Entrevista |

“La Princesa de Asturias vivirá exactamente igual que el resto de guardiamarinas”

La Escuela Naval Militar prepara los actos de su 80 aniversario y la llegada de Leonor de Borbón

El capitán de navío Pedro Cardona Suanzes.   | // GUSTAVO SANTOS

El capitán de navío Pedro Cardona Suanzes. | // GUSTAVO SANTOS / Ana López

En julio de 1943 la Escuela Naval Militar se traslada de San Fernando (Cádiz) a Marín, su actual emplazamiento. Son ocho décadas de formación en la ría de Pontevedra, aunque su verdadero origen se remonta a la Real Compañía de Guardias Marinas de 1717 bajo el reinado de Felipe V. Entre los hitos que han marcado su historia destacan el paso por las instalaciones marinenses del ahora rey emérito Juan Carlos I, en la promoción entre 1954 y 1959, y de su hijo, el actual Jefe del Estado, Felipe VI, que recibió en el mes de julio de 1989 los despachos de Teniente de Infantería y Alférez de Navío.

–Son 80 años de formación en la Escuela Naval Militar de Marín, ¿qué significa esta efemérides para ustedes?

–Hace mucho tiempo la Armada comprendió la importancia de la formación de su personal. Le pondré un ejemplo. Hacia 1500 ya había cátedras de astronomía para formar a nuestros navegantes. La formación de calidad, la búsqueda de la excelencia si quiere llamarlo así, está en nuestro ADN y esa búsqueda nos ha llevado a cambiar el emplazamiento de la Escuela Naval y la manera de formar a nuestros guardiamarinas en incontables ocasiones. Pues bien, el hecho de que la Escuela lleve ya 80 años en Marín significa que, por fin, hemos dado con el lugar adecuado. Solemos decir que la ría es nuestra mejor aula. Además, Marín ha dejado una huella profunda en la Armada por el cariño con el que nos acoge, generación de oficiales tras generación de oficiales, y porque en esta villa pasamos, sin duda, algunos de los mejores años de nuestras vidas, mientras nos preparamos para servir a los españoles.

– ¿Qué hitos destacaría durante estas ocho décadas de la Escuela?

–Sé que debería contestar con algunos hitos históricos, con algunos hechos relevantes que hayan pasado en la Escuela. Pero, desde mi punto de vista, el centro de la Escuela y de todo lo que pasa en ella son los alumnos, nuestros guardiamarinas. Por tanto, los hitos que de verdad valoro son aquellas pequeñas cosas que tienen un gran significado para ellos: su primera salida de francos vestidos de blanco, plenamente conscientes del respeto que deben tener al uniforme; el acto de entrega de sables de los padrinos a los ahijados, acto lleno de simbolismo; el nombramiento público de aquellos alumnos que se han distinguido en todas las facetas de su formación, a los que llamamos con cariño “nudos” o alumnos distinguidos; la llegada de una promoción en el Juan Sebastián Elcano, tras un proceso de maduración muy profunda a lo largo de su crucero de instrucción; o los actos del Día del Carmen, de nuestra Patrona, en la que unos certifican su compromiso con España y los españoles, jurando bandera, y otros se despiden de Marín para comenzar una vida de servicio. Esos son los hitos que yo destaco y que a mí me emocionan.

–¿De qué modo cree que ha marcado la historia de la Escuela Naval el paso por Marín de Juan Carlos I y de Felipe VI?

–Pues como se puede imaginar, el hecho de que los dos últimos Jefes de Estado hayan pasado parte de su formación aquí es, a la vez, un orgullo y una responsabilidad. Nos obliga a que la excelencia sea mucho más que una frase. Para Marín, además, ha supuesto establecer una relación de sincero afecto entre el rey y la villa.

–Por su parte, la princesa de Asturias ha comenzado ya su formación militar... ¿Cómo se prepara la Escuela para su llegada? ¿Qué cambios supondrá en la organización del centro?

–La Princesa de Asturias es la heredera de la Corona y, por tanto, ejercerá el mando supremo de las Fuerzas Armadas, tal y como establece nuestra Constitución. En ese sentido, durante el curso que viene debe adquirir los conocimientos navales necesarios a través de un exigente plan de estudios que ya estamos diseñando. Sin embargo, creo que hay otra faceta de su formación en la Escuela que es más importante que la meramente académica: su formación en valores. Lo expresa mucho mejor que yo el comunicado de la Casa Real en el que se anunciaba la formación militar de la princesa, cuando citaba, explícitamente, el refuerzo a su espíritu de servicio, a su entrega, al fomento de virtudes como la lealtad, el valor, el compañerismo, la disciplina o de principios como la responsabilidad, la ejemplaridad o la austeridad.

