“Quiero ganar más e independizarme”

Eva y Corina, dos ourensanas con síndrome de Down, compartieron con alumnos de ESO que sus “extracapacidades” contrastan con la falta de oportunidades en el mercado laboral

Eva Fraga y Corina Álvarez compartieron su experiencia con alumnos de 1º de ESO de Maristas, ayer. |   // IÑAKI OSORIO

Eva Fraga y Corina Álvarez compartieron su experiencia con alumnos de 1º de ESO de Maristas, ayer. | // IÑAKI OSORIO / S. DE LA FUENTE

Solo el 5% de las personas con síndrome de Down consigue tener un empleo. El 95% restante choca con una realidad que les deja fuera pese a sus esfuerzos por integrarse en el mercado laboral. “Pueden hacer muchas cosas, pero no siempre lo tienen fácil”, explicó la psicóloga de Down Ourense, Elena Vaamonde, a 90 alumnos de 1º de ESO del colegio Maristas que este viernes recibieron la visita de Corina Álvarez y Eva Fraga, dos jóvenes de la asociación que compartieron con estos menores sus experiencias y ambiciones.

Una jornada de sensibilización en el campus. La Facultad de Ciencias también abrió sus puertas a la asociación Down Ourense para participar en una acción de sensibilización ambiental. Cinco miembros del colectivo asistieron a una charla teórica y práctica sobre gestión de residuos y realizaron algún experimento en el laboratorio. | FDV

Una jornada de sensibilización en el campus. La Facultad de Ciencias también abrió sus puertas a la asociación Down Ourense para participar en una acción de sensibilización ambiental. Cinco miembros del colectivo asistieron a una charla teórica y práctica sobre gestión de residuos y realizaron algún experimento en el laboratorio. | FDV / S. DE LA FUENTE

La actividad coincidió con la conmemoración del Día mundial del síndrome de Down y con ella la asociación pretende sensibilizar a los más jóvenes sobre las dificultades que afrontan las personas con esta alteración cromosómica, ya que estas generaciones son los adultos de mañana. “De ellos dependerá, en gran parte, que la inclusión social sea una realidad”, señalan.

De hecho, una de las respuestas a la pregunta “¿Sabéis qué es el síndrome de Down?” con la que la asociación inició la actividad fue: “una enfermedad”. A través de un vídeo explicativo, los alumnos entendieron que no es así, sino que se trata de la existencia de un cromosoma extra en el par 21, que provoca cambios en el desarrollo y discapacidades en el aprendizaje.

A través de varios juegos la acción consiguió en derribar estereotipos vinculados a esta alteración cromosómica como que las personas con Down siempre están felices, que son cariñosas con todo el mundo, que no pueden tener pareja, que solo tienen amigos con discapacidad o que no pueden trabajar. “Somos cariñosos pero con la familia, la pareja o los amigos, no con todo el mundo”, explicaron Eva y Corina, y, por supuesto, les gustaría tener poder tener relaciones más estrechas con amigos sin discapacidad, pero no siempre es fácil: “Nos gustaría que nos tuvieran más en cuenta”, indicaron.

En lo referente al empleo, sorprendieron al colectivo de estudiantes relatando sus experiencias. Eva, por ejemplo, contó su paso por diferentes puestos como reponedora de supermercado y el sector de la limpieza, hasta que consiguió un contrato indefinido en el Burguer King de San Lázaro cuyo gerente grabó un vídeo alabando su “perseverancia y capacidad de trabajo en equipo”. También les explicó que vive en Celanova y para acudir a su puesto de trabajo, de lunes a viernes, coge sola el autobús y que su meta es “ganar más dinero e independizarme”.

Corina los dejó con la boca abierta cuando les contó que es actriz y que participó en la película “Olvido y León”, de Xabier Bermúdez, y que desfiló en la Shopping Night el año pasado. El relato que hizo de su día a día resultó inesperado para los alumnos, que descubrieron a una persona creativa, con interés en las artes escénicas y muy activa. “Quiero ser actriz, me gustaría hacer más películas”, les confesó tras contar su experiencia en el casting y el rodaje en Ribadavia. Para cumplir este sueño va a clases de teatro y de danza. También pinta en óleo y ya mostró su obra en la Casa da Xuventude, aunque le gustaría tener su propio taller para poder exponer sus cuadros de forma permanente.

“Como veis, no es una cuestión de capacidades, sino de falta de oportunidades”, concluyó Elena Vaamonde, que incidió ante los adolescentes que la gran barrera a la que se enfrentan las personas con esta alteración cromosómica “es no tener oportunidades”. Eva y Corina, dijo, “son dos personas con síndrome de Down, pero sus vidas y sus metas son muy diferentes, lo que necesitan son oportunidades”.