Los institutos valoran positivamente el veto a los móviles: “Hay alumnado totalmente enganchado”

El 76% de los centros ya aplicaba la prohibición o había restringido el uso de los teléfonos en el recreo | La gran mayoría de los profesores considera que el uso es “contraproducente” y provoca importantes tensiones

Jóvenes acosan a un compañero y graban la agresión con un móvil.

Jóvenes acosan a un compañero y graban la agresión con un móvil. / AEPAE

El Consello de la Xunta aprobó el pasado diciembre extender a la totalidad de la jornada escolar a prohibición de uso de móviles vigente en Galicia desde el año 2015 para los períodos lectivos, es decir, en las aulas. El veto entró en vigor a la vuelta de las pasadas vacaciones de Navidad, y tras las primeras semanas la impresión mayoritaria de los directores es que la medida está teniendo un resultado muy positivo.

En el momento en que la Consellería de Cultura, Educación y Universidades trasladó la medida a la Xunta Autonómica de Directores (donde están representada los centros públicos), a los concertados y a los responsables de las asociaciones de padres, el 76% de los institutos ya aplicaba la prohibición o había restringido el uso de móviles en los recreos.

Es el caso de la mayoría de los centros de Pontevedra, como el IES Torrente Ballester. Su directora, Silvia Miranda, explica que “nosotros ya antes de la entrada en vigor no teníamos el uso de móviles permitido, porque la legislación gallega lo posibilitaba y lo consideramos algo necesario”.

Es una de las profesionales que ha ejercido en otros centros donde sí se permitía el uso del móvil y considera que la prohibición es positiva “porque vemos que hay alumnado que está totalmente enganchado” y las horas en las que no se les permite estar pendientes de los dispositivos electrónicos “les vienen bien”.

¿En qué beneficia a los adolescentes una moratoria en el uso del móvil? La docente apunta a que “les facilita hablar con otros, en un lugar donde están permitidos a lo mejor están en el recreo con la cabeza metida en el móvil, jugando en línea, y no interaccionan entre ellos, no juegan”. En el IES Torrente Ballester “desde el primer momento” percibió la diferencia: “Están en el patio, conversan, van a la biblioteca… Hacen otro tipo de actividades en vez de estar absorbidos por la tecnología”.

También destaca que los estudiantes se concentran mejor. “En el otro centro a lo mejor en el cambio de clase, entre que sale un profesor y entra otro, ya enseguida estaban con el móvil y costaba que volviesen a la temática de clase y que tuviesen todo preparado”.

Silvia Miranda, directora del IES Torrente Ballester: “Que no esté permitido ayuda contra el acoso”

Ese tiempo de cambio de clase es otra oportunidad para que los alumnos mantengan la comunicación entre ellos, que la docente refiere como un aspecto decisivo. “Hoy en día todo es muy digital”, explica en este punto, “y mucha comunicación la plantean a través de WhatsApp o de otras aplicaciones y aquí el centro les obliga a comunicarse entre personas”.

Al anunciar la prohibición la Consellería de Educación señalaba que el objetivo es “avanzar en la responsabilidad compartida de un uso seguro y saludable de las nuevas tecnologías, así como en el fomento de la ciudadanía digital responsable en la infancia y en la adolescencia, y compaginar esto con las potencialidades de aprendizaje que ofrecen estas herramientas. Por tanto, la decisión se enmarca en la línea prioritaria de la Xunta de consolidar la convivencia positiva como estilo educativo, tal y como marca la Estratexia Galega de Convivencia Escolar 2025 y el Plan Integral contra o Acoso e o Ciberacoso escolar”.

Es un aspecto en el que también incide la directora del IES Torrente Ballester. “Es algo muy importante: el que no esté permitido el móvil también ayuda en contra del acoso, porque en cualquier momento puede haber una foto o algo que se pueda subir a las redes o, aunque no se suba, porque eso lo podemos detectar, puede servir para meterse con un compañero. Facilita que graben, por ejemplo, en los baños o cualquier otra circunstancia que suceda en el centro y sirva para hacer bullyng”.