En cuanto a la segunda parte de su pregunta, no habrá cambios de organización o de otra índole por su presencia entre nosotros..

–¿Se sabe ya en qué fecha exacta de 2024 será?

– Pues aún no. El calendario del curso 2024-2025 aún no está publicado y, por tanto, no está decido el día en que los guardiamarinas se presentarán a bordo de la Escuela. De cualquier modo, será muy similar a las fechas de incorporación de los alumnos de estos años anteriores.

–Y una curiosidad: ¿tendrá una habitación propia o compartirá con compañeras? ¿Sus horarios serán exactamente igual al de sus compañeros/as?

– Sí, comprendo la curiosidad. La respuesta es muy sencilla: vivirá exactamente igual que el resto de guardiamarinas, por dos motivos fundamentales. El primero es que no tenemos habitaciones especiales. Solo tenemos habitaciones para alumnos. Punto. La Princesa de Asturias, por tanto, ocupará una de ellas en la zona de alojamientos femeninos. Las habitaciones, que nosotros llamamos “camaretas”, son de cuatro personas. El segundo motivo es el más importante: la Casa Real ha sido muy explícita sobre la aportación que este periodo de formación militar debe suponer para la formación en valores de Su Alteza Real. No se puede inculcar espíritu de sacrificio si no se sufre; no se puede inculcar afán de superación si no nos encontramos con obstáculos difíciles y no se puede entender el compañerismo si no se pasan las vicisitudes, vivencias y dificultades con tus compañeros. Por tanto, el mejor servicio que le podemos hacer a España, a la Corona y a la Princesa de Asturias es que la frase típica “que sea una más” se cumpla textualmente.

–Está previsto que durante el mes de septiembre se lleven a cabo los actos de celebración del 80 aniversario de la Escuela como centro de formación militar. ¿En qué están trabajando al respecto? ¿En qué les gustaría que se centrase esta celebración?

– Pues estamos trabajando en planos distintos. Por una parte, habrá un acto militar en la Escuela para conmemorar el aniversario. Por otra, tanto el Concello de Marín como entidades como Xornadas Rencontro coa historia de Marín están organizando un acto de homenaje y la presentación de un pequeño libro que recopile estos 80 años. En cuanto a en qué nos gustaría que se centrase la celebración, pues en la relación tan estrecha y afectuosa que mantiene la Escuela con Marín en particular, y con Galicia en general.

– ¿Cómo le gustaría que la sociedad viese a la escuela? ¿Cree que está lo suficientemente abierta a la ciudadanía para que conozca el trabajo que se realiza en ella?

– Pues como un centro de referencia internacional en el que, mediante una formación integral y en el que se exige la excelencia, se forman los oficiales que sirven a España y a los españoles en y desde la mar. Para la sociedad gallega, además, me gustaría que nos vieran como un motor económico, de conocimiento y socio-cultural.

En cuanto a la segunda pregunta, seguramente hay margen de mejora para poder acercar a la ciudadanía la Escuela y el trabajo que se realiza en ella. Estoy comprometido con ese acercamiento y espero poder encontrar pronto vías que lo refuercen. No obstante, quiero poner en valor lo que ya hacemos. Como sabe, existen visitas regulares a la Escuela para cualquier ciudadano que tenga interés; se realizan también jornadas de puertas abiertas en varios momentos del año y regularmente hay actos culturales, como conferencias o conciertos, de entrada libre. Además, las instalaciones deportivas de la Escuela son usadas intensamente por muchos clubes de la zona. Como muestra, le doy un dato: el curso pasado registramos la entrada de 15.000 personas civiles para entrenar o competir en la Escuela. Creo que es un número muy respetable y que habla del esfuerzo que hacemos por abrirnos a la sociedad civil.

– ¿Cuál cree que es la motivación que lleva cada año a más de un centenar de alumnos a querer cursar sus estudios en la Escuela Naval? ¿Qué porcentaje de ellos vienen de familias con arraigo militar?

– Pues sí, todos los años ingresan más de cien alumnos en la Escuela. Y no son unos alumnos cualquiera. Tienen unas notas de corte muy muy altas. Pero, además de ser académicamente brillantes, son personas que demuestran un espíritu de servicio y una generosidad encomiables. Porque ser oficial de la Armada implica renuncias, implica anteponer el servicio a los españoles a uno mismo. No comparto la idea de que la juventud española sea indolente. Lo digo con conocimiento de causa. Trabajo con ellos y veo compromiso, responsabilidad y generosidad. El motivo de que la Escuela Naval sea una opción atractiva es, creo yo, que no ofrecemos una mera ocupación, una mera profesión. Esto es una forma de vida centrada en valores. Aquí no enseñamos a “hacer algo”, enseñamos a “ser algo”, y eso es algo que creo que entiende bien nuestra juventud y le atrae.

