Atención al estiércol, por si las moscas

El informe de la UVigo sobre la plaga del insecto en Tomiño sugiere buenas prácticas de gestión del abono en un contexto de declive de pájaros por retroceso de las áreas verdes

Moscas en una cocina en Tomiño el pasado mes de septiembre.

Moscas en una cocina en Tomiño el pasado mes de septiembre. / FdV

La semana pasada la Fegamp urgía a la Xunta a mover ficha para actuar de forma coordinada con los consistorios ante la proliferación de moscas que erosiona la moral de los vecinos de una veintena de concellos, con especial afectación en las provincias de Pontevedra y A Coruña. En los municipios del sur –igual que en Narón en el norte–, la multiplicación del animal no es nueva: en Tomiño los vecinos llevan ya varios años aguantando auges puntuales y desde el concello recurrieron a la Universidade de Vigo para diagnosticar la situación y buscarle una solución.

El dictamen de los expertos está listo y concluye que, “probablemente”, las proliferaciones “están asociadas en buena medida a los procesos de estercado de los campos con estiércol fresco o poco fermentado sin compostar, obtenido de las propias cuadras o de explotaciones ganaderas”. De ahí que insten a cumplir la normativa que sea de aplicación en granjas ganaderas y agrícolas y a “buenas prácticas” en la gestión del fertilizante de origen animal a los agricultores en busca de un remedio para “mitigar un posible foco o un posible medio de magnificación de la proliferación de moscas”.

En sus conclusiones, destacan asimismo que “la pérdida de vegetación nativa y la expansión de los cultivos incrementa la problemática del estercado y constituye una de las causas más probables de los desequilibrios ecológicos que se observan en el Concello de Tomiño en los últimos años”. Hay un retroceso de las áreas verdes, indican, y, a su vez, se produce una reducción de los pájaros que se alimentan de insectos. Y todo ello, apuntaba ayer a Europa Press Salustiano Mato, miembro del equipo que realizó la investigación, se ve favorecido por el “cambio climático”, con el “aumento de temperaturas”, que facilitan extender el ciclo del insecto.

En el informe de la UVigo, Mato, Sandra Rojas e Iria Villar, del departamento de Bioloxía Ambiental, revelan que, a diferencia de la velutina, que llegó de Asia, el insecto que perturba la paz de los habitantes de Tomiño y de otros lugares habita en todo el planeta y se conoce como “mosca común” o “mosca de la casa”. Casi 300 ejemplares de muestra sirvieron para identificarla así “con un alta probabilidad”.

Insecto asociado a actividades humanas

Se trata de un insecto “cosmopolita”, al que le gusta socializar. Según la UVigo, vive “en estrecha asociación con las actividades y las infraestructuras humanas”. El documento recoge que se considera “una peste veterinaria y médica que causa molestias en las personas, estropea la comida y es un importante vector de organismos patógenos, ya que desarrolla la mayor parte de su ciclo biológico en asociación con materia orgánica en descomposición”. No obstante, añaden que no se reportaron picaduras asociadas a los focos y Mato indicaba ayer que “no van a transmitir enfermedades”, pero el “boom poblacional es a veces tan exagerado que la densidad resulta intolerable”. Lo mismo afirman regidores de municipios afectados, que destacan que es tal la cantidad que afecta a la salud mental de sus vecinos.

Estas moscas lo tienen fácil para la cantidad. Cada hembra puede poner 900 huevos, que deposita sobre materia orgánica en descomposición, “como restos de comida, carroña o estiércol”, indica la UVigo. Un día después, eclosionan y aparecen larvas que, unos seis días más tarde, pasarán por la fase de pupa como escalón previo a ser adultas. En ese estadio final sobreviven de una semana a un mes y son buenas voladoras, pueden desplazarse 2 kilómetros al día.

Si la mosca en cuestión no es un animal extraño en Galicia, la cuestión es el por qué de su descontrol. Una de las misiones encomendadas al equipo científico era evaluar el origen y las causas de esa multiplicación inusual para ponerle remedio. Ahí entró en juego la observación. Para empezar, los científicos se fijaron dónde se concentraban los focos. La UVigo examinó esos núcleos y determinó que son “muy localizados” y que afectan en un período “relativamente corto” de tiempo, que no suele ir más allá de cinco días. También detectaron una consistencia en la cercanía al río Miño.

El rol del estiércol en la proliferación

Las observaciones de los expertos revelaron el rol del estiércol e incluso realizaron experimentos para averiguar qué tipos producían más moscas por día, para concluir que son los de porcino fermentado al aire libre en capachos, el de caballo fermentado en una cuadra de casa y el reciente de una granja avícola. En el informe preliminar explicaban que, a veces, el estiércol se extendía sobre el suelo de las fincas recién fresado de forma “superficial”. En esa línea, apuntan que al aplicar el estiércol, se tenga en cuenta enterrarlo “en un corto período de tiempo” después de extenderlo sobre la tierra y que antes se cubra la pila para que no esté expuesto.

Es una de las medidas que consideran que deberían “tenerse en cuenta” para manejar el problema y con las que culminan un extenso capítulo dedicado a la necesidad de mejorar el tratamiento del estiércol a lo largo de la cadena. Al margen de recordar a las explotaciones agrícolas y ganaderas la aplicación de todas las normativas que sean de obligado cumplimiento y que son más restrictivas, ven “necesario” que los productores de estiércol y los agricultores, sean profesionales o no, realicen “la mejor gestión posible” del estiércol o de otros residuos orgánicos para “minimizar” la proliferación de moscas.

Además de recomendar enterrar el estiércol tras extenderlo en las fincas, destacan otras cinco medidas, empezando por mantener los estercoleros cubiertos para evitar que lleguen adultos y pongan huevos. Si es posible, animan a hacer autocompostaje del estiércol en los huertos familiares y también a eliminar acumulaciones de restos orgánicos no deseados alrededor de las áreas de cultivo. Finalmente conminan a estar vigilantes.

En el informe preliminar urgían a proteger los ecosistemas nativos y a cuidar su vegetación, sembrando árboles autóctonos, porque, en donde se producen los “bums poblacionales desproporcionados”, como los denominó ayer Mato, se perdieron sitios de reproducción y de cría de pájaros insectívoros, que “hacen un importante labor en el control de plagas” y que están disminuyendo.

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