Vecinos dejan sus pisos por el olor de una mujer hallada diez días después de morir

Una señora de unos 50 años falleció de forma natural en su vivienda de la calle México

Los residentes esperan poder volver al bloque cuanto antes: “El hedor es insoportable”

Sofía Fernández y su hija, que viven al lado de la fallecida, no pueden entrar en su casa.

Sofía Fernández y su hija, que viven al lado de la fallecida, no pueden entrar en su casa. / Alba Villar

Situación surrealista la que se ha vivido, y se sigue viviendo, en el número 32 de la calle México. El edificio cuenta con cuatro plantas y varios pisos en cada una de ellas. Hace unos días empezó a llegar un olor muy fuerte a las zonas comunes, a “podrido”, por lo que la comunidad hizo un llamamiento a los residentes por si se hubiesen dejado alguna bolsa de basura en casa tras irse de vacaciones o cualquier otro descuido. Como la situación no mejoraba, tras otros dos días una persona se percató de que hacía tiempo que no veía a una de las mujeres que vivían en el edificio. Concretamente, diez días. Fue entonces cuando decidieron llamar a la Policía y se encontraron con el cadáver de esa vecina de más de cincuenta años, que vivía sola y que llevaba por tanto al menos más de una semana fallecida, por lo que el cuerpo ya presentaba evidentes signos de descomposición. Se procedió entonces al levantamiento del cadáver y desde ese momento empezó la pesadilla para muchos de los residentes del edificio número 32 de la calle México.

“Yo vivo en el piso junto a ella, puerta con puerta, y no puedo entrar en mi casa, el olor es nauseabundo, se ha extendido por prácticamente toda la comunidad. Y en mi casa especialmente es imposible estar ni cinco segundos, huele a podrido, no recuerdo algo igual”

Sofía Fernández

— Vecina puerta con puerta

“Yo vivo en el piso junto a ella, puerta con puerta, y no puedo entrar en mi casa, el olor es nauseabundo, se ha extendido por prácticamente toda la comunidad. Y en mi casa especialmente es imposible estar ni cinco segundos, huele a podrido, no recuerdo algo igual”, relata Sofía Fernández, vecina que vive al lado de la fallecida y que, debido a lo sucedido, ha tenido que mudarse temporalmente al piso de su pareja en Teis junto a su hija de siete años. No son las únicas residentes que han abandonado el edificio, sino que otros soledtambién lo han hecho a la espera de que se resuelva la situación, es decir, de que se limpie en profundidad el apartamento de la fallecida y todo el edificio, pues el olor ha impregnado absolutamente todas las viviendas e incluso las zonas comunes.

El edificio afectado por el hedor.

El edificio afectado por el hedor. / ALBA VILLAR

Uno de los hijos de la mujer que murió estuvo ayer en el inmueble haciendo distintas gestiones. Se desconoce si ha dado la orden de limpiar el apartamento. No se trata solo de fregar el suelo y eliminar de manera efectiva el polvo. Según apuntan empresas profesionales del sector, realizar una limpieza después de un fallecimiento es un trabajo crucial que debe realizarse por profesionales que garanticen la eliminación de las bacterias y gérmenes propios de un cuerpo en estado de descomposición.

En ocasiones se hace necesario un tratamiento de ozono para la eliminación de olores. Hay que tener en cuenta que el Concello podría solicitar precisamente un certificado que garantice la desinfección de la vivienda para autorizar que pueda habitarse de nuevo. Los vecinos se personaron ya en el juzgado de guardia para explicarles la situación pero no sacaron nada en claro. Esperan que el hijo que estuvo ayer en la vivienda haya contratado una empresa de limpieza y puedan volver a sus casas cuanto antes.

“El fontanero me dijo que no vendría hasta que el olor desaparezca”

Dice una de las residentes

Y es que ya no es solo que sea imposible entrar en sus pisos a muchos de sus vecinos. Sino que incluso trabajadores que tienen que acudir a hacer alguna actuación en los pisos no aguantan ni cinco minutos dentro. “El fontanero me tenía que hacer unos arreglos en los baños, y ya me dijo que hasta que solucionen el problema del olor a podrido no viene. Es algo que no se puede describir. Se mete en el cerebro y no se va. Por no hablar de las bacterias, los hongos... Es necesario que alguien haga algo ya”, clama Sofía Fernández.

Vacaciones

También se da el caso de residentes en el edificio que se encuentran de vacaciones y que son ajenos a lo que está sucediendo estos días. Conforme vayan regresando, se encontrarán con la desagradable situación si nadie les ha informado todavía. Habrá que ver no obstante si el juzgado o el propio Ayuntamiento actúa de forma subsidiaria para limpiar el apartamento de la fallecida en caso de que el hijo se desentienda.

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