Algunos cineastas les han dado a las moscas un papel de supervivientes en un mundo postapocalíptico. Ahí seguían, después de la hecatombe. También, la imagen que describen algunos vecinos de Tomiño de la irrupción de estos insectos se asemeja a la imborrable escena de “Los pájaros” de Hitchcock. Moscas por todas partes, dentro y fuera de las viviendas, acercándose a sus cabezas. Ocupando puertas o ventanas enteras. Varios vídeos en Youtube dan soporte a esas quejas. Ahora, unos testimonios similares se documentan a veintiséis kilómetros de las zonas afectadas de Tomiño. Las moscas se ceban con Salceda de Caselas y los avisos desde el barrio de O Torrón ya han llegado al Concello. Muchos salcedenses se muestran “desquiciados” –aseguran– por esa proliferación masiva de moscas, que se adentran en los interiores de las viviendas y que datan desde principios del verano, llegando incluso a interrumpir o obligar a trasladar comidas familiares en las fiestas. Los esprays para combatirlas no llegan, aseguran. “Vamos a un ritmo de una botella vacía cada dos días, parecen inmunes”. Muchos han probado con todo: cintas adhesivas, ventiladores... y hasta los tradicionales matamoscas mecánicos.
La alcaldesa de Salceda, Dolores Castiñeira, asegura que llegó a consultar al Concello de Tomiño sobre el protocolo de actuación y está pendiente de reunirse con su homóloga, Sandra González. Allí, constituyeron una mesa de trabajo con diferentes colectivos y la Universidad de Vigo. De todos modos, Castiñeira rebaja la incidencia de esa proliferación de moscas. “No es una plaga en Salceda de Caselas, hubo quejas vecinales en O Torrón”, insiste, tras calificar los episodios de puntuales y localizados. Aun así, vecinos de la parroquia de Parderrubias, por ejemplo, aseguran que están igual y citan episodios casi idénticos en el barrio de A Pedra. “Son una burrada”, reconocen. Eso sí, no todos los afectados advirtieron de los hechos en dependencias municipales o llamaron al Seprona.
Yendo por el principio, el Concello de Tomiño, que lleva ventaja al registrar antes la plaga (con fuertes episodios este año en abril y en septiembre) está realizando una investigación con un grupo de expertos de la UVigo. El laboratorio de Entomología, consultado al respecto por este periódico, aseguró que la investigación aún no ha concluido y, por tanto, evitaron dar datos. El gobierno municipal manifestó a FARO que está haciendo un exhaustivo seguimiento del problema, “que genera graves molestias en la vida diaria del vecindario”. Por solo citar un ejemplo, en el barrio de Carregal, Sebastián, que dirige un local de hostelería, reconoce: “Los clientes entran, si las hay [moscas] cubren el techo. Así que se van. Ya fumigamos... pero volvieron. Esto me está trayendo pérdidas”.
“El Concello de Tomiño pide la implicación de la Xunta en la proliferación de moscas, una problemática que afecta a muchos ayuntamientos gallegos y sobre lo que tiene competencia exclusiva la administración autonómica, ya que se trata de una plaga que no conoce de límites fronterizos territoriales”, explican desde el Concello de Tomiño. Aseguran que “no es un caso aislado, ya que el aumento de moscas es algo que se repite por toda Galicia y que ya fue debatido en el Parlamento gallego” y sostienen que la Xunta es la única administración que puede declarar este problema “como una plaga y tomar las medidas oportunas”.
También este año, en varios lugares de Narón, en el otro extremo al norte de Galicia, vivieron una plaga de moscas. Allí, una consellería actuó para determinar que la actividad de las explotaciones ganaderas de la zona no estaba vinculada con ese episodio.
