con la ropa puesta) haciendo presión y durante diez segundos. Una vez se ha retirado, se masajea la zona durante otros diez segundos.  

Picadura de medusa en niños: ¿qué debes hacer?

Las picaduras de medusas son otras clásicas del verano. Se caracterizan por lesiones inflamatorias, muy dolorosos y con picor intenso.

  • “En el caso de Physalia physalis  (carabela portuguesa) el contacto produce sensación de descarga eléctrica con parestesias y entumecimiento doloroso cuyas lesiones evolucionan como vesículas, necrosis cutánea y úlceras”. 

Este tipo de picaduras produce una pigmentación postinflamatoria que puede persistir durante meses e incluso dejar cicatriz. 

Si a tu hijo le pica una medusa, nunca se debe frotar la zona afecta con la toalla, y se debe retirar con pinzas los restos de los tentáculos y lavar la picadura con agua salada. Busca rápidamente el puesto de socorro de Cruz Roja para que revisen la herida e inicien el tratamiento adecuado. Se puede aplicar un paño frío durante 15 minutos.

Un ejemplar de ctenóforo, más conocido como medusa peine.

Un ejemplar de ctenóforo, más conocido como medusa peine. / Crédito: Alexander Semenov.

Picaduras de garrapatas: una de las más peligrosas

Las garrapatas entierran su cabeza en la piel para succionar la sangre, y ocasionan dolor, comezón y molestias donde se instalan. Pueden producir dolencias como la enfermedad de Lyme, cuya sintomatología comienza entre 3 y 30 días después de su picadura.

  • Sarpullido en la zona de la picadura, denominado eritema migratorio. Se expande lentamente día tras día y puede llegar a medir hasta 30 centímetros. No suele producir ni picor ni dolor. Es frecuente que, al tacto, se sienta caliente.
  • Fiebre.
  • Escalofríos.
  • Dolor de cabeza.
  • Fatiga.
  • Dolores musculares.
  • Rigidez del cuello.
  • Ganglios linfáticos inflamados.

En caso de picadura por garrapata, como recalcan desde la AEDV, “taponar el orificio de la lesión con aceite mineral, glicerina o vaselina para facilitar la extracción de la garrapata. Retírela una vez que se haya desprendido, con la ayuda de unas pinzas”

Si no se dispone de pinzas “hay que utilizar guantes o un trozo de plástico para proteger los dedos. No se recomienda puncionar o romperla dentro de la lesión porque se pueden producir infecciones bacterianas ya mencionadas. Tampoco el uso de cigarrillos para desprender la garrapata, no siempre es efectivo y lesionan la piel”.