La prohibición tampoco ha afectado en el caso del IES Sánchez Cantón, que ya había vetado los móviles. El director, Carlos Rodríguez, señala a FARO que “no nos afectó prácticamente en nada, para nosotros estaba prohibido, estaba aceptado por las familias también, y como en la ESO tienen el ordenador que proporciona la Xunta realmente no necesitan usar el móvil para nada. Pueden traerlo, pero no utilizarlo, tampoco en los recreos, la norma simplemente confirmó lo que estábamos haciendo”.

De Paz Mucientes, directora en funciones del IES A Xunqueira II: “El móvil siempre es un motivo de conflicto”

El escenario cambia cuando se trata de centros de Formación Profesional cuyos alumnos son mayores de edad. En el CIFP Montecelo el 60% de los matriculados tienen más de 18 años. El director, Miguel Carballa, explica que “intentamos dar cumplimiento a la norma, pero las características de nuestro centro hacen que tengamos estudiantes incluso de 30 o más años; y en principio se regula para que no se usen los móviles para las redes sociales pero como teléfono tradicional, para hacer llamadas en el recreo, la prohibición sería excesiva, sobre todo para algunos que están pendientes de una llamada para un puesto de trabajo. Y en las aulas ya antes de salir la ley estaba prohibido salvo que el profesor lo autorizase para un trabajo específico”.

“Tiene que estar prohibido”. La directora en funciones del IES Xunqueira II, María de la O De Paz Mucientes, coincide con la gran mayoría de sus compañeros en que debe vetarse el móvil en los centros educativos. “Aquí la prohibición está funcionando bien”, explica, “porque ya en nuestro reglamento de régimen interior la teníamos, con lo que no hay mucha novedad” ligada a la nueva directriz de Educación.

Es una de las profesionales que subraya que el uso del móvil “es contraproducente totalmente, sobre todo en primero y segundo de la ESO, incluso en tercero, es siempre un motivo de conflicto porque lo usan mal. Aquí en el centro, salvo que se necesite para una actividad académica en concreto, está prohibido, y tenemos muchos conflictos y menos problemas si no se utiliza”.

Y es que los profesionales refieren problemas de todo tipo ligados a estos dispositivos: riesgos vinculados a fotografías, acoso entre alumnos, más distracciones, incluso imágenes del profesorado divulgadas sin autorización. El móvil, coinciden, no puede tener cabida en las aulas.

Problemas ligados al mayor esfuerzo visual desde edades tempranas y a la génesis de trastornos de ansiedad

Profesores, pero también psicólogos u ópticos defienden con distintos argumentos la limitación de las pantallas. El optometrista Abel Cons señalaba recientemente a FARO que la iniciación en el uso de móviles y PCs en los niños españoles está siendo excesivamente temprana. “En el propio sistema educativo vemos que en las clases de los niños de Primaria se les instauran ordenadores”, lamenta, “cuando antes lo hacíamos con pizarras ahora empezamos con ordenadores desde edades muy tempranas. Y eso al final exige un esfuerzo mucho más grande a nuestro sistema visual”. Por su parte, los profesores y psicólogos apuntan a la génesis de trastornos mentales.

La directora del IES Torrente Ballester coincide en la recomendación de retrasar todo lo posible los contactos con las pantallas. Destaca que “cuando son pequeños, no están preparados para esos estímulos tan fuertes que reciben desde el móvil, las imágenes tan rápidas. Pero a medida que van creciendo, por lo que he visto en los juegos que hay, se les brinda todo el rato recompensas que son inmediatas”.

Silvia Miranda hace hincapié en que los niños y adolescentes expuestos continuamente a estos estímulos “tampoco se aburren, y todo eso -el no tener tiempo para ellos, para aburrirse, para pensar, sino el obtener todo de modo inmediato- a medida que crecen contribuye a los problemas de ansiedad. Creo que el móvil desde edades muy tempranas, esa opción de conseguir ya las cosas, provoca que después, de adultos, no tengan tanta paciencia para conseguirlas, para buscarlas, y lo quieran todo con inmediatez. Eso hace que se frustren con mayor facilidad y también les genera, desde mi punto de vista, mayor ansiedad”.

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