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La sala del “Bueu romano” servirá para nuevas excavaciones arqueológicas

El espacio de la sala para el "Bueu Romano" y, a la izquierda, los terrenos donde se volverá a excavar en Pescadoira. J.C.

El año 2022 puede ser realmente importante para la puesta en valor y la divulgación de la historia de Bueu con dos obras de calado y muy esperadas: la ampliación del Museo Massó y la sala arqueológica del “Bueu Romano”. La primera está ahora mismo en la fase de licitación para adjudicar el contrato para redactar el proyecto, mientras que para la segunda ya está firmado desde hace meses un convenio de colaboración entre el Concello de Bueu y la Consellería de Cultura. La administración municipal está inmersa en los trámites de contratación, una planificación sobre la que ahora deberá introducir algunos cambios. La licitación requiere el informe previo de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, que ha solicitado al consistorio un proyecto museológico más detallado y que dé continuidad a las excavaciones realizadas en Pescadoira hace ya más de 20 años.

Desde la Concellería de Cultura trabajan ya en este sentido y avanzan que solicitarán a Patrimonio poder licitar el proyecto en dos fases. El objetivo es poder cumplir con los plazos acordados con la propia Consellería de Cultura y que no peligre la subvención para esta intervención: el presupuesto es de 275.000 euros y el departamento autonómico aportará 225.000 euros a través de un convenio bianual. La primera fase incluiría el acondicionamiento de la propia sala, que se ubica en un bajo de la urbanización que se levanta en los terrenos de la antigua conservera de Alonso/Palacio de Oriente. “Es un lugar que ya se encuentra transformado, con cimientos y zapatas. En este caso la intervención es más laxa porque se trata de la preparación del espacio y de la colocación de pasarelas para ver los restos”, explica el responsable de la Concellería de Cultura, Xosé Leal.

La segunda fase es la que concentraría la redacción del proyecto museológico y continuar con las excavaciones en los terrenos contiguos a la sala, que también son municipales. En todo caso, los contratos de ambas etapas deberán estar licitados y adjudicados durante este mismo año.

Para la parte de musealización y excavaciones el Concello de Bueu se ha puesto en contacto ya con una empresa especializada en arqueología, Antas de Moura. Buena parte de su equipo ya colaboró en el año 2000 en las excavaciones dirigidas por el arqueólogo Fructuoso Díaz. El objetivo del Concello de Bueu en este sentido resulta ambicioso porque se trata de convertir todo este entorno en un “espacio referencial” para interpretar los restos del Bueu Romano y a su vez que las excavaciones tengan un marcado carácter didáctico. “En lugar de poner el cartel de ‘Cerrado por obras’ queremos poner otro de ‘Abierto por obras’ para que de una manera controlada se pueda ver en vivo y en directo cómo es el trabajo de excavación de los arqueólogos”, explican desde la Concellería de Cultura de Bueu.

Los terrenos en los que se excavará para intentar hallar restos romanos. Santos Álvarez

Un espacio probablemente vinculado a los talleres y almacenes de una salazón romana

El responsable de Antas de Moura, Juan Castro, explica que en las excavaciones del año 2000 se trabajó en tres sectores: una zona en la que se localizaron los pilos de una antigua salazón de la época romana, que desgraciadamente no se conservan; el lugar en el que apareció el horno alfarero, que sí se conserva en las instalaciones municipales de Castiñeiras; y la zona que se volverá a excavar ahora, anexa al bajo donde se habilitará la sala arqueológica.

“El conjunto era un espacio muy organizado, con talleres y salas de trabajo. Probablemente en lo que hoy es la Avenida Montero Ríos había una rampa para poder introducir el pescado. La zona en la que se va excavar es probable que se corresponda con almacenes y talleres asociados a la fábrica de salazones y a la de ánforas”, explica Juan Castro. Así, se espera que las excavaciones permitan sacar a la luz esas dependencias y encontrar materiales asociados a esos usos.

La intención del Concello es que una vez excavado este lugar pueda ser visitable in situ y que sirva para conocer mejor el pasado romano de Bueu. “Es una pena que en su día no se conservasen los pilos de la salazón. Eran el elemento principal de la fábrica y realmente constituían una pieza singular y espectacular”, lamentaba ayer el arqueólogo Juan Castro.

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