En cuanto a la segunda parte de su pregunta, pues los alumnos que ingresan no son más que un extracto de la sociedad española y hay, por tanto, personas de todas las comunidades autónomas y de toda condición social. El acceso es público y en igualdad de condiciones para todos aquellos que quieran ingresar. No obstante, es cierto que hay una cierta tradición familiar en la Armada, producto de que lo que ven y viven nuestros hijos, les resulta atractivo y tratan de ingresar. En concreto, este año, por ejemplo, de los alumnos han ingresado, la mitad tenían tradición familiar militar. La otra mitad, no.

– Siguen siendo pocas mujeres cada año respecto a la cifra total de alumnos, ¿se trabaja en este sentido para intentar igual números?

– Estoy completamente de acuerdo: seguimos recibiendo en la puerta de Carlos I a muchas menos mujeres de las que nos gustaría. Son un 12% del total, aproximadamente, lo que supone un número parecido a los que tienen otras marinas aliadas. Las mujeres son un 50% del talento que hay en la sociedad y, por tanto, no debemos conformarnos con los actuales números de ingreso. Yo ingresé con la primera mujer que cursó la carrera de oficial aquí en Marín. Si le soy sincero, desde entonces creo que se han hecho avances enormes. Es más, no creo que haya muchas empresas o entidades que hayan hecho un esfuerzo transformador tan importante como el que ha hecho la Armada para que las mujeres formen parte de esta familia. Aquí no hay diferencia salarial; tienen derecho a ocupar los mismos destinos que los hombres, sin restricción alguna; existen medidas de conciliación muy potentes; se les valora por su mérito y capacidad, y no por ninguna otra circunstancia. En fin, creo que es un muy buen lugar para que se desarrollen profesionalmente. Sin embargo, creo que no lo hemos sabido explicar lo suficientemente bien. Me da mucha rabia. He vivido algunos años en el extranjero, en contacto directo con militares de otras nacionalidades aliadas, y estaban muy por detrás de nosotros en la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas, pero tienen fama de lo contrario. Le pongo un ejemplo. Las mujeres pueden ocupar destinos en submarinos en la Armada desde 1999. En otros países con fama de avanzados, como el Reino Unido, se les autorizó en 2011, doce años después… El trabajo que nos queda por delante, por tanto, y por el que usted me pregunta, es un trabajo de divulgación y de explicación para que nuestras mujeres contemplen la Armada como lo que es: una opción extraordinariamente atractiva.

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– A nivel personal/profesional, ¿qué ha supuesto para usted la dirección de este centro?

– Pues personalmente, cuando llegué tenía la intención de disfrutar y lo estoy haciendo. Vivo en Marín con mi familia, que se ha adaptado como si llevara aquí toda la vida, y esta zona de España es una joya, de modo que tratamos de aprovechar todo lo que ofrece. Marta, mi mujer, nació en Vigo, por cierto. Profesionalmente, este es uno de los destinos más bonitos y gratificantes que tiene la Armada. Es emocionante ver el egreso de las promociones de oficiales, tras la transformación que experimentan los jóvenes que se forman aquí. También es un reto. Tenemos que proporcionales un kit de herramientas mentales, de habilidades y de recursos que les deben servir para enfrentarse a un mundo que cambia muy rápido y de manera imprevista.

– ¿Qué objetivos/retos se marca para el nuevo curso?

– Tras un proceso de transformación importante, que pretende alinear nuestra formación con las necesidades futuras, el esfuerzo principal en la Escuela este año es el de consolidación de esos cambios. Esto se concreta a través de seis líneas de acción y una serie de objetivos, con los que no quiero aburrirle. Por resumirlo en pocas palabras, pretendo garantizar la viabilidad de la Escuela a largo plazo, a través de una serie de inversiones en nuevos medios e infraestructuras, muy importantes. Por cierto, que una parte grande de esas inversiones han sido adjudicadas a empresas gallegas. También pretendo consolidar los cambios realizados en el diseño y calidad de la enseñanza, así como en su modernización. El objetivo principal es adaptarnos, manteniendo la esencia, para ser capaces de cumplir nuestra misión: proporcionar a España y a la Armada los mejores oficiales para su defensa y la de sus ciudadanos, en y desde la mar.

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