Desde Tomiño replican: “Ante la inacción de la Xunta y el silencio de las consellerías de Medio Rural, Sanidade y Medio Ambiente a los escritos trasladados, el Concello está elaborando, en colaboración con el grupo de investigación de Biología ambiental de la Universidad de Vigo, un estudio con el que se busca detectar las especies problemáticas y valorar el origen y las causas de esta proliferación de moscas. El Concello pondrá a disposición de la Xunta todos los resultados alcanzados con este estudio para que se aplique las medidas que la Administración autonómica considere oportunas”, indican, “así como los datos registrados en el municipio”. Pero desde la Xunta aluden al mismo problema de falta de competencias. La Consellería de Medio Rural, consultada al respecto, aseguró que el control de una plaga de moscas “no es de su competencia”. “En cuestión de control de plagas, la responsabilidad de la Consellería de Sanidade se limita a la tramitación de la inscripción de las citadas empresas de fumigación en los registros de establecimientos y servicios biocidas (ROESB) de Galicia”, indicó por otra parte tras el caso de Narón.
Por otro lado, el ayuntamiento de Tomiño solicitó –añade– a la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) una reunión en la que participen “todos los municipios de Galicia afectados”.
Pero, ¿y el origen de las moscas? Entre los vecinos es un rumor a voces que señala a los abonos empleados supuestamente en una plantación de frutales próxima. Conocer de dónde vienen es fundamental, según el catedrático de Zoología gallego, Marcos A. González, para combatir la plaga. Hace ya dos décadas que este experto en Entomología asumió un informe sobre un caso similar ocurrido cerca de Santiago. En su opinión, es vital situar la especie concreta de mosca para saber dónde instala sus larvas –podría ser desde en láminas de agua o zonas húmedas con hierba, hasta en depósitos de materia orgánica, como abonos–. “El calor y el cambio climático pueden estar contribuyendo a que estas larvas eclosionen más y aceleren sus ciclos, pero es una mera hipótesis”, asegura.
“Una barbaridad; un auténtico asco”
“Era una barbaridad, las retirábamos con recogedor... un auténtico asco”. Así recuerda el vecino de Salceda de Caselas, Agustín, el episodio vivido con su familia en plenas fiestas patronales de julio. Con todo listo para la comida y los invitados a punto de sentarse en la mesa, una masa de moscas también se apuntó a los entrantes. Ante la imposibilidad de seguir la celebración fuera, optaron por el interior de la vivienda. La sorpresa fue mayúscula al comprobar que allí, los insectos también estaban ocupando las paredes. “Nunca tuvimos moscas y desde entonces, no salen de casa. Tenemos ya tres manoplas, usamos esprays, pusimos de todo”, explica. Es una pequeña anécdota, quizás no la más grave, pero habla de las rutinas cambiadas de los vecinos.
Lo curioso del fenómeno es su efecto Guadiana. “Estos días no las hay, pero cuando aparecen, son miles”. Exactamente lo mismo que reseñan a casi treinta kilómetros de distancia, los afectados en Tomiño. Curiosamente, ambos municipios ni siquiera comparten límites geográficos. Esta semana, por ejemplo, la proliferación de moscas no fue masiva.
“Aquí no tenemos muchas porque las puertas están cerradas y hay aire acondicionado, pero una señora que viene a la farmacia nos contó que tiene un auténtico problema e incluso valoró irse de casa. Ya fueron el Seprona y personal del Concello a tomar muestras de las moscas”, reseña el boticario de una farmacia en la zona tomiñesa más afectada. “Yo mismo recogí moscas; se las llevaron frescas a la Universidad de Vigo”, reconoce. También desde el grupo municipal socialista de Tomiño sitúan varios casos de afectados. Entre ellos, una pareja con un bebé que ha acabado por “llevarse las moscas a la boca”. “Es un problema de salud pública”, advierten.
A trescientos metros en línea recta del río, una fábrica de tapizados tampoco es ajena a la plaga. “Cuando entran, cubren las ventanas”, indica. En estos días, no obstante, los episodios han cesado.
Salvando la extrañeza de que aparezcan tantos miles de ejemplares adultos de moscas –con ese nombre género se engloban más de 100.000 especies que van desde moscas de la fruta hasta moscas domésticas y moscas de la carne– los expertos explican el porqué del mecanismo de cubrir paredes y ventanas. “En periodos en los que comienzan a bajar las temperaturas, las moscas buscan paredes blancas o techos porque mantienen la calidez absorbida del sol”. La llegada del frío, en este caso, podría ser una buena noticia.