Transportes evalúa posibles medidas para hacer frente a las inundaciones en la autovía de Marín

Los cortes de la PO-11 por la subida de la marea son cada vez más frecuentes y el ministerio analiza el impacto del cambio climático en este vial y en otros próximos al mar como la autopista o las carreteras N-550 y N-554

La autovía de Marín, con sus cuatro carriles inundados por la acumulación de lluvias y la pleamar.

La autovía de Marín, con sus cuatro carriles inundados por la acumulación de lluvias y la pleamar. / Rafa Vázquez

La autovía de Marín, que discurre al borde de la ría entre Pontevedra y Praceres, en Lourizán, se ha convertido en los últimos años en un escenario recurrente de inundaciones cada vez que se producen temporales y fuertes lluvias, asociadas a la subida de la marea. Las olas invaden con más frecuencia la calzada, lo que obliga a cortar el tráfico, incluso en ocasiones en los cuatro carriles de ambos sentidos. Ejemplos de estos problemas están aún muy recientes. En la recién terminada Semana Santa se produjeron cortes de este tipo, con la obligada habilitación de desvíos, pero también ocurrieron en febrero o en octubre pasados, entre otras ocasiones.

Es por ello que el Ministerio de Transportes acaba de licitar un contrato de servicios “para evaluar la resiliencia de la Red de Carreteras del Estado (RCE) ante eventos hidrometeorológicos y la gestión de inundaciones, en el marco del plan de adaptación al cambio climático”. Este plan, que se presupuesta en 4,97 millones de euros se extiende a la red viaria nacional en toda España, pero en el caso de Pontevedra se centra en la PO-11, denominación oficial de la autovía de Marín.

Sin embargo, no es la única que será objeto de análisis. Otros tramos de titularidad del Ministerio de Transportes se sitúan muy cerca del mar y en zonas que podrían considerarse inundables ante el aumento del nivel del mar y el cambio climático. Es el caso de la autopista a su paso por Poio y Pontevedra, que se ubica en rellenos sobre el Lérez, e incluso las carreteras N-550 y N-554 a su paso por Ponte Sampaio (Pontevedra) y Cobres (Vilaboa). No obstante, en estos últimos casos, las inundaciones se consideran más remotos.

El contrato que ahora anuncia el ministerio, y que se financia con cargo a los fondos europeos NextGeneration, tiene el objetivo de “estudiar los riesgos de origen hidrológico en la Red de Carreteras del Estado, así como el desarrollo de instrumentos que permitan mejorar la gestión de las inundaciones”. Transportes explica que “en las infraestructuras viarias, los riesgos hidrológicos se materializan en tipos de dos afecciones: la acumulación de agua en la calzada que imposibilita la circulación en condiciones de seguridad, dejando fuera de servicio un tramo, y el deterioro o fallo de determinados elementos y estructuras de la red”. Ambos casos se producen en la autovía de Marín.

Este contrato de servicios tiene dos fases:. La primera es el “análisis de riesgos de origen hidrológico en las carreteras de titularidad estatal e implementación de sistemas de alerta”. En esta etapa también se incluye “el estudio de inundabilidad de la RCE, con consideración del cambio climático, y se articula en torno a una serie de Puntos Inundables de Referencia (PIR), constituidos por las obras de drenaje o de paso, transversales a la carretera, con luz de vano menor que tres metros”.

Además, “también se incluirán como PIR aquellas obras de drenaje o de paso cuya luz de vano esté comprendida entre tres y diez metros que estime conveniente la dirección de contrato. Dichos PIR comprenden, además de la propia obra de drenaje transversal o de paso donde estén localizados, los tramos de carretera adyacentes que puedan verse afectados por las inundaciones”.

La segunda fase será la “elaboración de directrices técnicas para mejorar la gestión de las inundaciones. Se busca una adecuada coordinación entre los organismos envueltos en la gestión de las inundaciones y definir y estructurar las actuaciones para evitar o minimizar la afección de dichas inundaciones a la Red de Carreteras del Estado”.

Entre las actuaciones previstas figura “la recopilación y análisis de información existente, el desarrollo de la metodología de análisis de riesgos, un estudio hidrometereológico, la aplicación de la metodología de análisis de riesgos, la implementación de un sistema de alerta hidrológica, el diseño e implementación de una aplicación informática, el desarrollo del proyecto piloto, la elaboración de informes, formación, manuales, foros, la coordinación con otros organismos, y la elaboración de directrices técnicas para mejorar la gestión de las inundaciones

El contrato se ha dividido también en dos lotes, agrupados geográficamente de la siguiente forma: “Zona 1: Asturias, Extremadura, Galicia, Castilla y León, Madrid, Cantabria y La Rioja, con un presupuesto de 2.531.591,63 euros; y Zona 2: Aragón, Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla La Mancha, con un presupuesto de 2.438.699,70 euros.

Este estudio se concentra en las carreteras de titularidad estatal, en especial en la autovía de Marín, que es donde se repiten con más asiduidad estas inundaciones, por lo que no se extenderá a otras carreteras o viales con problemas parecidos pero pertenecientes a otras administraciones, como es el caso de episodios en Poio o Caldas, además de calles en Pontevedra o Vilagarcía, por ejemplo.

Un primer trimestre pasado por agua: más de 750 l/m2

El año 2023 finalizó con un balance de precipitaciones muy elevado, al acumularse en Pontevedra algo más de 1.060 litros por metro cuadrado en los meses de octubre, noviembre y diciembre, un trimestre caracterizado por el constante tren de borrascas. El actual ejercicio de 2024 también ha arrancado con un notable índice de lluvias y una sucesión de temporales que, por ejemplo, han frustrado buena parte de las procesiones de la Semana Santa.

El primer trimestre de este año se ha cerrado con más de 750 litros por metro cuadrado y de los 90 días transcurridos de este ejercicio, ha sido necesario el paraguas en más de cincuenta, es decir, casi en el 60% de todas las jornadas. El mes de marzo se despidió con tormentas eléctricas que dejaron gran cantidad de rayos en las Rías Baixas y ayer se repitieron las lluvias, algunas de ellas fuertes. Las previsiones apuntan a que se acerca una nueva borrasca por el océano Atlántico que trae hoy un frente frío. De hecho, está activada una alerta amarilla por olas y viento en el mar y fuertes rachas y lluvia en tierra.Se apunta a que el miércoles habría esa breve pausa, con abundantes nubes y escasas precipitaciones, aunque en la segunda mitad de la semana, Galicia continuará en la influencia de bajas presiones y de vientos húmedos que harán que se mantengan las precipitaciones, más intensas y persistentes.

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