Los viejos oficios: Ricardo Ramos, constructor de guitarras

El luthier de las estrellas

Tras casi tres décadas de trayectoria, el puertorriqueño Ricardo Ramos ha encontrado su inspiración en Sarria, donde sigue elaborando instrumentos tanto para músicos consagrados como anónimos. Luis Fonsi o Juan Luis Guerra son algunos de los muchos artistas ligados a su carrera

El legado artesano le viene de familia, porque su abuelo era carpintero y músico. Desde niño le escuchaba tocar el cuatro puertorriqueño, instrumento típico de este país. El pequeño Ricardo heredó el instrumento y el talento para elaborarlo. Natural de Bayamón, al suroeste de San Juan, aprendió el oficio mientras se formaba en un taller musical de la isla y fue perfeccionando técnica y destreza junto a Juan Alicea y con viajes a España. Hoy él es el maestro y desde hace dos años reside en Sarria, localidad del Camino de la que quedó prendado y en la que también ejerce acciones de voluntariado social.

Entre “eles” y “eses” que se deslizan como notas musicales, Ricardo Ramos resume algo de su dilatada carrera: “Mi abuelo Ángel tocaba el cuatro y de ahí me viene la afición. Además, la música en Puerto Rico está presente en las personas y las familias de una forma que se puede decir natural. Juan Alicea fue para mí un referente, con él hice mi primer cuatro. Luego ya todo fue seguir perfeccionando la técnica”.

Ese afán por seguir aprendiendo y mejorando le llevó a estudiar en el Instituto de Cultura Puertorriqueña y a viajar por toda América del Sur, por parte de Europa y algunos países de África. Hizo varias visitas a España, con parada en La Herradura (Granada) para hacer un curso al lado de otro famoso luthier, Stephen Hill. Fue el único alumno de su promoción que consiguió realizar dos guitarras españolas en un solo año académico. Tras este paso regresó a Puerto Rico para continuar su labor de constructor de músicas, al tiempo que su prestigio se incrementaba. Juan Luis Guerra, Marc Anthony, Residente o Luis Fonsi ya figuraban en la lista de devotos de sus instrumentos.

Atraído por el Camino y la magia que emana decidió asentarse en Sarria, una parte, dice, de ese encuentro con el mundo que supone la ruta jacobea. Hace dos años abrió su taller muy cerca de la Praza da Vila, donde peregrinos, nativos y turistas pueden verlo trabajar porque las cortinas de su local suelen estar abiertas. Ahí nacen guitarras clásicas, flamencas, acústicas y sus queridos cuatros, instrumento emblemático de Puerto Rico. También imparte cursos para todo el que quiera aprender.

Desde su isla natal o desde cualquier parte del mundo se pueden hacer encargos a este maestro que muestra su obra y los cursos que imparte en las redes sociales. Manny Trinidad o Luis Sanz son algunos de los músicos que han estado en Sarria disfrutando de su compañía y de la calidad de su trabajo, sazonado por los pletóricos cincuenta que acaba de cumplir.

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